Molesta profundamente que cuando alguien nombra la palabra «Pyme», venga a la mente la persona desordenada, con manos sucias, endeudada y poco profesional. ¿Quién tiene la culpa? Principalmente nosotros, los empresarios que no somos así.
Cada vez que los medios (televisión, radio y prensa escrita) quieren hablar de las «Pyme», es para mostrar sus problemas, sus deudas, su informalidad y su falta de capacitación. Se presenta una nota referida a las «Pyme» pero muestran a dueños de microempresas que a veces ni siquiera son formales. Hablan de éxito y muestran casos que mayoritariamente no están generando riqueza para su dueño. Hablan de innovación cuando en verdad se trata de una empresa «novedosa» o «atípica».
Entonces ocurre que han convencido a los chilenos que no hay diferencia entre una empresa de subsistencia con la de potencial internacional. Meten en el mismo saco al que quiere emprender con el empresario. Y ocurre que de pronto se saltan de una nota de empuje y sacrificio para superar la pobreza a otra ligada a grandes corporaciones con mega proyectos, saltándose a la Pyme. Pasan de un extremo a otro y las Pyme quedan fuera.
¿El daño que provoca todo esto? Que todos le hagan el quite a ser reconocidos como «Pyme». Comparto que un empresario no puede ser «pequeño o mediano», pero una empresa puede ser clasificada así por su facturación o cantidad de trabajadores y debe exigir que así se haga en los medios. Pero no. Al final es más fácil no luchar, no hacer nada, esperar que otro haga algo, callar y mascar la rabia de que se siga destruyendo la imagen de las Pyme.
Tenemos problemas, pero también tenemos logros que no nos preocupamos de resaltar. Alegamos contra la banca, el Congreso, la municipalidad, el Estado y los gremios, pero en algún momento todos ellos nos ayudaron a ser empresarios y nunca lo reconocemos. Al menos no en público.
Por todo lo anterior me parece que necesitamos urgentemente un cambio cultural personal para respetarnos, nosotros primero y luego el resto, por ser empresarios. La idea es mostrarnos orgullosos de ser parte del sector Pyme, y si no lo somos, trabajar y esforzarnos aún más para formar parte de un grupo de avanzada que celebra éxitos en vez de llorar fracasos.
Autor Leonardo Meyer (director diariopyme.com:)
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