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Las personas nacen con talentos particulares que desarrollan y fortalecen a lo largo de su vida por medio de la práctica cotidiana, por experiencia propia o por el aprendizaje a partir de la disciplina relacionada a alguno de ellos.
Estratega, visionario, comprometido, responsable, incansable trabajador y analítico, pueden ser algunas características natas, pero si no se desarrollan tienen un crecimiento lento y difícil de desarrollar en todo su potencial.
Encontrar el talento no es fácil, pero una vez detectado, es posible avanzar, desarrollarlo, y fortalecerlo de manera creativa, fresca y enfocada, se trata de identificar la vocación, y al ejercerla de manera responsable y comprometida es posible desarrollara el carisma, un elemento clave para el Liderazgo de Alto Desempeño.
El Líder, nace y se hace.
El Liderazgo de Alto Desempeño aparece desde un nivel básico donde sólo el manejo del poder de manera coercitiva se mantiene por los resultados obtenidos, pasando por etapas de control y aprendizaje, evolucionando, a veces, de manera “natural” hasta un nivel alto de efectividad.
Sin embargo, este proceso es lento, los topezones son duros y el ánimo decrece, lo único que no se detiene es el tiempo y la época actual exige ir al ritmo y mantenerlo.
Existen metodologías para el desarrollo de habilidades para ser un Líder de Alto Desempeño que requiere de un trabajo basado en la adquisición de conocimiento práctico para el desarrollo de talentos, genera carisma y un desempeño laboral y profesional con mayor enfoque y precisión.
Dentro de dichas metodologías, se identifican los talentos de las personas, se les dirige en la elaboración de un programa estructurado individual para el desarrollo de habilidades de este Liderazgo de Alto Desempeño, incluso, se les “coachea” para monitorear la ejecución de sus programas.
El objetivo es formar líderes acordes a las necesidades de las empresas de quinta y sexta generación, donde las características básicas a desarrollar son: Efectividad (resultados objetivos, continuos y crecientes) y respeto.
Implementar iniciativas dentro de las organizaciones que terminen en algo sólido y mantenido requiere un liderazgo efectivo, no es retórico sino estadístico, las empresas que realmente crecen, tienen este común denominador, que den resultados, pero se requiere que lo hagan de manera consistente, creciente, desarrollarlos por medio de un programa estructurado, de manera sistemática, es posible.
Por Mario Brieño.-Consultor de Inteli en los temas de Cambio Organizacional dirigido al Alto Desempeño.
Fuente: www.altonivel.com.mx
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