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Menos del 30% de las empresas familiares sobrevive hasta la segunda generación y, de este número, sólo el 10% llega a la tercera. Cifras que demuestran la constancia que han tenido empresas como IKEA en Suecia, The New York Times (EU), Ford Motor y compañías japonesas como Matushita y Kikkoman Corp. para mantener su éxito a través de los años.
En México existen muchos casos. Incluso, la mayoría de las empresas cotizadas en Bolsa Mexicana de Valores son familiares, como Bimbo (familia Servitje), Grupo Carso (familia Slim), Televisa (familia Azcárraga) y Cemex (familia Zambrano).
Por ello se puede decir con mucha seguridad que estas “empresas familiares” son, hoy en día, el motor económico del mundo. Tanto así que en México, según cifras de la Secretaría de Economía, representan el 91% del total, mientras en Estados Unidos abarcan alrededor del 50%.
Pero, con su bajo índice de supervivencia, ¿cómo es que estas grandes familias han sobrevivido al pasar las generaciones? Este artículo le ayudará a descifrar cómo lo han hecho.
Según el concepto mundial, son consideradas “dinastías empresariales” aquellas familias que han logrado permanecer por más de cuatro generaciones. Algo muy complicado debido a la cantidad de factores que influyen en el mercado, y por ende, provocan su volatividad.
La japonesa Kongo Gumi conoce bien estos inconvenientes. La constructora fundada en el año 578 es hoy la empresa más antigua del mundo, pues ya tiene 1,429 años de vida y se encuentra en su generación número 40. ¡Increíble!
Algo que pocos saben es que la empresa más grande del mundo, Wal-Mart, que vende más de US$400 billones al año y que posee más de 8,000 tiendas en 15 países, ¡también es familiar!
El gran mérito de estas compañías es que lograron superar numerosos obstáculos, entre guerras, crisis económicas, catástrofes naturales, e incluso, la muerte de sus líderes.
Entre el trabajo y la familia
Para el éxito de una dinastía empresarial resulta imprescindible lograr un equilibrio (homeostasis) entre la visión familiar y el negocio.
Para referirse a este tema los expertos hablan del “Business First” o el “Family First“, esto es, enfocarse en los negocios antes que en la familia o viceversa. Cada uno de estos ámbitos deberá manejarse con la misma importancia.
Asimismo, se debe saber separar muy bien lo que le compete a la empresa y a la familia ya que, en ocasiones, acecha la trampa de mezclar lo emocional y lo económico, de forma que los problemas que surjen en un ámbito repercuten en el otro.
Para otros autores, estos sistemas se encuentran conformados por tres elementos: Trabajo, Familia y Propiedad; y de su equilibrio dependerá la continuidad del negocio.
Famosos autores como Gatrell, Jenkins, y Tucker identificaron en 2001 cuatro grupos principales “parejas de valores” que estaban presentes en la mayoría de las empresas familiares exitosas, estos son: Respeto por el fundador, honestidad e integridad, lealtad y compromiso, y por último, aversión al riesgo y resistencia al cambio.
Para ellos, la integración de estas características ratifican la importancia del fundador, incluso después de su muerte.
Para el investigador mexicano y consultor en temas de empresa familiar, Miguel Ángel Gallo, la clave también estaría en un conjunto de valores que contribuyen al éxito de estos negocio, aunque los describe con el acróstico ELISA:
– Excelencia
– Laboriosidad
– Iniciativa
– Simplicidad
– Austeridad
Pero a pesar de las diferencias que puedan existir entre todos estos autores, es posible identificar aquellas características que los mismos empresarios, a través de la historia, han identificado en sus “impermeables compañías“. Entre ellas podemos nombrar:
Ser prudentes: Vista como una virtud que ayuda a reflexionar sobre los efectos de las decisiones directivas, y que, aplicado en la empresa familiar, se convierte en una excelente herramienta para comunicarse con otros miembros sin poner en riesgo la armonía del grupo.
Fomentar la justicia: Entregan la sabiduría para dar a cada quien lo que le corresponde teniendo en cuenta sus actitudes.
Humildad ante todo: Es frecuente que en las empresas familiares las nuevas generaciones reciban un trato diferencial por ser los hijos de grandes empresarios, es por esta razón que las familias deben inculcar este valor en sus miembros.
Tener fortaleza: Como virtud, pues ser empresario exige un espíritu lleno de coraje, perseverancia, dedicación y esfuerzo, que en futuras generaciones llevará a la familia a trabajar por la continuidad de la empresa.
Cultivar la equidad: Forma parte de la combinación ideal al momento de distribuir algún bien tangible o intangible entre los dueños de la empresa.
Ser veraces: Brindar información certera a quien tiene el derecho de conocerla, asumiendo responsabilidad frente a lo que se dice.
Consejos para alcanzar la denominación de ‘dinastía’
Según los investigadores Miguel Ángel Gallo y Joan M. Amat, la personalidad del líder es un factor clave en toda empresa que aspire a la longevidad. Un buen ejemplo es lo que ocurrió con el empresario estadounidense Jack Welch; sus jefes directos reconocieron en él un talento innato que luego se transformaría en el gran hito de la historia de General Electric (GE).
Desde su llegada a la empresa en 1981, la facturación de GE casi se quintuplicó desde los US$27,240 millones hasta los US$130,000 millones. La cotización de los activos creció de los US$2 hasta los US$60, y en 1999 obtuvo el premio al “Ejecutivo del Siglo” de manos de la revista Fortune. Todo un logro.
La comunicación efectiva, acompañada de unas “reglas de juego” claras entre los miembros de la familia, disminuyen las posibilidades de conflictos. Esto quiere decir que las dinastías manejan un código no solo de cómo evitar conflictos, sino también, en cómo resolverlos en caso de que estos se presenten.
Wal- Mart, por ejemplo, estima gran parte de su inversión para, año a año, mejorar sus vías de comunicación, las que le permiten lidiar con más de 2 millones de empleados alrededor del mundo.
Entre las generación de estas empresas se han encontrado herederos que en vez de gastar la herencia la han sabido “multiplicar” a través de nuevos emprendimientos empresariales. Eso es clave.
El mejor ejemplo para este ítem es el gigante de Internet Google. La compañía permite a sus trabajadores utilizar una parte de sus horas diarias para la creación de sus propios proyectos, que de ser exitosos, podrían ser financiados por la misma empresa. Una gran idea.
El trabajo en equipo genera las ventajas competitivas de las empresas familiares y las hace más rentables frente a sus competidores no familiares.
Cemex, la tercera cementera más grande del mundo, establece en su filosofía corporativa el denominado “Cemex way“, central en el establecimiento de sus objetivos anuales y el trabajo de sus empleados. En este concepto, el trabajo en equipo resulta uno de sus pilares fundamentales.
Nota Original: Conviértase en una ‘dinastía empresarial’
Fuente: Altonivel.com.mx
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El artículo es muy interesante e ilustrativo. Se vé que los valores y principios familiares y empresariales. son fundamentales para mantener las empresas
Asi es, amiga.
Pero nunca olvidemos que ademas deben ser coherentes y consistentes unos con los otros..caso contrario, nos encontraremos con grandes dificultades, muchas veces, insalvables.
Juan Carlos