Cuando entrevisto a los colaboradores que pertenecen a equipos de trabajo desarrollados, la primer pregunta que les hago es ¿Cuál crees que ha sido la clave del éxito de este equipo? La gran mayoría coincide que se debe a la gran cantidad de reuniones que han tenido desde que empezó a crearse el equipo.
La reunión es el común denominador de los equipos de alto rendimiento, equipos que han logado desarrollar un sentido de pertenencia muy importante en cada uno de los integrantes del equipo, logrando con ello la militancia de sus miembros.
En un proceso de cambio al principio se logra contar con un número importante de simpatizantes, los integrantes manifiestan el grado de simpatía hacia lo que el líder esta planteando, acto seguido el líder establece algunas actividades previas que debe realizar el equipo antes de entrar a una dinámica de aprendizaje dentro del grupo, este primer paso hace la primera diferencia entre los simpatizantes y los activistas, estos últimos empiezan a desarrollar las actividades planteadas en el arranque de cada sesión para ir dando forma a la estructura que desea alcanzar el equipo.
En el transcurso del tiempo el equipo de trabajo va madurando su forma de actuar y de hacer frente a las situaciones adversas que puedan enfrentar al desarrollar la tarea, y en muchas ocasiones esto puede provocar desaliento y falta de compromiso de algunos miembros, sobre todo cuando las cosas se ponen difíciles y el pesimismo hace presa de la gran mayoría del grupo, en esta etapa es donde entran los promotores del cambio, son personas que han logrado avanzar mas allá de la tarea misma y empiezan a influir en su compañeros animándolos y promoviendo las buenas ideas dentro del equipo.
La etapa final de los equipos de trabajo es cuando logramos formar colaboradores con un pensamiento propio orientado a la generación de riqueza personal y colaborativa. Aquí es cuando los integrantes desarrollan un estado que los convierte en vendedores del cambio, en esta etapa el grado de militancia es muy alto, donde la reunión juega un importante papel de amarre en la organización.
La idea de esta etiqueta es poco a poco ir planteando el proceso de formación de equipos de trabajo, no de generarlos y estructurarlos, sino de darles una formación holística donde alcancen la autonomía de gestión de manera natural.
En el arranque la orientación del equipo juega un papel primordial.
Y Cázares (1998) Cuando nos encontramos ante el grupo por primera vez es cuando se inicia la etapa de orientación, lo cual no quiere decir que sólo se deberá trabajar en ella el primer día. La etapa de orientación se prolonga a lo largo del desarrollo del grupo.
Sobre todo por que el líder y los integrantes están a la expectativa de cómo será la nueva experiencia, después de estar acostumbrados a la antigua forma de trabajar.
El líder con incertidumbre de poder transmitir la visión personal y de grupo y los seguidores de cómo será la forma de trabajar del líder ante la nueva propuesta de cambio o el arranque del equipo.
Autor Luis Castro
Fuente http://scastor.wordpress.com/2009/10/05/la-reunion-como-detonante-del-cambio/
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muy interesante