Comunicarse parece una cosa sencilla, de todos los días y que cualquier persona lo puede hacer. Potencialmente es cierto, más en la realidad son muchos e innumerables los conflictos y dificultades, así como los errores que se cometen por una mala comunicación, y que decir por una falta de la misma.
Es una tarea básica entre las personas y esto significa llegar a un entendimiento con otros para lograr acuerdos trascendentes o rutinarios; no importa el alcance. Lo esencial es alcanzar acuerdos reales y duraderos.
La comunicación da forma al tejido social de las comunidades y la pequeña y mediana empresa no escapa a esta necesidad.
Para dar forma al clima laboral, en la comunicación importa más el como se hace y no tanto que solo se hablen las personas. Siempre será un medio para mantener relaciones agradables, francas, sinceras y concretas. Conlleva los códigos de conducta, estatus, reconocimiento, disciplinas y todo aquello que involucra a la empresa.
En este aspecto los dirigentes de las organizaciones necesitan entre otras cosas:
Darse el tiempo suficiente para entablar diálogos abiertos con su personal. Y hacerlo en una doble vía. Esto es, que no solo den órdenes, sino que estén abiertos a escuchar lo que su gente tiene que decirles. Necesitan crear espacios para conocer sus reacciones y opiniones.
Interesarse claramente por las inquietudes, temores y anhelos de su gente. Son personas con las mismas necesidades. No se les debe ver como “trabajadores” y que en caso de ser necesario reemplazarlos por cualquier motivo, no se tome esta tarea con ligereza.
Abrir “las puertas” no solo de sus oficinas: Abrir también sus oídos a sus colaboradores, por lo que necesita entenderlos y atender a sus temores y preocupaciones.
El dirigente necesita favorecer verdaderas relaciones de equipo. En un clima de respeto y alegría, evitando burlas, escarnio o bromas a su personal. Aunque a veces esto es atractivo, porque hace parecer a un jefe como “amistoso” no obstante que se deja el sentimiento de abuso por su estatus.
La comunicación crea confianza. Y permite dar un buen manejo del estrés. Incluso da tono a la forma en que se hacen las cosas en la empresa.
Un clima demasiado tenso puede conducir a cometer errores y uno demasiado relajado puede llevar al desorden, la apatía y a la pérdida de competitividad.
Recuerde que no importa el tamaño de su empresa, puede usted tener pocos colaboradores o muchos bajo su mando cada vez que se comunique con ellos tendrá una nueva oportunidad de mejorar su trato y el clima laboral de su empresa, haciendo un mejor lugar de trabajo, donde todos asisten con verdadero sentimiento de pertenencia y eso se gana a diario.
Revista CAINTRA TRANSFORMA
Autor: Gil Hernández Arellano
Erreache Consultores, S.A
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