Henry Ford solía decir: “Juntarnos es un comienzo. Mantenernos juntos es un progreso. Trabajar juntos es el éxito”. En este marco, ¿cómo armar equipos de trabajo unidos y exitosos?
Una de las principales tareas de un gerente consiste en construir y dirigir equipos de trabajo de alto rendimiento.
Sin embargo, “alto rendimiento” es un término subjetivo. Si preguntamos a distintos ejecutivos por los factores clave de estos equipos, probablemente obtendremos distintas respuestas.
Desde mi punto de vista, el factor fundamental que define a los grupos exitosos es el siguiente: los integrantes hablan del concepto de la misma manera que lo hace el líder.
Esto presupone autarquía intelectual, compromiso con la tarea y alta capacidad de aprendizaje en conjunto. Los integrantes se encuentran motivados, se apasionan por los resultados y mantienen valores congruentes.
Ahora bien, ¿cómo armar estos grupos de trabajo?
1) Definición del puesto
El primer paso para construir un equipo exitoso radica en una correcta definición del puesto para el proceso de selección.
Muchos gerentes fracasan en este punto pues no definen correctamente las responsabilidades que asumirá cada miembro ni los valores personales que debe poseer el candidato.
Así, los errores en el proceso de selección derivan en un grupo formado por personas con perfiles que no son óptimos para la función que deben desempeñar.
2) Creación de una visión
El segundo paso en la construcción de un equipo de alto rendimiento radica en la formación de una visión, un “sueño” compartido entre el líder y los miembros del grupo.
El directivo necesita crear desafíos permanentes para que los miembros del equipo se sientan motivados a crecer, a compartir y hacer suyo “el sueño” propuesto por su líder.
3) Definición de objetivos
En tercer lugar, es necesario definir claramente los objetivos que los miembros deben cumplir individualmente.
Y, desde luego, los objetivos individuales deben ser consistentes con las metas del grupo.
4) Construcción de un espacio de diálogo
Un excelente proceso de selección, la construcción de un sueño compartido y el establecimiento de objetivos claros son insuficientes para el alto rendimiento si, en el trabajo cotidiano, no existe un ambiente favorable.
El líder necesita crear (y mantener) un espacio de diálogo, de consenso y disenso, que fomente la creatividad y el intercambio de ideas.
En definitiva, todo líder pretende construir grupos de trabajo de alto rendimiento.
Sin embargo, en medio de las urgencias del día a día, pocos tienen el tiempo (o la paciencia) de desarrollar los distintos pasos de un proceso que exige dedicación y una apuesta por el largo plazo.
Ing. Fernando Vidal
Gerente de Ventas Industriales de SKF Argentina
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