Las empresas familiares no son ajenas a las dificultades que atraviesan en la actualidad las compañías para financiarse. Sin embargo, entre las empresas familiares se están dando casos en los que el escollo financiero se está solventando con el patrimonio de los propietarios.
«En los momentos de dificultades, llegado el caso las familias están dispuestas a asumir más compromiso con la empresa», señala Carlos Roy, socio director de la consultora Unilco. Su experiencia le ha permitido constatar que ese mayor nivel de implicación llega hasta a aportaciones de capital o garantías si se precisan. «Antes de tirar la toalla apuran lo máximo para que no desaparezca la empresa», señala Roy que esta semana ha participado en una sesión organizada por el Instituto Valenciano de la Empresa Familiar (Ivafe) y la Asociación Valenciana de Empresarios (AVE).
En la jornada se analizó la forma en la que las empresas familiares están afrontando la incertidumbre y las dificultades de financiación que se vienen viviendo en esta recesión económica. Ignacio Tormo, director del Ivefa, destacó la importancia de «huir de la precipitación y las decisiones improvisadas» para adoptar «pautas de reflexión que permitan establecer un diagnóstico certero de la situación que afecta a cada una de las empresas poniéndolo en relación con el marco económico global».
En este empeño Roy trató de diferenciar los riesgos que llegan de la esfera del ámbito de actuación de la empresa y aquellos que sobrevienen de la esfera de lo puramente familiar.
La dimensión de la propiedad es exclusivo de la familia, no como las otras empresas, que tienen dimensión propiedad, gobierno y gestión, destaca el responsable de Unilco. «Por eso al ser propietaria la familia tiene que tener un funcionamiento familiar, con un interés común, que hace que en los momentos actuales cobre más importancia que se organice lo mejor posible».
«No basta con organizar una sola de estas esferas, hay que buscar una orientación hacia el entendimiento y a la vez a actuar como una familia propietaria». Roy se refiere así a la capacidad relacional entre la familia. Ahora con las dificultades estos motivos de desentendimineto van agudizándose: «Entenderse es más fácil con buenas noticias, es más difícil en tiempos de no bonanza, en tiempos de dificultad».
A juicio de Roy, «la debilidad más común tienen que ver con una comunicación deficiente, coja, no suficientemente trabajada en el seno familiar».
El responsable de la consultora considera que muchas veces las «espinitas clavadas» entre los miembros de la familia actúan como grandes obstáculos para el progreso y se corre el riesgo de que las diferencias personales terminen dirimiéndose en la propia empresa, que termina así como un campo de batalla.
Para evitar estos riesgos, Roy aboga por una mayor profesionalización en la gestión a la vez que recomienda una adecuada organización de los órganos de gobierno, los órganos de dirección y de la estructura societaria.
 
Autor: Carlos Roy,
Las empresas familiares no arrojan la toalla
fuente  www.lasprovincias.es
http://www.lasprovincias.es/valencia/20090529/euros/familia-arroja-toalla-20090529.html

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