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En esta época de crisis donde todo se derrumba ante ti, te entra el miedo escalofriante, paralizante, bloqueante. El miedo es contagioso, muy contagioso. Entra sin decir nada, por la puerta de atrás se adueña de tu vida, de tus decisiones, y toma el control. Se adueña de ti.
Entra a través de la amígdala, una parte del cerebro primigenia muy útil que nos hace tomar decisiones rápidas ante posible amenazas. El miedo es muy útil para reconocer amenazas reales y salir pitando, evitarlas o huir. Salva tu vida, bien utilizado, claro.
La pega es cuando el miedo nos hace ver fantasmas de amenazas irreales. La amígdala es asociativa, no piensa, “es tonta”. Tiene registrados eventos del entorno y los asocia con emociones y comportamientos. Como el fuego al miedo, o un bebé a la ternura. Sirve muy bien cuando la asociación es correcta. Pero si la asociación es incorrecta, como miedo a salir a la calle, entonces “Houston tenemos un problema”.
Cuando usted empresario toma sus decisiones basadas en el miedo a perder su negocio, a no obtener los beneficios suficientes, entonces recorta plantilla, paga poco a sus empleados, que en definitiva son los que levantan su negocio, despide a talentos, … en fin aquellas decisiones que el miedo toma por usted.
Los miedos más frecuentes en la empresa.
1. El miedo al fracaso a cometer errores. Esto hace que sea ultraprecavido a tomar decisiones arriesgadas. No atreverse a hacer ciertas cosas. A seguir igual, cuando lo peor es quedarse igual.
2. El miedo a la pérdida de poder. A la pérdida de influencia. Esto nos hace actuar con imposición sobre los demás, obligándoles a doblegarse. Y esto no nos hace ganar su confianza, sino su miedo. Así obtenemos más miedo en la empresa.
3. El miedo a rechazo: no pertenecer a un grupo. Filiación. En el caso de los colaboradores, pertenecer al grupo dominante es la meta. No ser aceptado entre los que ostentan el estatus de “cool” es un estigma que puede paralizar tu carrera, y a ti mismo. Ser tildado de “friki organizativo” puede significar una no renovación de tu contrato. No tiene por que ser verdad, pero vale con que los demás lo piensen y no te dejen entrar “en la corte del rey”.
4. El miedo al cambio. Y para lideres acostumbrados a cambios lentos, a no perder lo logrado una crisis económica que da al traste con tu negocio tal y como lo tienes configurado es un cambio inaceptable. O mejor dicho indigerible.
5. El miedo a la no supervivencia. A no levantarse jamás. Esto sobre todo es el germen de la agresividad, de la hostilidad.
¿Cómo desactivar su miedo y retomar el control de su empresa?
La amígdala es irracional, y tarda unos milisegundos en tomar el control. El cerebro racional el neocortex para entonces ni le ha llegado la información, además tarda en procesarla segundos. Para cuando quiera dar una respuesta pensada y correcta, la amígdala se le ha adelantado, y ya le gana la carrera. Haga que el neocortex tome el control.
Haga un cortafuegos de antimiedos. Tome el control de su miedo
1. Cuente hasta 10, dele tiempo antes de reaccionar. Esto hará que el neocortex tenga tiempo de pensar con claridad. Pero antes de esto calme su mente. Respire profundo, piense en algo positivo, y haga a un lado el problema.
2. Perseverancia. Hay que tener una firme decisión de no caer en manos del miedo. Mucho pensamiento positivo y pensar cada cosa que uno hace y dice sobre si habla el miedo o usted mismo.
3. Pensar razonadamente sobre qué cosa en particular te da miedo. El miedo es ambiguo. Difuso, oscuro. Si concretamos que cosa en qué circunstancias nos produce miedo estamos estrechando el cerco al miedo. Ya solo eso es cierto que nos hace temer. Lo demás queda limpio de miedo.
4. Tener un plan B. ¿Qué pasaría si esto o lo otro saliera mal? Es preciso tener un plan B siempre listo antes de tirarse a la piscina de una decisión. Esto reduce la incertidumbre y da seguridad. Si pasara lo peor vd estaría a cubierto, por tanto no hay miedo.
5. Tomar distancia: a menudo al tomar distancia nos damos cuenta de que estamos en manos de un calentón de miedo. De esta forma vemos deformadas las cosas y todo parece surrealista y caótico.
6. Apóyese en su equipo. De esta forma no crea un muro entre usted y el equipo. Gane su confianza pidiendo su opinión, respetando sus divergencias de opinión, sin castigar los errores. Deles un “chance” Ellos saben todos los detalles de su trabajo, pues deje que lo hagan.
Autora: Leticia Barrios
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