En el marco de su actuación –como lo hemos comentado, desempeñando tres tareas: estratega, constructor de la organización y operador– el Leer más..." />
Un espacio para aprender que no es necesario ser una empresa grande para ser una Gran Empresa
Home » Management » El director de una empresa y sus actividades

En el marco de su actuación –como lo hemos comentado, desempeñando tres tareas: estratega, constructor de la organización y operador– el director tiene ciertos comportamientos que van moldeando su acción, algunas de las cuales menciona Francis Joseph Aguilar en su libro “General managers in Action”.

¿Cuáles son los comportamientos más importantes?

1) Instiga. Y no se trata de manipular. Quien lo hace, ve y pone por encima de todo su propio interés. El director, al instigar, ve por el interés de toda la organización. Un buen director va provocando e induciendo la colaboración de quienes le rodean, de los todos involucrados.

A veces pensamos que sólo instiga a sus subordinados. Pensar así nos llevaría a tener una visión muy parcial; también instiga a sus colegas, a sus superiores y eso sólo si nos referimos a la organización, pues también hay que considerar a quienes están en el entorno, como los clientes, los proveedores, competidores, con la prensa, con grupos de interés, con el gobierno en todos sus niveles y formas.

Para que las cosas “salgan adelante” el director, quizá sin prisa (pero sin pausa), constantemente instiga.

2) Pone prioridades. El director siempre está reordenando y reacomodando la lista de prioridades. Hay quien afirma que lo que distingue a un buen director es saber distinguir, entre el gran número de pendientes cuáles son los realmente importantes, los verdaderamente prioritarios.

Se trata además de una lista que de ninguna manera es fija. Las prioridades de hoy serán muy diferentes, no de las de hace un año, sino de las de hace una semana, o de las de ayer, como lo serán de las de mañana, de dentro de una semana o de dentro de un año.

El saber exactamente qué es a lo que hay que dar prioridad garantiza la óptima utilización de un recurso muy escaso: el tiempo del director general.

3) Integra. Uno de los comportamiento que distingue al director es su capacidad de integración, que va íntimamente relacionada con su capacidad de síntesis.

El director continuamente tiene que “marcar la línea” o “definir la frontera” entre las inevitables querellas que se suscitan con frecuencia entre los departamentos e integrantes de su equipo.

¿Dar más días de plazo, como recomiendan los de ventas o bajarle como piden los de finanzas? ¿Reducir la línea de productos, como pide producción o ampliarla como demandan los de marketing? ¿Pagar más, como piden los de personal, o no hacerlo, como demandan los de finanzas?

Lectura relacionada  El director (empresario) como constructor de la organización

La propia operación de una empresa hace inevitables estos conflictos, el director es quien los dirime integrando. Al hacerlo no los hace defendiendo solamente a una parte (a un departamento o sección), sino escuchando a ambos y decidiendo dónde se pone la raya, teniendo siempre en cuenta el bienestar de la empresa.

4) Da ejemplo. A menudo se cita este comportamiento como fundamental en un buen líder y ciertamente lo es. Las palabras son bonitas y hay que decirlas bien. El ejemplo arrastra, el ejemplo es un testimonio de autenticidad muy fuerte. Si nos piden esfuerzos, austeridad, profundidad en nuestros razonamientos o calidad en nuestro actuar y producir, estaremos mucho más dispuestos a darlo si los vemos encarnados en el dirigente que nos lo pide.

Si hacemos una remembranza de los mejores directores que hemos tenido, sin duda uno de los atributos que tenían (y que nosotros supimos y sabemos apreciar) es el enseñar con el ejemplo. Ya lo afirmaba el estadista francés del siglo XIX, Turgot, quien decía: “el punto clave de la educación es la predicación con el ejemplo”.

Instigar, poner prioridades, integrar y dar ejemplo.
Mediante estos cuatro comportamientos el director imprime sentido (por qué razón lo hacemos), dirección – rumbo (a dónde queremos llegar, cuál es nuestra visión, qué camino seguir) y ritmo (avancemos, quizá sin prisas, pero con pocas –o ninguna- pausa), incansablemente, hasta el objetivo. Bien convencidos… y bien dirigidos.

Autor Carlos Ruiz González

Si te gustó el artículo y la temática del Blog por favor sería muy interesante para todos que nos dejes tu comentario.

Además ,  puedes recibir todos los artículos completos en tu buzón de e-mail ingresando tu dirección de correo en la opción de suscripción en la página principal. Tu dirección de e-mail solo se utilizará para mandarte la actualización del blog diariamente. Muchas gracias por acompañarnos.

Si quieres ver más posts de la misma categoría, haz click aqui:


Comentarios (6)

  1. Sandra Hernández Alta dice:

    Me gusto mucho!
    Es muy interesante este tema

  2. juanito dice:

    la información es muy confusa

  3. Vanessa dice:

    Me encanta. Me parece muy acertado!

  4. Luis Requesens h dice:

    Mis felicitaciones a Juan Carlos Valda, en pocas palabras define adecuadamente los valores éticos y profesionales de un director.

  5. amberto dice:

    muy buen articulo que ayuda a complementar sobre este tema

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.