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empresario 2Hasta ahora hemos estado explorando muchas de las consecuencias disfuncionales que sufren los profesionales, ejecutivos, gerentes y directivos dentro del mundo corporativo y organizativo.

También hemos compartido distintos aspectos que se relacionan con este proceso y que se vinculan con el libro “Suicidio Profesional o Asesinato Organizacional” del Dr. Donald W. Cole y Eric Gaynor Butterfield – 2003 que estuviera basado en el trabajo pionero del Dr. Cole (“Professional Suicide or Organizational Murder”).
 
Algunos aspectos del contexto fueron luego tenidos en cuenta en la Jornada de hace un mes atrás donde las organizaciones siguiendo los consejos de Burns & Stalker, James D. Thompson y Charles Perrow necesitaron cambiar su forma organizativa volviéndose muchas de ellas más orgánicas y flexibles y al mismo tiempo privilegiando la importancia de la tecnología. Por favor tengan en cuenta que hemos mencionado la tecnología y no lo que hoy conocemos bajo el nombre de tecnología informática.
 
Lo que sucedía a nivel macro con la economía también comenzó a impactar sobre las organizaciones especialmente a través de la imposición del papel moneda. Y hemos dedicado suficiente tiempo al muy buen trabajo de Robert Kiyosaki para mostrar éste como la combinación de la imposición del papel moneda y el desconocimiento de las personas respecto de cómo manejarse financieramente, tuvo fuerte impacto negativo sobre la vida de las personas (miembros organizacionales). Para las empresas y organizaciones el impacto no ha sido necesariamente tan negativo especialmente hasta hace unos 10 años atrás.
 
La supervivencia de las empresas ha hecho necesario que se lleve a cabo posiblemente la mayor “adquisición y compra” de empresas que se haya visto en la historia de la humanidad. Y ese ha permitido que aparezcan nuevas organizaciones aunque en menor número de aquellas que existían desde hace una generación.
 
En un excelente trabajo Hannan & Freeman detallan como lo que sucede con las empresas y organizaciones se asemeja en gran medida con lo que sucede con la vida de los conejos. Hace falta un “sistema de selección” muy afinado y también un sistema de “perfeccionamiento de la especie” que permita la supervivencia de los conejos. Caso contrario, así como muchos de ellos “crecen” y se multiplican en gran número, pueden también llegar a perecer. Cualquier persona que haya criado una pareja de conejos sabe muy bien cuan rápidamente crecen los conejos y después de cierto tiempo pueden aprender – también rápidamente – cuan cerca pueden estar de su extinción. Y los autores sugieren que algo parecido ocurre con el mundo corporativo. De modo que hace falta afinar algunos aspectos para “mejorar la raza” dentro de la organización (podemos sugerir a los cursos de capacitación como una de las maneras de mejorarla como así también los procesos de selección de nuevo personal). Pero, aún realizando y llevando a cabo cosas para mejorarla, las fuerzas del contexto pueden llevarse a toda una organización por delante y encaminarla hacia su desaparición.
 
Recordemos que dentro de las organizaciones tenemos a muchos profesionales y también ellos están en el contexto como Clientes y como proveedores. De modo que los cambios en el mundo corporativo también impacta sobre las personas, algo que usualmente los estudiosos a nivel macro no tienen siempre en cuenta o por lo menos no le prestan toda la importancia de la misma.
 
En la parte II hemos trabajado sobre el importante aporte de Robert Kiyosaki quien muestra como las personas (profesionales, directivos, ejecutivos y gerentes) luchan a veces toda una vida y mueren dejando deudas, como ha sido el caso del padre de Robert Kiyosaki. Kiyosaki concluye señalando que esto sucede por cuanto “las personas pasan muchos años en los colegios pero no aprendieron nada acerca del dinero”. Y consiguientemente “el resultado es que aprenden a trabajar por el dinero… pero nunca aprenden a tener dinero trabajando para ellos”.

Nosotros podemos decir que nuestra experiencia en la materia muestra como no resulta de ninguna manera sencillo transformar a un “profesional o directivo de una empresa en un emprendedor – empresario”. Y que esto no solamente tiene que ver con la educación financiera sino con otros importantes aspectos. Hemos encontrado evidencia de que a veces es más fácil y más rápido transformar a un estudiante que ha completado la secundario en un empresario – emprendedor, que a un profesional diplomado como graduado universitario. Y muchas personas nos preguntan como es esto posible. Y nosotros les recordamos que en alguna medida el trabajo de Kiyosaki es una muestra de ello.
 
Los años en la universidad, no necesariamente garantizan el éxito. Debemos recordar que las empresas funcionaron por muchos años bajo el esquema jerárquico piramidal que privilegia las divisiones verticales.

Las funciones principales eran producción, ventas y finanzas y todas ellas – de una manera u otra – hacían necesario algún experto. Estos expertos naturalmente debían reclutarse de las universidades, privilegiando entonces a las facultades de ingeniería y de administración.

Pero el advenimiento de la organización matricial, mostró a las claras que lo “aprendido en la universidad” aunque era importante y necesario, no siempre era suficiente. Las habilidades, conocimientos y competencias intra e interpersonales, no estaban dentro de la curricula universitaria. Daniel Goleman (Bantam Books – 1995) en su tratado “Inteligencia Emocional” muestra que el éxito está fuertemente vinculado con la inteligencia emocional y que los aspectos cognitivos representan un componente que muchas veces no es tan relevante en el desarrollo de las carreras dentro de las empresas y organizaciones.
 
La globalización financiera, tecnológica y digital resultó aún un paso más en lo letal para los profesionales y ejecutivos. Los profesionales eran reclutados en gran medida pues se asumía que su criterio en la toma-de-decisiones le proveía de ventajas en relación a aquellos que no eran profesionales diplomados en las universidades. Y de hecho que disfrutaron de esta ventaja competitiva. Pero no ha sido por mucho tiempo.
 
En primer término los profesionales ya no competían con los no-profesionales de su propio país o comunidad; competían con quienes eran profesionales en todo el mundo (ya hemos visto en el taller anterior que un ingeniero en petróleo de China está dispuesto a trabajar por menos del 10 % de un occidental proveniente de un país desarrollado. Pero esto no ha sido todo lo que han tenido que vivir – y padecer en alguna medida – los profesionales y ejecutivos de organizaciones.
 
La globalización digital los ha hecho prescindibles así como la línea de montaje de Henry Ford ha hecho prescindible a aquellos artesanos y maestros que sobresalían en muchos de sus oficios.

Se trata ahora de una nueva masificación y esta masificación privilegia la cantidad de productos, servicios, y también de “respuestas”. Ahora los Clientes reciben “respuestas” sin tantas personas (piensen lo que sucede cuando llamamos a una empresa y la respuesta está pre-establecida o cuando vamos a un cajero automático de un Banco).

De modo que la discreción respecto de cuanto puede retirar una persona Cliente de un Banco ya no está dado por “alguien” de la sucursal bancaria ni tampoco por el gerente de la sucursal; es el cajero automático quien le da la respuesta, y además siempre lo hace privilegiando los intereses del Banco. Un gerente no podía decirle al Cliente no podía retirar fondos porque “se le había caído el sistema” pero ocasionalmente “la máquina” sí lo dice.

Y el Cliente lo acepta como algo natural. ¿Qué persona estaría dispuesta a decirle a un Cliente que su sistema se ha caído y que por ello no le puede pagar? ¿Cuántas personas estarían tan comprometidas con el Banco para dar este servicio como lo hace el cajero automático sin hacer reclamo alguno de mejor pago?
 
Pero las dificultades de los profesionales y ejecutivos dentro del mundo corporativo y empresarial no habrían de concluir. La combinación de la globalización financiera con la tecnológica resultaría ser una fuerza demasiada poderosa como para poder sobrellevar en el tiempo a una Profesión.

Los diplomas entregados por las mejores Universidades se asemejan a un yogurt, a la leche, o a un par de naranjas: tienen una fecha de vencimiento! El conocimiento profesional en sus principios no solamente ofrecía una ventaja competitiva a su titular sino que le daba la oportunidad de tener una forma de ganarse la vida durante toda la vida. La generación anterior a la de los padres profesionales, se esforzaba en dejarle a sus hijos una propiedad como forma de protegerlos para cuando ellos ya no estuvieran.

La generación siguiente de padres, les ofrecía a los hijos la oportunidad de que fueran profesionales como manera de poder protegerse en el tiempo para cuando ellos tampoco estuvieran. Pareciera que entre las dos generaciones existían diferencias en relación con la protección pero en realidad tenían un común denominador: el título profesional les serviría a los hijos por unos 30 años – justo lo suficiente para tener alguna pensión – que es exactamente igual al tiempo en que una propiedad usualmente tiende a depreciarse (a la tasa del 3 % anual promedio).
 
La expulsión cada vez más temprana de los profesionales y ejecutivos de las organizaciones y empresas es hoy en día un hecho; una gran mayoría de ellos dejan de pertenecer a las empresas a los 45 años, muchos a los 40 y también algunos ven terminadas su carrera laboral dentro del mundo corporativo antes de los 35 años (ver “Suicidio Profesional o Asesinato Organizacional”, ya citado).
 
Y este fenómeno – que podemos aceptar o no, sentirnos a gusto con él o no, que propicia oportunidades para unos pocos y dolor para muchos – está para quedarse. Jamás se han dado tantas fusiones y adquisiciones en el mundo como durante los últimos 5 años y este tipo de escenario está aun para crecer.

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¿Qué significan las fusiones y adquisiciones? Por un lado mayor eficiencia y productividad “dentro” de la empresa y también mayor utilidad para los accionistas. Pero por otro lado, se incrementa la desocupación. Y en especial de aquellos que se encuentran dentro de los niveles medio de las empresas, como es el caso de los profesionales y los ejecutivos.
 
Por lo tanto, los profesionales, gerentes, y ejecutivos han de tener cada vez más problemas en tener un primer trabajo, y luego de conseguirlo y ser reclutados es muy probable que “salgan” de esa empresa dentro de los primeros tres años. Por un tiempo cuentan con buenas posibilidades de reinsertarse en “otra” empresa pero a partir de los 35 años esto se vuelve cada vez más difícil. Muchos persisten en el esfuerzo de reinsertarse incluso cuando cuentan con unos 40 años pero a los 45 años tienen bien en claro una gran cantidad de ejecutivos y profesionales, que deben enrumbarse hacia otros horizontes.
 
¿Pueden hacerlo? ¿Qué nuevos obstáculos encuentran los profesionales y ejecutivos como resultado de las observaciones claras que destaca Robert Kiyosaki? El papel moneda y la creación del mismo – con o sin respaldo – vinculado con el pensamiento de Lord John Maynard Keynes que “elimina de la faz de la tierra” el pensamiento opuesto del gran economista alemán Joseph Schumpeter.

Este último privilegia la idea del “empresario innovador” como principal motor de la economía, que por supuesto se aleja completamente del pensamiento de Keynes.

Este último considera que es productivo “hacer pozos en las calles con tal de que alguien los llene después”, hecho que los gobernantes latinoamericanos adoptan rápidamente creando lo que ellos sugieren que es trabajo, pero que en realidad es trabajo no genuino.

Esta creación de dinero resulta ser una ficción en el sentido que se aleja de todo intento productivo, y nos encontramos entonces con que – paradójicamente – las personas más productivas son las más castigadas.
 
Robert Kiyosaki destaca que el problema principal que confrontan las personas productivas tiene que ver con dos “frentes” principales: los Bancos que debe su existencia y crecimiento en base a los “intereses” y los gobiernos quienes justifican su presencia y el estilo de vida de sus gobernantes en base a los “impuestos”.

Mientras los profesionales y ejecutivos permanecen dentro del mundo corporativo esto no lo tienen muy en claro, pero no bien ponen un pie fuera de él se dan cuenta de esta realidad. Y esto hace aún más difícil su supervivencia “fuera” del mundo corporativo y empresarial.  Aprenden rápidamente que operar “como profesionales independientes” o como “pequeños empresarios” es una carga demasiado pesada. Y son muchos los factores a tener en cuenta al respecto.
 
En The Organization Development Institute International contamos con bastante experiencia relacionada con el proceso que viven los profesionales y ejecutivos en su “transición” para llegar a convertirse en empresarios / emprendedores. Hemos también aprendido bastante al respecto pues nosotros empeñamos a nuestro propio personal a que se transformen en empresarios / emprendedores. Y además contamos con algunas investigaciones y trabajos de campo que nos son de ayuda adicional. Comencemos a explorarlas.
 
Uno de los pasos más difíciles que confrontan los ejecutivos en las empresas en sus intentos de convertirse en empresarios tiene que ver con “romper el paradigma” de un trabajo con sueldo fijo. La seguridad y protección de la que han gozado en las empresas, es apreciada internamente por ellos cuando dejan de pertenecer a la empresa aunque esto no siempre es reconocido abiertamente con terceros.
 
Desde hace muchos años Shakespeare ha hecho uso de la seguridad y protección como método y medio de “destrucción”. Las brujas dan instrucciones de distinto tipo orientadas a hacer caer al enemigo incluyendo males terribles y perecederos, pero Hecate como líder de ellas ve las limitaciones de las maldades en cuanto a la posibilidad de destrucción total.

Para ello las pone a un lado y toma el mando declarando una única instrucción que termina siendo un arma letal: “en lugar de las maldades terribles que ustedes están aconsejando lo que vamos a hacer es darle – al enemigo – un sentido de protección total”. Y es justamente este mismo sentido de protección total del que han gozado muchos profesionales, ejecutivos, gerentes y directivos en sus empresas quien les impide dar el salto necesario para emprender por cuenta propia.
 
Por otro lado la mayor parte de las personas parecen sentirse relativamente cómodas dentro de un mundo donde, después de varios años de estudios formales, se encuentran con un trabajo donde pueden aplicar lo que “han aprendido”. El hecho de ser empresario o emprendedor implica la necesidad de tener que dedicarse a buscar nuevas ideas para crear la empresa o para desarrollar algún invento, y es común que los profesionales parecen no sentirse cómodos con la situación arriba descripta. Por el contrario los empresarios siempre han preferido privilegiar la búsqueda hacia algo que no es usualmente concedido en los centros formales de educación. Estas personas de características emprendedoras tienen una primera particularidad : “No están satisfechas con como están las cosas hasta ahora” (Eric Gaynor Butterfield, Dublín; 2000). Y esta particularidad se complementa con una segunda : “No existe la palabra NO en su diccionario”, algo que decía Napoleón muchos años atrás.
 
Los profesionales y ejecutivos que trabajan dentro del mundo corporativo tienen limitada su capacidad de “inventar” que es absolutamente indispensable dentro del mundo privado de los emprendedores. Justamente uno de los propósitos de “la Profesión” es mostrar las bondades de una profesión en particular, lo que muchas veces se hace a expensas incluso de “otra profesión”. Ahora sabemos que no existe una manera particular de aprender sobre inventos e ideas y parece que tampoco ayudan mucho los sistemas formales educativos a desarrollar inventores.

Y los profesionales están dentro de la especie que posiblemente ha pasado más años de su vida dentro de un sistema formal educativo.

Ante una pregunta de un participante en un World Congress de The Organization Development Institute respecto de que es lo que hay que hacer para completar un Doctorado en los Estados Unidos la respuesta fue que simplemente hay que dedicar muy poco tiempo a pasarla bien fuera del sistema formal educativo y tratar de responder a los requerimientos teniendo en mente la respuesta esperada de la otra parte.

 Y aquí encontramos una distinción con los inventores pues parece que este interesante grupo de personas no necesitan que otros “les den una nota” y menos aún que ellos estén realmente interesados en la nota “que otros le van a dar”.

Los profesionales y ejecutivos en las corporaciones están sujetos a evaluaciones periódicas y a recibir feedback respecto de donde están – además de instrucciones respecto de hacia donde deben dirigirse – lo que los hace sentirse cómodos contando con la aprobación de terceros. Los inventores y la capacidad de inventar que es requerida para ser empresario “Pueden vivir sin la aprobación de afuera” (Eric Gaynor Butterfield, Dublín, 2000).

Otra particularidad de los empresarios innovadores en términos del economista alemán Joseph Schumpeter tiene que ver con esta frase: “La mente es como un paracaídas. No funciona si no se abre”.

 El empresario necesita imperiosamente ver el mundo desde distintas perspectivas y no como polos opuestos de una misma dimensión. Graham Bell no estaba orientado hacia inventar el teléfono y tampoco Thomas Edison buscaba inventar el fonógrafo. Lo mismo ha pasado con el descubrimiento de la penicilina. Y con la sacarina. Y con el micro-ondas. Ni con el control remoto de su Televisor.
 
También hemos observado que en los últimos tiempos los “científicos” han sido reemplazados poco a poco por “investigadores” y muchos de ellos se encuentran en las planillas de sueldos de las grandes empresas multinacionales o de entidades gubernamentales lo que ha dado origen a una nueva “especie de inventores”; ya los inventos han dejado de ser propiedad de personas y los titulares son mas bien empresas multinacionales. Y esto representa un freno muy fuerte al espíritu innovador libre puesto que cada vez más los inventos están vinculados con el mundo del dinero tanto para su desarrollo como para su explosión comercializadora. El aspecto corporativo sumado al componente financiero hace que cuando un inventor aparece con una nueva solución a un viejo problema o con una nueva forma de abordar un proceso, son muy pocas las empresas que están dispuestas a correr el riesgo a menos de que se encuentre “dentro de los parámetros previstos por la política de la empresa”.
 
Jacob Rabinow – uno de los inventores norteamericamos más prolíferos – señala que muchos de sus inventos tuvieron que ser trasladados fuera de las fronteras de los Estados Unidos ya que eran consideradas de “alto riesgo” … por financistas.

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Muchos de estos financistas preferían que “otros” corrieran con el riesgo inicial del negocio y – si les iba bien – como estos pequeños emprendimientos iban a tener necesidades financieras en algún momento, ellos, los financistas, les comprarían finalmente la empresa.

Rabinow manifiesta que “… lamentablemente la mayor parte de las empresas son manejadas por los profesionales y ejecutivos financieros que saben como comprar y vender, pero saben nada respecto de los productos que sus empresas producen. Hasta es probable que no conozcan cuáles son esos productos.” Lo irónico de lo que sucede hoy en día con las innovaciones que los japoneses desarrollan es que están basados en el espíritu empresarial de Bell, Edison y otros grandes innovadores. En alguna medida podemos decir que dentro del mundo corporativo pueden apagarse muchas iniciativas de inventos e innovaciones lo que no predispone a que sus profesionales una vez fuera de la organización, desplieguen enormes fuerzas emprendedoras, resultando aplicable la hermosa frase del brillante James March al afirmar que la organización desde el punto de vista comunicativo e informativo es un gran tacho de basura” (garbage can).
 
Hemos encontrado un aspecto adicional que se vincula con las dificultades que tienen los profesionales para convertirse en empresarios. Los profesionales tienden a pensar “desde aquí” y hacia delante. Los empresarios tienden a construir desde el éxito. Se posicionan “desde el logro”.

Contamos con experiencias personales de varios empresarios que – adquiriendo un terreno totalmente vacío o una propiedad totalmente deteriorada – la visión que tenían en ese momento era de un negocio “andando”, con mucha gente comprando y la cajera recibiendo dinero continuamente.

El posicionarse en el éxito y en el logro le ofrece muchas ventajas al empresario; como por otro lado el profesional se encuentra en desventaja al posicionarse en el presente y proyectándose hacia el futuro. En este último caso el profesional está permanentemente viendo y exponiéndose a todos los obstáculos que existen para alcanzar el éxito y sus logros.
 
El profesional y los ejecutivos dentro del mundo corporativo están permanentemente vinculados con un proceso de esperar instrucciones de otros que están en la cúspide de la organización, usualmente.

El empresario es quien debe generar lo que otros deben hacer. Y el “hacer” es otra característica del empresario. No titubea en hacer cosas que muchas veces no están vinculadas con su función.

En cambio el profesional y ejecutivo dentro del mundo corporativo encuentra que la división del trabajo le permite derivar innumerables tareas y actividades a terceros; siempre hay alguien más que puede hacer la tarea. Por el contrario el empresario no puede aplicar al 100 % el principio de división del trabajo pues le resultaría demasiado oneroso. En este sentido, el empresario y emprendedor ha tenido que poner en práctica la organización matricial antes de que fuera descubierta por Robert Blake y Jane Mouton!
 
La vida del profesional está vinculada con la redacción y la escritura. Muchas instrucciones y comunicaciones son formalizadas a través de manuales de organización, de descripción de funciones y tareas, y descripción de procedimientos. El empresario por el contrario, tiene muy pocas actividades y procesos que estén totalmente formalizados. Sabe muy bien que todo aquello que está escrito, puede incluso llegar a usarse ocasionalmente en contra suyo.

Alvin Gouldner, Philip Selznick, y Robert Merton encontraron a través de minuciosas investigaciones los límites de la organización burocrática y como las reglas y normas escritas pueden tener consecuencias disfuncionales para la empresa. El empresario no tiene idea de quienes son estos expertos en materia de comportamiento organizacional pero aprendieron por sí solos cuales son los aspectos negativas de las reglas. De todas maneras hoy en día los empresarios que muestran interés en ampliar sus negocios deben tener en cuenta la importancia de formalizar los procesos y esta es una de las dificultades que se les presente en relación con los requerimientos formales de las normas ISO.
 
Es común que el profesional tenga muchas rutinas en cuanto a como lo premian otros (tasas de premio más bien fijas o por lo menos posibles de anticipar) a diferencia del empresario. Pero existe un componente adicional en relación con los premios y recompensas; el empresario tiende a premiarse sobre tasa variable.
 
El profesional y también el ejecutivo tienden a consumir recursos de la organización con excepción de algunos que se encuentran localizados en las unidades de generación, a diferencia del empresario que en todo tiempo y en toda circunstancia debe “generar y crear recursos” desde el punto de vista organizacional.

Muchos profesionales respetan los límites prefijados dentro de su empresa y además por los límites establecidos por su propia Profesión. Los Colegios Profesionales dictan normas y establecen parámetros de comportamiento dentro de los cuales deben ellos actuar.
 
Hemos encontrado en muchos empresarios una orientación muy efectiva en cuanto al manejo de su dinero; los profesionales y ejecutivos tienden a pensar mas bien en planes de pensión y jubilación. Robert Kiyosaki destaca que el sistema de pensión está prácticamente quebrado y además la posibilidad de que pueda un profesional jubilarse requiere que realice aportes durante toda una trayectoria laboral que hoy día es inusual al verse interrumpida su relación corporativa mucho antes de los 65 años.
 
Hemos trabajado muy duro con algunos profesionales y ejecutivos que intentaban convertirse en empresarios puesto que “seguían intentando operar dentro de lo aprendido en su profesión”. Y este esquema se halla cada vez más fuertemente instalado incluso dentro de las profesiones más independientes como lo es la Medicina.

No son los Médicos quienes conducen las organizaciones de salud, sino más bien trabajan en estas instituciones que son más bien financieras; como diría Robert Kiyosaki – a diferencia de lo que sucedía hace una o dos generaciones atrás – hoy en día los médicos trabajan por el dinero y no hacen trabajar el dinero para ellos (como lo hacen los accionistas de las organizaciones pre-pagas de salud).
 
Desde que Burns & Stalker (1961) hicieron notoria la necesidad del “cambio” los ejecutivos y gerentes dentro del mundo corporativo han sentido cada vez con más intensidad como el contexto impacta con más poder sobre sus vidas.

Esto es algo que los empresarios supieron toda su vida. Y por ello, han estado inmunizados contra los procesos transicionales y transformacionales que han estado sucediendo.

Los profesionales y ejecutivos al igual que los empresarios han tenido que aprender nuevas formas de mutación ante los cambios del contexto, pero a diferencia de los profesionales los emprendedores han estado mejor entrenados y equipados para lidiar con los impactos que vienen de afuera. Para el empresario el caos y la incertidumbre representan una maravillosa oportunidad; sin ellos su ingreso como contendores nuevos no sería posible o por lo menos no sería tan fácil.

Algo que hemos encontrado continuamente en el proceso de asistir a los profesionales a convertirse en empresarios, es el hecho que “tienen grabado en sus cabezas” que cobran por el transcurso del tiempo.

Aunque parezca paradójico es el mismo esquema de aquellos trabajadores que realizan las tareas más repetitivas y rutinarias. La mayor parte de los servicios profesionales prestados guarda relación con el tiempo transcurrido y no necesariamente con la calidad de la misma prestación. Esto hace que les resulte difícil trasladarse hacia una posición como la del empresario donde solamente puede recibir ingresos como consecuencia de los resultados que alcanza. Y más aún, en el proceso y transcurso del tiempo, el empresario no solamente se priva de recibir ingresos sino que tiene que incurrir en pagos y gastos a otros por el transcurso del tiempo.
 
La escritura y la lectura forman parte del mundo de los profesionales y ejecutivos y en especial con lo que ellos deben hacer y también con lo que deben conseguir que otros hagan. El empresario emplea mucho de su tiempo en mostrar como se hacen las cosas; está convencido de que la palabra y la escritura son opciones posibles pero no tan positivas y efectivas como a través “del mostrar”.
 
La visión de los ingresos y del dinero que tienen muchos ejecutivos y gerentes tienen que ver “con su propia cajita” que está vinculada con la enorme inversión realizada para alcanzar la profesión y el diploma universitario. Por otro lado los empresarios “no tienen cajita alguna” de modo que su alcance es mayor.
 
Hemos encontrado que muchos profesionales “tienden a parar de invertir” – incluso dentro de su propia profesión, una vez que se han graduado.

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Un trabajo de campo realizado durante el año 1993 exhibe una tendencia de los profesionales a no incorporar equipos de tecnología informática en la misma medida que lo hacen los pequeños y medianos empresarios.

Todavía hoy en día encontramos algunos contadores, ingenieros y médicos que guardan sus historias y las de sus Clientes en tarjetas y formularios. Resulta aún más dramático lo que sucede con los profesionales y ejecutivos luego de que han terminado sus carreras y recibieran sus diplomas universitarios. Solamente una pequeña proporción de los profesionales son miembros de su Colegio Profesional, y menos aún quienes se vinculan más estrechamente con ellos a través de programas de actualización y asistencia a los congresos locales. Y solamente una ínfima porción de los profesionales universitarios latinoamericanos pertenecen a la Asociación Profesional que lidera su especialidad en el mundo. Se calcula que entre éstos últimos menos del 1 por mil lo hacen.
 
El profesional divide más claramente su trabajo de sus intereses personales. Y especialmente al momento de tomarse sus vacaciones. Las vacaciones para el profesional y ejecutivo “son para descansar” y no tener que pensar en otras cosas. El empresario aprovecha el descanso vacacional para aprender respecto de lo que sucede en otro sitio del mundo, donde existe otros productos y servicios, y otras diferentes maneras de hacer el delivery de los mismos. La comercialización de formas que le resultan extrañas a lo que hace habitualmente el empresario, las innovaciones de otros, las ferias y congresos donde se presentan nuevos productos y servicios, ofrecen a los ojos del empresario el estímulo necesario para seguir innovando dentro de su propia empresa.
 
El aspecto de “riesgos” merece especial atención. El experto David McClelland dedicó mucho de su tiempo y energía a estudiar el aspecto motivacional y dentro de él consideró la orientación que tienen los ejecutivos y gerentes en cuanto al riesgo. Los gerentes y ejecutivos parecen tomar riesgos calculados, es decir dentro de ciertos parámetros razonables que muchas veces se encuentran dentro de los límites no-formales establecidos por la corporación.

Para los empresarios y emprendedores el esquema es distinto; son pocos los que pueden llegar a subsistir atreviéndose únicamente a nuevos proyectos cuyos riesgos son calculados. El fracaso es algo con lo que el empresario puede vivir todos los días; para ellos lo realmente importante es que el fracaso no sea total (en términos de consumir todos sus recursos) y que le permita levantarse.

Los empresarios y emprendedores sin haber llegado a conocer el monumental trabajo de James March & Herbert Simon (1958 – “Organizations”) editado por Wiley & Sons saben que la organización no es una unidad monolítica total donde lo que tienen en la cabeza los de arriba ha de ser ejecutado por otros.

Estos dos notables expertos muestran que el manejo de los incentivos en relación a los aportes y contribuciones de los distintos participantes organizacionales, a nivel de las personas, los grupos, las relaciones intergrupales, resultan ser un componente de vital importancia para alcanzar eficacia empresarial. Los profesionales no siempre tienen esta perspectiva organizacional.
 
El lenguaje hablado por la empresa es muchas veces interpretado por los jóvenes profesionales como “lo que funciona en la práctica”. El trabajo inspirador del Dr. Donald W. Cole es una muestra de que no siempre es necesariamente así. Las diferencias entre el “charter organizacional” y lo que está en funcionamiento son uno de los aspectos principales que pueden comenzar a precipitar el dilema del suicidio profesional en los jóvenes ejecutivos profesionales.
 
A veces – muy tardíamente – los profesionales y ejecutivos aprenden que su propia visión desde su especialidad como graduados universitarios, no es más que un obstáculo para el desarrollo y crecimiento de la empresa en su totalidad. Aquellos que como adolescentes se encaminan hacia “lo comercial – financiero” suelen terminar sus estudios secundarios como Peritos Mercantiles y luego continúan sus estudios en la Facultad de Ciencias Económicas. Se siguen especializando cada vez más, y antes de graduarse pueden continuar sus carreras como auditores en una de las ex “Big six” firmas auditoras líderes en el mundo. En el caso que visualizan una opción mejor muchas veces se instalan en uno de sus ex – Clientes como Contador General y progresa hasta convertirse en Contralor. Una especialización mayor lo lleva al puesto de Tesorero, y finalmente alcanza el cenit de su carrera laboral y profesional como Director Financiero. Ahora bien ¿Cuáles son las principales funciones de un Director Financiero? Pues los libros y los estudios universitarios sugieren que tiene que ver con hacer el mejor uso del recurso financiero que ellos tienen disponible: el dinero. La postergación de pagos lo hace enemistar con una mitad de la empresa dedicada a compras, adquisiciones y demás aprovisionamientos mientras que la anticipación de cobranzas le hace enemistar con la otra mitad con quien se vincula su empresa: los Clientes. En conflicto con prácticamente el 100 % de su empresa, su supervivencia en la misma comienza a dificultarse!
 
La mirada de los profesionales y ejecutivos está muchas veces puesta principalmente en quién es su superior, mientras que el empresario mira más hacia sus Clientes, potenciales o reales. Y el pensamiento del profesional tiende a ser más bien unidimensional más que bidimensional juzgando correcto o incorrecto muchas veces a la luz de los conocimientos de su profesión.
 
El profesional graduado como diplomado universitario privilegia el método deductivo, yendo de lo general a lo particular mientras que el empresario usualmente puede manejarse bajo ambos métodos y tiene una fuerte tendencia a “lo inductivo” (Eric Gaynor Butterfield: Congreso de Innovación Empresarial – 2002). Hoy en día sabemos que la creatividad e innovación son elementos indispensables para aquellos interesados en manejar empresas y que además se vinculan más fuertemente con las habilidades desplegadas con el método inductivo que con el deductivo.
 
Hemos enumerado algunos aspectos vinculados con las Ciencias del Comportamiento que muestran el tránsito que deben desplegar los profesionales, ejecutivos, directivos y gerentes de empresa que intentan “ejercer” como empresarios y emprendedores. Afortunadamente sabemos que el reconocimiento de lo que “necesitamos” es el primer – e importante – paso hacia la consecución de un logro.
 
Como transitar ese camino, y avanzar en el proceso – superando las distintas dificultades – se ha de explorar en la siguiente jornada donde hemos de comenzar con un Cuestionario de Auto-apreciación respecto del alistamiento que necesitan los ejecutivos y profesionales para su efectiva transición como empresarios. Algunos han preferido llamar a dicho Cuestionario de Auto-apreciación como Test.

El modelo de Robert Kiyosaki que pone especial énfasis en aprender como hacer que el dinero trabaje para uno, requiere entonces de algunos cambios comportamentales importantes que a veces no son fáciles de realizar, pero que, afortunadamente, ya sabemos bastante respecto de cómo hacerlo.
 
Muchísimas gracias por su generosidad en compartir.
 

Eric Gaynor Butterfield – Ph. D. (abd) – Presidente The Organization Development Institute International, Latinamerica (Board member de The Organization Development Institute- Worldwide) www.theodinstitute.org        informesarrobatheodinstitute.org 

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Comentarios (2)

  1. Ivan Salazar dice:

    excelente analisis… en lo personal, muy revelador

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