La empresa familiar es un modelo que ha existido desde los inicios de la humanidad, lo cual se puede comprobar fácilmente en cualquier libro de historia. La esposa, el hijo, el hermano, son por lo general los primeros integrantes de la empresa o negocio. Y pido a mis apreciables lectoras y lectores, entender el concepto de “Empresa” como toda acción que se emprende, bien para subsistencia o bien para la generación de utilidades. Es decir, no me refiero a la organización estructurada con tramos de mando y control, como se suele interpretar tal concepto en la actualidad.
Volviendo al tema que nos ocupa, encontramos que la empresa nicaragüense no es la excepción. Tal como lo hemos señalado en ocasiones anteriores, una de las doce características de nuestro emprendedor, es la incorporación de la familia al momento de iniciar una empresa o negocio. Se estima que en nuestro país, entre el 70 y 80 por ciento de las, micro, pequeñas y medianas empresas, nacen y se desarrollan conservando su carácter familiar. Incluso importantes grupos corporativos se suman a esta estadística.
No nos debe extrañar por lo tanto, que existan muchos ejemplos de empresas familiares que funcionan muy bien y son dignas referencias de esta modalidad. ¿Pero, es la empresa familiar el mejor modelo de gestión empresarial? ¿Es la empresa familiar un modelo para siempre? Vamos a analizar esto por partes.
Emprender un micro o pequeño negocio apoyándose en la familia tiene muchas ventajas, especialmente si los recursos económicos son escasos y se tiene poca experiencia empresarial. Entre las principales ventajas están: a) no se contrata personal externo; b) se cuenta con colaboradores por convicción y no por remuneración; c) la familia aporta sus recursos al negocio; d) se tiene profundo conocimiento de las habilidades y características de los colaboradores; e) hay confianza y comunicación más fluida. Sin embargo, encontramos problemas que van surgiendo desde el inicio de este tipo de empresas. Veamos algunos: a) confusión de la relación jerárquica con la familiar; b) poca observancia de las normas laborales; c) violación de procedimientos empresariales; d) traslado de conflictos familiares a la empresa, lo mismo que de la empresa al hogar.
En economías como la nicaragüense, donde emprender un negocio se hace principalmente con recursos propios dada la escasez de capital de riesgo o incubadoras de empresas y la mayoría de nuestros emprendimientos son impulsados por la necesidad, más que por una cultura emprendedora, el modelo de empresa familiar es el idóneo para iniciar y caminar hasta cierto trecho del camino. Sí. Hasta cierto trecho del camino, porque llega el momento en que las relaciones familiares comienzan a interferir en el desarrollo de la empresa. Comienzan las preguntas: ¿Nombro contador a mi hermano o a un buen técnico, pero que no conozco? ¿Nombro en tal cargo a mi hijo, por ser el mayor, aun cuando mi hija menor esté más capacitada? ¿Aun cuando yo soy la dueña, debo aceptar interferencias de mi marido en asuntos de la empresa? ¿Debo sancionar a mi hija por llegar más tarde que el resto de sus hermanos, a sabiendas que es madre soltera? ¿Cómo puedo llamar la atención por faltar tres días a la empresa, a mi hermanita del alma que tanto me ayudó en los inicios?
Tal como lo señalara anteriormente, conforme se va consolidando la empresa, comienzan a surgir dudas y discrecionalidades que afectan la marcha de la misma y no lo dude, afectan el desempeño de las personas ajenas a la familia, pues la estructura jerárquica tiende a confundirse. El contador podría pensar: según el organigrama, jefe de personal no tiene por qué darme órdenes, pero es el hijo del dueño, ¿qué hago? Para evitar situaciones como la anterior, lo más recomendable es ir definiendo en conjunto con la familia que apoyó y aportó desde los inicios de la empresa, las normas que regirán el funcionamiento de la misma, las cuales deberán respetar todos sin excepción. Se debe entender que la empresa es una entidad separada de la familia, aun cuando la familia trabaje en ella. El dinero de la empresa no es lo mismo que el bolso de mamá. Ni la camioneta de reparto, lo mismo que el coche de papá. Tampoco la gerencia tal es intocable porque la maneja el hermano mayor. No. La empresa debe desarrollarse sin tales obstáculos, y si de reconocer los méritos y el aporte de los familiares se trata, es preferible darles cierta participación en las utilidades y no asignarles cargos que mal desempeñan o rechazan por considerarlos impropios de su calidad de fundadores de la empresa.
Cuándo superar el modelo de empresa familiar
Hay que aclarar que incluso, puede que en la empresa no exista ninguno de los problemas expuestos anteriormente, pero el modelo de empresa familiar puede limitar la participación de mercado, retrasar el desarrollo de la empresa o peor aún, entorpecer un correcto relevo generacional. El reto del líder es saber cuándo superar este modelo de gestión. Por supuesto, superar el modelo familiar no es una obligación como tampoco debe ser un proceso traumático que se genere de un día para otro. No. Superar el modelo debe ser una decisión madura y compartida, lo mismo que la manera de hacerlo deberá considerar un determinado período de tiempo y condiciones óptimas que garanticen una transición adecuada.
La experiencia muestra que hay empresas familiares que luego de conservar en sus funciones a los familiares fundadores, el relevo generacional se define con parámetros muy estrictos que evitan la discrecionalidad o decisiones emocionales. Incluso, muchas veces es más fácil para una persona ajena a la familia optar a un cargo que para alguien del clan. Lo anterior no debe interpretarse en ningún momento como una medida absurda, en tanto lo que se busca es la preservación y desarrollo de la empresa, la cual finalmente es patrimonio de la familia aunque no toda tenga un cargo que desempeñar. Esto se vuelve todavía más necesario cuando la empresa se abre al mundo y comienza a ser cotizada en la bolsa de valores, como sucede en otros países. Al respecto de la empresa familiar, el experto empresarial, Peter Drucker dice: la gente presta muy poca atención al proceso de sucesión, aunque es, de hecho, la prueba máxima de una buena gestión.
Como se puede deducir, el desarrollo de una empresa, puede llevar a compartir el control financiero, que es la característica más importante de la empresa familiar, pero es lo normal. La empresa es como un hijo, se puede engendrar y cuidar hasta cierto momento, pero debe aprender a volar por sí sola. De hecho ser empresario quiere decir que la empresa funciona bien, esté o no el dueño o fundador presente. Esa debe ser la meta de todo empresario. En una empresa no deben existir personas indispensables, así sean éstas quienes la fundaron.
Para finalizar estas reflexiones, queremos dejar sentado que: la empresa es una sociedad, y la familia unidad; en la empresa se valora a cada quien por lo que hace, en la familia por ser quién es. La empresa existe para generar utilidades, la familia para generar bienestar y plenitud, un negocio puede quebrar, la familia siempre será familia. Por la familia a veces hay que trabajar sin la familia.
Autor Arnulfo Urrutia
http://impreso.elnuevodiario.com.ni/2010/01/31/emprendedores/117410
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