Tomar decisiones puede convertirse en todo un arte. Imagínate que estás conduciendo tu coche en una noche de tormenta terrible. Pasas por una parada de autobús donde se encuentran tres personas esperando:
¿A cuál llevarías en el coche, sabiendo que sólo tienes sitio para un pasajero?
Este es un dilema ético-moral que una vez se utilizó en una entrevista de trabajo. Podrías llevar a la anciana, porque va a morir y por lo tanto deberías salvarla primero o podrías llevar al amigo, ya que él te salvó la vida una vez y estas en deuda. Sin embargo, tal vez nunca vuelvas a encontrar a la persona de tus sueños.
El aspirante que fue contratado (de entre 200 aspirantes) no dudó al dar su respuesta. ¿Qué dijo? Simplemente contestó: “Le daría las llaves del coche a mi amigo y le pediría que llevara a la anciana al hospital, mientras yo me quedo esperando el autobús con la mujer de mis sueños.”
Esta breve anécdota le leí en Yoriento y ejemplifica claramente que para tomar decisiones lo mejor es hacerlo de una forma lógica y secuencial entendiendo claramente cuales son nuestros objetivos.
Por consiguiente acertar o no depende en gran parte del conocimiento que tengamos, sobre la decisión en cuestión, y de si procedemos a razonarla de un modo lógico. Para ello podemos usar estos consejos:
1. Clarificar que es lo que realmente deseamos obtener y que es lo que impide hacerlo ahora:
2. Coger Impulso: El gran problema de las decisiones es la parálisis que crean a la hora de actuar por lo que un buen consejo es el de asociar un fuerte dolor al no decidir ahora y un gran placer al tomar la decisión en este momento.
3. Cambiar el nivel de pensamiento, sentimiento y acción ya que nos condiciona al actuar en una situación nueva. Debemos recordar que:
4. Comprobar las decisiones:
5. Reevaluar Reevaluar la decisión para asegurarse del éxito a largo plazo.
Autor Jesus Lopez
Fuente http://www.apuntesgestion.com/
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Interesante, ilustrativo y confrontacional el artículo, muchas veces tomamos las decisiones a la ligera a veces invadido por las emociones o por la precepción errónea que podemos tener por una falta de serenidad y claridad mental al tomarlas, to,mar decisiones por impulsos sin el equilibrio de la inteligencia y la emoción es con un alto riesgo de equivocación. Debemos siempre pensar que toda decisión involucra al uso de recursos, una acción y una reacción por ella, valoremos su impacto antes de tomarlas, ya que ella siempre tendría un riesgo, el objeto es reducir ese margen y hacer la más adecuada y enforma oportuna.
Luis, muchas gracias por tu participacion.
Estas en lo cierto, muchos equivocan y confunden tomar decisiones con elegir. El empresario de la pequeña y mediana empresa normalmente tiende a no completar todo el proceso de toma de decisiones. Suele recurrir a la experiencia y tratar que la nueva situacion “encaje” en algunas de sus experiencias como para repetir la misma “medicina”.
El dia en que seamos plenamente conscientes que de un buen trabajo de diagnostico previo y de un analisis creativo en la generacion de alternativas, podemos lograr cambios totalmente nuevos respecto del paradigma imperante que hagan que nuestra empresa salte por encima de nuestros competidores, seguramente habremos comprendido la importancia del proceso.
Gracias por acompañarnos
Juan Carlos
Esta muy bueno es una nota que te hace pensar
desde ya muchas gracias