Lo pasado ha huido, lo que esperas está ausente, pero el presente es tuyo.

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Lo pasado ha huido, lo que esperas está ausente, pero el presente es tuyo.

Estamos mientras permanecemos  con vida en esta dimensión física sujeta a los cambios, a lo que ello genera, a su alcance, repercusiones y debemos saberlos afrontar de tal forma que nos favorezca  en pro de nuestro crecimiento personal, laboral.

De ahí, la importancia de estar abiertos a los cambios, tener un autoconocimiento de uno mismo y sobre todo evaluar los beneficios, alcance que genera saber interpretar los cambios y como actuar ante ello.

En el caso particular que nos concierne. como es el laboral, especialmente todos aquellos que se desenvuelven en una empresa, deben estar abiertos a los cambios, debe la gerencia, el verdadero líder que realmente se ha identificado con su recurso humano saber motivar, guiar a su personal  en pro de interpretar las repercusiones positivas, alcance que genera el identificar lo que el cambio demanda. Debe aportarle todas las ayudas necesarias, estímulos para que no le teman a los cambios, resaltar sus benevolencias.

Muy interesante lo que la Escuela de  Educación Mental aporta al respecto cuando indica, que la mente humana es perezosa. Se auto perpetúa a si misma, es llevada de su parecer y con una alta propensión al auto-engaño. En cierto sentido, creamos el mundo y nos encerramos en él. Vivimos enfrascados en un diálogo interior interminable donde la realidad externa no siempre tiene entrada. Buda decía que la mente es como un chimpancé hambriento en una selva repleta de reflejos condicionados. Tu mente, al igual que la mía, es hiperactiva, inquieta, astuta, contradictoria. La mente no es un sistema de procesamiento de la información amigable, predecible y fácilmente controlable, como ocurre con muchos computadores; nuestro aparato psicológico tiene intencionalidad, motivos, emoción y expectativas de todo tipo. La mente es egocéntrica, busca sobrevivir a cualquier costo, incluso si el precio es mantenerse en la más absurda irracionalidad.

Se nos agrega que la mayoría de las personas mostramos una alta resistencia al cambio. Preferimos lo conocido a lo desconocido, puesto que lo nuevo suele generar incomodidad y estrés. Cambiar implica pasar de un estado a otro, lo cual hace que inevitablemente el sistema se desorganice para volver a organizarse luego asumiendo otra estructura. Todo cambio es incómodo, como cuando queremos reemplazar unos zapatos viejos por unos nuevos. Teilhard de Chardin consideraba que todo crecimiento está vinculado a un grado de sufrimiento. El cambio requiere que desechemos durante un tiempo las señales de seguridad de los antiguos esquemas que nos han acompañado durante años, para adoptar otros comportamientos con los que no estamos tan familiarizados ni nos generan tanta confianza. Crecer duele y asusta.
La novedad produce dos emociones encontradas: miedo y curiosidad. Mientras el miedo a lo desconocido actúa como un freno, la curiosidad obra como un incentivo (a veces irrefrenable) que nos lleva a explorar el mundo y a asombrarnos.
Aceptar la posibilidad de renovarse implica que la curiosidad como fuerza positiva se imponga a la parálisis que genera el temor. Abandonar las viejas costumbres y permitirse la revisión de las creencias que nos han gobernado durante años requiere de valentía.
Ahora bien, podemos llevar a cabo la ruptura con lo que nos ata de dos maneras: (a) lentamente, en el sentido de desapegarse, despegarse, o (b) de manera rápida, lo cual implica “acepto lo peor que podría ocurrir” de una vez por todas, en el sentido de soltarse, saltar al vacío, jugársela sin anestesia

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Se comenta además, que las teorías o las creencias que hemos elaborado durante toda la vida sobre nosotros mismos, el mundo y el futuro se adhieren a nuestra psiquis, se mimetizan con todo el trasfondo informacional y las convertimos en verdades absolutas. Les hacemos demasiado caso a las creencias que nos han inculcado de pequeños. Si toda la vida te han dicho que eres un inútil, es probable que tu mente se crea el cuento y organice una base de datos sólida alrededor de la incompetencia percibida. Entonces, decir: “Soy inútil” es mucho más que una opinión, es una revelación convertida en dogma de fe. El slogan educativo con los años se convierte en un mandato difícil de ignorar:”Si mis padres y amigos me lo dicen, por algo es”. Así nace el paradigma, es decir, la certeza incontrovertible de que soy como me han dicho que soy.

Definidamente, debemos estar atento, animados, dispuestos a entender el alcance, repercusiones que el cambio que se nos propone no nos afecta, todo lo contrario nos da la oportunidad a crecer, a alcanzar resultados más favorables.

Es preciso estar atentos y tomar las acciones correspondientes para que el cambio que repropone, se quiere  manifestar,  no nos provoque temor, miedo, todo lo contrario, debemos ver su positivismo y en caso de que este nos perjudique en todo lo que esperamos alcanzar, afecte nuestra armonía, paz, entonces debemos enfrentarlo, destacando sus debilidades, haciendo ver a quien nos los ofrece que éste no es beneficioso, a fin de que se tomen las medidas correctivas para que realmente nos favorezca.

Es importante resaltar en el caso de las empresas, organizaciones, que quieren propiciar cambios que le favorezcan en pro de su operatividad e involucre en ellos el comportamiento del personal favorable, hasta el extremo, que este debe dejar los esquemas tradicionales para adaptarse a los nuevos estilos de comportamiento administrativo, tomar en cuenta, lo que algunos señalan sobre que muchas veces las personas no se comprometen con el cambio porque no saben lo que va a pasar. Por no saber como actuar. A razón de que lo nuevo no es algo definido, por lo tanto una forma de defenderse de lo desconocido es agarrándose de lo conocido y, consecuentemente negando lo nuevo.

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Considérese que,  un proceso de cambio ocurre de forma muy eficiente si todos están comprometidos con él. En tanto para que las personas se comprometan, estas no pueden ser atropelladas por el proceso, como si fueran algo ajeno al mismo. En la verdad, el cambio ocurre a través de las personas. Y para que se considere a las personas como parte del proceso de cambio es necesario conocer sus valores, sus creencias, sus comportamientos, todo lo que ello encierra.

Autor: Carlos  fuente www.articuloz.com

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