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Las nuevas generaciones y su relación con el trabajo

por Luis María Lehmann

Reproduzco aquí el texto de una carta que recibí acerca de la visión de las nuevas generaciones y su relación con el trabajo. Como quien la escribió es una persona jóven, me interesó su manera de ver estas cosas.

Esta carta tiene para mi dos particularidades que me hacen publicarla. La primera, porque es la visión sobre el trabajo desde la perspectiva de un profesional que tiene 30 años de edad y está trabajando hace ya tiempo. La segunda, porque me sorprendió ya que esa mirada es la de uno de mis hijos, Luis María, médico especializado en diagnóstico por imágenes, que ha desarrollado su propia empresa de telemedicina. Me pareció interesante su opinión, su manera de ver las cosas, y decidí compartirla con ustedes.

A mi criterio, la generación Y   ha visto con sus propios ojos muchas de las verdades y consecuencias del sistema capitalista en el que nos movemos. Y este marca hoy, guste o no, las reglas del juego. Son realidades que día a día los jóvenes viven mediante la televisión, las noticias y sus propios conocidos mayores que ya participan del “sistema”. Entre otras:

1-El que más estudia no necesariamente tiene un mejor futuro. Sobran los ejemplos de las últimas décadas, sobre todo en el área tecnológica, donde grandes figuras han surgido no por sus estudios académicos, sino por sus conocimientos objetivos y especializados en el tema (Mark Zuckerberg con Facebook, Bill Gates con Microsoft, Steve Jobs con Apple) ¿Alguien sabe quién de ellos tiene el título colgado en la pared? Las generaciones que han absorvido los éxitos de estos personajes ven, en ellos, la clara contradicción del sistema en el que vivimos.

2- El que más trabaja, no necesariamente tiene un mejor pasar. De hecho, varias de las labores peor pagas tienen muchas horas de esfuerzo y a bajo jornal. Los auténticos dueños de empresas llegan a la hora que se le da la gana, controlan que todo esté bien, y se van seguramente más temprano que todos, ya que deben atender sus otros compromisos, negocios, etc. Estar todo el día en el mismo lugar encerrado no se asocia con el éxito, sino con el estancamiento. Claramente el que no tiene un plan, vive el plan que otro tiene para vivir a costa de él. Además, el sistema financiero aún con sus explosiones de burbujas sigue fortaleciendo la idea de que una vez que uno consigue salir de la “rueda del ratón”,  entra en otra rueda donde solo algunos participan.

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 3- No existe nada que sea absoluto. Lo que hoy es una gran empresa, en 6 meses más puede ser un edificio vacío, o ser parte de una monstruosa corporación internacional. Nadie nos asegura nada, ni el gobierno, ni el sistema privado. Las reglas son las reglas del mercado. La mejor inversión es en uno mismo, que es lo único que se sabe que mañana probablemente siga existiendo. Esto parece impulsar a los jóvenes a vivir bien lo antes posible, no regalar nada a quienes saben que no les reconocerán sus esfuerzos en absoluto, o al menos como ellos quisieran. Sabiendo que son utilizados, a cambio de ello, usarán al sistema o la empresa para al menos alcanzar sus propios fines.

Estas y muchas otras más son las realidades que día a día los jóvenes absorven a través de la televisión, las noticias y sus propios conocidos mayores que ya participan del sistema. Por tanto, es lógico concluir que ellos solo trabajarán con motivación cuando:

  • Puedan sacar provecho propio de lo que realizan (desde pagarse las vacaciones de verano hasta aprender algo en su escalera de desarrollo que los lleva a sus objetivos futuros).
  • Sientan que su líder no forma también parte de la maquinaria que los utiliza, sino que además le interese que ellos se desarrollen en su camino personal. Estos jóvenes trabajarán para ese líder que los respete, no para la empresa, pero alcanzarán los objetivos de todas formas.
  • Se les permita desarrollarse en otros aspectos de la vida que no sean solo los que la empresa necesita. Jamás cambiarán sus objetivos y deseos personales por nueve horas de trabajo diarias que les impidan alcanzarlas. Ellos entienden que la vida está afuera de la oficina, y tienen una gran sensibilidad por alimentar el resto de los aspectos de su persona, por tanto, no negociarán la imagen de la frustración futura, que  han visto en algunos de sus mayores.

Creo que es trabajo de de cada líder de sector, y quizás utópicamente de los que dirigen las empresas, esforzarse en conocer a esta generación e interesarse por ella. Porque a diferencia de lo que muchos pueden llegar a pensar, esta generación, que es emocionalmente sensible a los aspectos y derechos personales, posee una energía y potencial de trabajo y compromiso incalculables a la hora de devolver el respeto y el interés que se les da. Dependerá del interés de cada líder, de que ellos se interesen en algo.

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Saludos y sigan adelante!
Luis María Lehmann

Fuente http://www.franciscolehmann.com/web

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