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escucharEn los últimos años, he observado al participar en congresos, seminarios y simposios relacionados con el Management y la Gestión Empresarial, que se centran en promover corrientes de cambio orientados a mejorar las relaciones interpersonales.

Lamentablemente, seguimos encontrando empresas que practican los malos tratos, las altas exigencias, la explotación, el menosprecio por el ser humano y una comunicación inadecuada de forma persiste, aún reconociendo que estas prácticas inapropiadas afectan significativamente el desempeño y los resultados de la empresa.

Parece que en este tiempo que nos toca vivir, el buen trato, las efectivas formas de hacer pedidos, el evitar el enjuiciar a otros, utilizar de forma correcta el lenguaje, etc. ha quedado fuera de moda. Hoy nos preocupamos más por tener el último modelo de móvil que por mejorar una mala relación con nuestro Jefe, compañero, cliente o esposa.

Y no es por falta de preparación o de estudios. A medida que transcurre el tiempo vemos que cada vez nos alejamos más de la idea de mejorar nuestras relaciones.

¿Podemos hacer algo al respecto?, ¿estamos a tiempo?

Para muchos de nosotros estas preguntas tienen una respuesta afirmativa y depende del compromiso que destinemos en cambiar esta “realidad”.

En los años que vengo desarrollando el Coaching Ontológico en las empresas, veo como esta disciplina puede cambiar significativamente las relaciones.

El coaching Ontológico, a diferencia de otras disciplinas que se enfocan en la mejora del ser humano, nos desafía a repensar lo que significa “Ser” humano, apuntando además de mejorar las acciones y las relaciones interpersonales, a liderar nuestros sueños, a evolucionar y en ir refinando nuestra forma de “Ser”.

En muchas de las entrevistas que mantengo con directores y/o empresarios, ante la pregunta ¿se considera usted un buen oyente?, la mayoría responde que sí, que saben escuchar al otro.

El problema es que ante esta pregunta confunden el “saber escuchar” con la “educación”, ya que desde muy chicos nos enseñan que cuando una persona habla, el otro por educación debe esperar su turno para responder o para continuar hablando.

Pero, ¿qué entendemos por escucha? El diccionario de la Real Academia de la Lengua Española nos dice: “Prestar atención a lo que se oye”. Por tanto, es oír más interpretar.

Los seres humanos tenemos la capacidad de percibir, atender y asignarle significado a un estimulo, sea este auditivo o visual.

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Si pensamos que durante nuestra vida, durante muchos años fuimos entrenados en el arte de escribir y otros tantos en el arte de hablar, sea uno o varios idiomas, pareciera que también estamos preparados para escuchar, aunque en la práctica, muchos están solo dispuestos a escuchar aquello que responde a sus intereses o bien a lo que esta de acuerdo a lo que piensan.

Pensemos en la siguiente situación. Estamos en una reunión con nuestro jefe/empleado/compañero de trabajo en la que estamos decidiendo las futuras acciones a implantar en la empresa, sin importar cual sea nuestro rol dentro de la misma.

Ahora bien, ¿estamos atentos y alertas a lo que se esta diciendo o mientras hacemos que escuchamos nuestra mente se encuentra pensando la respuesta que diremos o cuáles serán nuestras próximas palabras?

Estamos constantemente manteniendo conversaciones internas con nosotros mismos, asignando nuestra propia interpretación a aquello que se nos intenta comunicar y eso nos mantiene alejado de la escucha.

Bueno, muchos pensaran que esto es habitual y no tiene nada de malo y que no afecta significativamente el mensaje a transmitir.

Estamos tan acostumbrados a hacerlo que le restamos importancia y no podemos reconocer el impacto nocivo que tiene en las relaciones.

¿Aún no concuerda conmigo? Pruebe lo siguiente, haga este sencillo experimento:

Colóquense frente a un amigo y pídale que le relate algún hecho reciente, cualesquiera que sea, pero que mantengan ese relato por lo menos un minuto y que por ningún motivo se detenga.

Simultáneamente comience ustedes también a relatarles alguna historia o lo que se les ocurra, sin interrumpir su relato. Durante ese minuto conversen ambos en vos alta manteniendo cada uno la atención a su propio relato.

Al finalizar la experiencia pregúntenle a su amigo y pregúntense ustedes mismos cómo se sintieron, cómo sintieron la experiencia de estar hablando los 2 simultáneamente, ¿tal vez se sintió confundido?, ¿con ganas de finalizar el relato?, ¿incómodo?, ¿irrespetuoso?, ¿Perdió la noción de lo que estaba diciendo?

Tal vez todas estas sensaciones se hicieron presentes, o tal vez, no pudieron mantener este ejercicio ni siquiera un minuto.

Esto es lo que habitualmente nos pasa, aunque no nos demos cuenta, la habilidad de escuchar afecta a la calidad de las conversaciones que mantenemos y a nuestras relaciones con los demás. A este tipo de escucha podemos llamarla “escucha previa” ya que nos escuchamos a nosotros mismos y a los juicios que tengo de la otra persona.

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Es nuestra decisión comenzar a generar cambios significativos, el comenzar a tener resultados sin precedentes.

El entrenar la “escucha activa o atenta” permite enfocarnos en el otro, en acallar nuestras conversaciones internas; desarrollar nuestra capacidad de escucha nos permitirá recibir y aceptar las opiniones de los demás no como “verdades” sino como información valiosa para la coordinación de acciones.

Significa aceptar al otro como un autentico otro y no como a nosotros nos gustaría que fuera, implica tomarnos tiempo para poder sacar nuestra conclusiones y acostumbrarnos a comprobar aquello que creemos haber oído.

Como todo arte, la escucha no se desarrolla leyendo un libro. Para lograr la maestría se necesita práctica, práctica y más práctica.

El Coach puede asistir y facilitar el aprendizaje para que el proceso sea efectivo.

Solo es cuestión de animarnos y tal vez esta sea la oportunidad.

Y si no es ahora, ¿cuándo?

“Todas las cosas ya fueron dichas, pero como nadie escucha es preciso comenzar de nuevo.” André Gide

Mariano Vázquez, Coach Ontológico Profesional

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Comentarios (0)

  1. RUDI ARMIN SALAZAR DURAN dice:

    Considero el tema de mucha importancia, sobre todo en la aplicación del mismo en los diferentes niveles directivos o gerenciales de una organización, todo este tema se basa en la importancia que se le de a la comunicacion empresarial y su manejo eficaz en el desempeño de sus funciones y responsabilidades por parte de cada integrante.

    M.E.ARMIN SALAZAR

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