“Todos los días, muy temprano llegaba a su trabajo la hormiga productiva y feliz. Allí pasaba sus días, trabajando y tarareando una antigua canción de amor. Ella era productiva y feliz, pero tenía un grave problema: ¡no era supervisada!
El abejorro, nuevo gerente general, consideró que trabajar sin supervisión no era conveniente para la productividad. Así que creó el puesto de supervisor. Para ese puesto, contrataron a un calificado escarabajo.
El escarabajo supervisor conocía muchas teorías como jit, kaisen, kanban. La primera preocupación del escarabajo supervisor fue organizar la hora de llegada y salida de la hormiga.
Pronto fue necesario crear el puesto de secretaria para que ayudara a preparar los informes. La otra gran parte de su tiempo la dedicó a preparar hermosos y voluminosos informes. Así que contrataron a una arañita muy picuda en asuntos de software y call center, que organizó los archivos y se encargó del teléfono.
Mientras todo esto ocurría, la hormiga seguía productiva y feliz; trabajaba y trabajaba sin parar. El abejorro, gerente general, estaba encantado con los gruesos informes del escarabajo supervisor, sin embargo pidió cuadros comparativos y gráficos con indicadores de gestión y análisis de tendencias. Entonces fue necesario contratar un gorgojo especialista en ISO 9000, ISO 14000, para que le ayudara al supervisor. Tantos eran los informes, que fue indispensable comprar dos nuevas y modernas computadoras. Pronto la hormiga productiva y feliz dejó de tararear sus melodías.
Tiempo después comenzó a quejarse de todo el papeleo que había que hacer ahora. El abejorro gerente, entonces, consideró que era momento de hacer un F.O.D.A. y adoptar medidas. Así crearon el cargo de gerente outsourcing en el área donde trabajaba la hormiga productiva y feliz. En el cargo fue nombrada una cigarra que remodeló su oficina, cambiando alfombras, cortinas, aire acondicionado y muebles.
El nuevo gerente de área necesitó, claro está, un nuevo computador e impresora de última generación. Después de un brainstorming en una reunión de gerentes, se decidió que había que tener una red local, y por supuesto contratar un ingeniero de sistemas.
El nuevo cargo fue ocupado por un aguerrido ingeniero piojo egresado de una universidad, muy ducho en Windows xp, Linux, Oracle, bases de datos y TI. Con tanta información y bases de datos, el nuevo gerente de área, donde trabajaba la hormiga productiva y feliz, pronto necesitó un asistente. Un súper grillo trilingüe con años de experiencia en balanced scorecard, que había sido su ayudante en la empresa anterior, fue contratado. Este grillo debía ayudar a preparar el plan estratégico y el presupuesto para el área donde trabajaba la hormiga productiva y feliz.
La hormiga ya no tarareaba sus viejas melodías y cada vez se le notaba más triste. “Vamos a tener que contratar un estudio de clima organizacional un día de estos”, dijo la cigarra. Para hacer ese diagnóstico de clima organizacional se contrató a una experta: una luciérnaga, la cual era especialista en Coaching, Clientemanía, Empowerment, Inteligencia emocional, CRM.
El informe concluyó que era necesaria una reingeniería. Pero un día el abejorro, gerente general, al revisar las cifras, se dio cuenta de que la unidad de negocios donde trabajaba la hormiga productiva y feliz, ya no era tan rentable como antes. Así que contrató a un búho, prestigioso consultor senior del World Class Consulting Group, organización especialista en el enfoque de organizaciones inteligentes. El objetivo de la contratación: hacer otro diagnóstico, pero esta vez integral.
El búho estuvo tres meses en la empresa haciendo encerronas, y pronto emitió un sesudo informe, que concluía en el siguiente diagnóstico, totalmente sorpresivo: “Hay demasiada gente trabajando en la empresa.” Después de la exposición del búho, el abejorro, gerente general, siguió el consejo del experto y despidió… ¡a la hormiga!
Tomado de la red
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Muy buena la Fábula de la Hormiga Feliz pues a medida que la iba leyendo iba “viviendo” los problemas que vemos en las empresas cuando creen que van creciendo sin saber a dónde van.
El “aberrojo = nuevo Gte. Gral” como muchos de los gerentes, trataba de dar remedios a una enfermedad que él mismo creó en vez de pensar primero en un plan estratégico y definir qué es lo que quiere, cómo lo alcanzará,…en fin ADMINISTRAR.
Muy constructivo tu blog
Cordiales saludos
Apolo
Muchas gracias amigo.. Muchas veces dejamos de usar estos “simples cuentitos” para ayudarnos a comprender lo que nos sucede y preferimos “grandes teorias” para reemplazarlos.
Seria bueno retonar a la simpleza, verdad?
Un saludo y gracias por acompañarnos !
Juan Carlos
si es la verdad ayudo mucho mi hija a reflexionar
Me alegra mucho, Claudia
Saludos para ti y tu hija
JC
Exelente cuento aplicado a la realidad. Ya lo mencionó el Guru de la administracion: Michel Porter “LOS GERENTES DESCUBRIERON QUE NO PODIAN MANEJAR LA BESTIA”
Habremos complicado tanto algo que puede ser tan sencillo?
Un cordial saludo y felicitaciones por tantos y buenos artículos. Roberto Rodríguez Báez
Me siento hormiga, esa empresa de arriba no sera del grupo Faurecia, porque estamos en la fase de contratar y contratar, pero al lado mio no veo a nadie nuevo y cada día veo mas mandos y supervisores y ayudantes de supervisores, y mas gente con bata y una carpeta debajo del brazo, (lo que me mosquea es que no llevan boligrafo), y ademas andan mucho por la fabrica sin destino fijo.
Tambien me he dado cuenta que hace tiempo que no se ve a nadie tararear, ni hablar, que el otro dia mi compañero levanto la cabeza y descubri que era pecoso, y bulgaro.
Ale ya os contare en que termina mi empresa, pero seguro que pronto dicen que sobra gente de producción, y que no hay dinero para pagar tantos sueldos.
Muy buena la historia.
Estimado Pablo..
Realmente muy bueno tu comentario. No tienes idea de las veces que he vivido los vaivenes entre incorporar “guardapolvos” u operarios. Las sobrepoblaciones de personal con carpetas bajo el brazo y sus oleadas “migratorias” involuntarias por supuesto pero cuyo costo inevitablemente son absorbidos por las pyme y dejan maltrecha su economia doblemente.
Primero por el sobrecosto de generar estructuras innecesariamente y luego por el costo de tener que desprenderse de ellas.
Un saludo y espero que puedas seguir contandonos de tu experiencia.
Juan Carlos
muy buen relato. No hay que olvidar que el exito de cualquier emprendimiento depende de los que trabajan.
Asi mismo, Mario.
Pero obviamente hablamos de “trabajar” en todos los aspectos, verdad? no solamente a nivel operativo sino tambien de direccion, estrategias y demas!.
Trabajar como sinonimo de generacion de valor real y no solamente de ocupar horas
Gracias por acompañarnos
Juan Carlos
La verdad muy buena la fabula es muy cierto de q cuando una empresa tiene poco personal y necesario las personas trabajan mejor
Gracias por tu comentario, Alejandro mas no puedo afirmar que la aseveracion sea siempre cierta. Mas que de la cantidad de personas, considero que depende del cómo trabajamos, es decir, de nuestros valores y de nuestra cultura. O, si preferis de un modo menos “academico”, de nuestra actitud.
Un gran saludo y muchas gracias por acompañarnos
Juan Carlos
Señor Juan Carlos buenos días:
Gracias por compartir con sus lectores sus sensatos escritos.
Su fábula de la hormiga feliz es fabulosa.
Cordialmente.
Edgar M. Díaz B.
Excelente.! Deberian enviarselos a todos los lideres de proceso de la comicion federal de lectricidad, a diputados y senadores de nuestro hormiguero.
[…] Fábula de la hormiga feliz (Juan Carlos Valda, jcvalda.wordpress, 28/oct/2009) […]
[…] Fábula de la hormiga feliz (Juan Carlos Valda, jcvalda.wordpress, 28/oct/2009) […]