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Hace poco vi en Internet un cuento que me llamó la atención. Narraba la historia de dos muchachos que van caminando por la selva y de repente se encuentran con un feroz y hambriento león.

Uno de ellos de inmediato se descolgó la mochila y tras abrirla rápidamente extrajo unas zapatillas de deporte para ponérselas en los pies. Entonces el otro le dijo: “¿Qué haces?, ¿no te das cuenta de que por mucho que corras el león te alcanzará porque es más rápido que tú?”.

Y su compañero, que acababa de atarse las zapatillas le contestó: “Tan sólo me las pongo para correr más que tú”.

Este breve cuento nos presenta una gran lección sobre cómo afrontar la crisis (perdón, ‘desacelaración’). Cuando nos enfrentamos a un peligro existen dos modos de hacerlo: rindiéndose o tratando de superarlo.

La historia nos ha demostrado que cíclicamente se suceden épocas de auge y de declive y las grandes empresas son aquellas que saben afrontar inteligentemente ambos momentos.

En el artículo de Steve Prokesch “Recession: The Mother of Invention”, publicado en Harvard Business Review el 17 de junio se muestra cómo la depresión de los años 30 supuso la caída de multitud de empresas y organizaciones, pero también el auge de otras que aplicaron técnicas de gestión innovadoras como el marketing y la publicidad. Por ejemplo, La Standard Oil aumentó su red de estaciones de servicios o Du Pont aumentó su dominio al incorporar el nylon y otros productos a su oferta.

Así pues, las épocas de recesión se convierten en oportunidades para aquellos que deciden tomar la iniciativa y pugnar por encontrar nuevas soluciones o servicios. O, como se suele decir coloquialmente: “a río revuelto, ganancia de pescadores”.

De hecho, es un momento perfecto porque las empresas valientes pueden enfrentarse a la prudencia de las otras para superarlas. Ahora bien, aprovechar estas oportunidades supone hacerlo de manera inteligente y eficiente tratando de invertir exactamente lo justo en innovaciones aceptables inmediatamente por el mercado.

En este sentido se puede ver que existen diferentes estrategias para lograrlo:

Reconstruyendo nuestra visión del cliente
Durante esta época el cliente no es el mismo. Muchas empresas mantienen sus formas de hacer esperando que escampe la tormenta. Sin embargo, el cliente varía su actitud y las empresas inteligentes son capaces de adaptarse a ese nuevo cliente. Por tanto, examine la segmentación de clientes que ha realizado y adáptela creando nuevas ofertas y, si es necesario, nuevos productos y servicios. Por ejemplo, construyendo pisos más económicos o hipotecas a más
largo plazo.

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Redefiniendo los procesos
Analizar y definir los procesos esenciales de la organización suele retrasarse continuamente para no interferir en el desarrollo del mismo. Sin embargo, ahora se hace indispensable para lograr los mayores resultados con el menor coste. Además las empresas que se deciden a hacerlo están más preparadas en el cambio de ciclo y son capaces de convertirse en referentes y líderes en su sector.

Estableciendo alianzas con terceros
Es un momento excelente para unir fuerzas y establecer alianzas para alcanzar resultados que favorezcan a ambas partes. Por ejemplo, utilizar los periódicos como nuevo canal comercial o realizar ofertas conjuntas de portátiles y proveedores de acceso a Internet.

Localizando nuevos nichos de mercado
En épocas en que algunas empresas tienden a la prudencia otras saben sacar provecho atacando nuevos mercados para sustituir la posible decadencia en el suyo. Es el momento de investigar en profundidad lugares donde invertir. Por ejemplo, localizar terrenos en Países del Este, Latinoamérica o el Magreb para construir.

Adaptando a los empleados a la futura situación
En épocas de auge tendemos a trabajar la motivación para lograr la fidelización, en el resto hay que trabajar el “impulso” de los empleados para conseguir los objetivos. Es un gran momento para analizar el talento y desarrollarlo definiendo las capacidades y premiando el compromiso. Asimismo, podemos preparar nuestro capital humano para el cambio y la innovación con el fin de anticiparnos a una situación futura y obtener provecho de ella.

En definitiva, hay dos diferentes modos de ver la crisis: con miedo o valentía. Esperando al león o poniéndose las deportivas. Usted decide. Yo lo tengo claro.

Autor: Daniel Andrino Arias , licenciado en Sociología por la Universidad Complutense de Madrid y Master en Gestión de RRHH por la Escuela de Negocios San Pablo CEU.

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