Todo emprendedor se pregunta qué quiere su cliente, porque de dar una buena respuesta a eso depende que vendamos o no.
Pero en esa respuesta nos solemos ofuscar porque lo que suele ocurrir es alguna de estas cosas:
Por eso, para responder de una vez por todas a la pregunta de qué quiere un cliente, vamos a ver las conclusiones de un interesantísimo estudio.
En ellas vamos a ver que corroboran algo que siempre comento a amigos emprendedores a la hora de que comercialicen un producto. Si entendemos esto bien, tenemos la clave y la ventaja que el 90% de emprendedores no va a captar nunca.
La realidad es que los clientes no buscan el producto en sí, si no que buscan una experiencia completa y, de hecho, lo que valoran de nosotros es esa experiencia completa y no el producto que compran.
He aquí un ejemplo real. Recientemente estaba hablando con un emprendedor, que tiene un local aquí cerca y le hablaba de cómo realmente él no vende cervezas, aunque se enorgullece de tener multitud de variedades de importación y de que sea uno de los lugares de Valencia donde más posibilidad de elección haya.
Pero el cliente no va buscando la bebida, aunque ese sea el producto por el que paga el dinero contante y sonante.
Dale la mejor cerveza del mundo, la más sabrosa y exclusiva, y dásela en un local sucio, de mala manera, sin apenas hablar y haciéndole sentarse en una silla incómoda, con una música horrible y demasiado fuerte para hablar a las ocho de la tarde. Apuesto todo lo que tengo a que no vuelve nunca más, aunque sea la mejor cerveza que haya probado.
Porque nosotros no vendemos (ni el cliente va buscando) el producto en sí, sino toda la experiencia en conjunto.
Eso es lo que va a valorar.
Recuerdo también personalmente cierta empresa de servicios, que reconozco que tiene un precio muy competitivo y una calidad más que aceptable, pero tiene un MUY serio problema de trato y gestión del cliente.
Cuando se ha sacado a la luz el tema de no estar seguro sobre si renovar el servicio de una vez, la defensa de la empresa siempre ha sido: «¿Es que se ha fallado en algo? ¿Ha habido un problema con el servicio en sí?».
Y la realidad es que quizá no, pero sentirte ignorado cuando surge algo, o ir a que te atiendan y tener alguno de los momentos más frustrantes de la semana en los que pierdes tiempo, es un ejemplo de la ceguera que tenemos muchas veces como emprendedores.
El cliente no va buscando ni valorando el producto en sí, sino la experiencia completa desde que nos conoce hasta que finaliza la interacción.
En esta prueba de Marketing de la Universidad de Michigan, cuando analizaron pormenorizadamente qué es lo que un cliente realmente quería, buscaba y valoraba en sus compras, estos fueron sus resultados por orden de importancia:
Lo cual corrobora todo lo dicho alguna vez en Recursos Para Pymes. Lo principal para que compren es el valor, no el precio ni nada por el estilo. Si perciben o comprueban que reciben más valor de lo que pagan, y que no pueden recibir tanto en otro lado, comprarán.
Con suficiente valor el precio lo podemos volver irrelevante y la gente pagará lo que haga falta. Mire el ejemplo de los iPhones.
Obviamente aunque un cliente busque y valore la experiencia completa, no podemos olvidar que lo que quiere es principalmente solucionar su problema, un montón de sonrisas y el mejor de los entornos no van a hacernos ningún bien si cuando se marcha por la puerta su problema sigue sin resolverse.
Pero eso no es lo único, lo siguiente que valoraban, era algo inesperado…
Fuente: https://www.recursosparapymes.com/premium/caso-estudio-lo-verdad-quiere-cliente/
Me ha gustado mucho el enfoque del artículo. Sin duda alguna, la experiencia como cliente, o consumidor, es determinante para hacer una compra, ya sea de un producto, o de un servicio.
En esta experiencia, como se ha dicho, cuentan más las emociones que el producto o servicio despierta, que el propio producto o servicio en si.
Hoy en día, con multitud de canales de comunicación, es fácil despertar ese sentimiento de poseer o comprar algo único.
Pero esta facilidad es a la vez un reto, pues no es sencillo crear un mensaje adecuado para cada medio: y no es lo mismo un anuncio en televisión, que un anuncio en redes sociales, o la propia estrategia de social marketing en si.