¿Alguna vez has tratado con alguna persona difícil?
Entiéndeme: poco resolutiva, constante en sus quejas, que resopla con frecuencia, replica cualquier situación, presta poca atención a sus tareas y te obliga, a posteriori, a revisar minuciosamente las mismas…
Lo siento, ¡en tu equipo tienes una persona conflictiva!
¿La piedra angular del problema reside en saber delegar? ¿en saber gestionar la relación con este tipo de personas? ¿tiene que ver con la motivación de esta persona? ¿con la empresa? Vamos a poner un ejemplo y resolverlo lo mejor posible.
Primero, reflejaremos algunas situaciones en un entorno laboral y, al final, algunos consejos para minimizar la situación (frecuentemente, es complicada su resolución sin decisiones traumáticas).
Inicio de la jornada laboral:
La persona en cuestión podría, tranquilamente, estar surfeando por Internet durante toda la mañana y no preguntará un solo “¿qué más hay para ir haciendo?”.
Generalmente, el tiempo para este tipo de personas carece de valor, es solo un indicador de entrada y salida de sus estados mentales. Groso problema tanto para la persona en cuestión como para nosotros, que supervisamos alguna de sus funciones.
Tiene claro qué debe hacer y cómo pero normalmente las tareas actuales son un fin en sí mismo y o un medio para quehaceres de mayor envergadura.
Consejos:
Delegar: Señala dentro de tu lista de tareas las totalmente delegables y utiliza alguna manera ágil de transmisión de las mismas. Sirve desde un bloc de notas a utilizar Outlook, pasando por un panel de corcho.
Marca plazos: Sitúa, mejor de manera pactada, los plazos de entrega y respétalos siempre. Es interesante otorgarte un día de margen entre la deadline y su entrega final, te salvara de algún imprevisto.
Constancia: Establécete puntos de control periódicos para preguntar por el estado de realización de las tareas delegadas.
Transmite: Es importante que esa persona se sienta partícipe del engranaje de la organización. A veces no es fácil conseguir la implicación pero es un poco más sencillo transmitir responsabilidad, como parte de la delegación.
Laurea: Si recibes alguna mención por el buen trabajo realizado, implica a las figuras partícipes. La gloria es efímera, instantánea, pero igual de suculenta si se fracciona.
Si una vez aplicados estos consejos y algunos que me dejo en el tintero no consigues resultados… quizá es hora de tomar decisiones drásticas o traumáticas. Respira con tranquilidad, has hecho lo que estaba en tus manos.
Rubén Jericó
Comunicación Estratégica
http://rubenjerico.wordpress.com/2008/08/31/take-it-easy/
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