El 28 de agosto de 1963 Martin Luther King daba su célebre discurso “I have a dream” al frente de más de 200.000 personas en Washington D.C.
En dicho discurso, King relata lo que él denomina “su” sueño, que en realidad engloba el sentir de muchísima gente. Obra maestra de la oratoria moderna, hay un aspecto que me parece especialmente interesante: la construcción de la “conciencia de bote”.
Si bien existían antecedentes de lucha contra la segregación desde hacía varios años, este momento se puede considerar un hito fundamental por lo masivo de su alcance, por la claridad de lo expuesto y por el propio devenir de los hechos a partir de ese momento.
La situación imperante en aquella época es conocida, y se basaba en el desconocimiento de los más elementales derechos a la comunidad negra, por el sólo hecho de serlo. El foco era la diferencia racial.
Obsérvese que puesto el foco en las diferencias, poco margen queda para la integración. El blanco es blanco, el negro es negro. Si el foco está puesto allí, en lo que no es similar, sólo quedan estrategias de fuerza, a ver qué grupo se impone al otro.
“Conciencia de bote”
En este sentido, King desarrolla un elemento bien interesante al cambiar el foco a lo similar, en vez de las diferencias. King no niega lo “negro” y lo “blanco” (claramente menciona a los dos grupos raciales), sino que busca conceptos que abarquen la justicia y el derecho de los seres humanos, por encima de razas y creencias.
Esto es lo que se puede llamar “conciencia de bote”: la capacidad de sentir lo que tenemos en común, lo que nos une, nos comprende a todos, y la necesidad de remar todos juntos. El foco pasa a estar puesto en las similitudes, y no en las diferencias.
Dice King:
“Hemos venido a la capital de nuestra nación en cierto sentido para cobrar un cheque. Cuando los arquitectos de nuestra república escribieron las magnificentes palabras de la Constitución y de la Declaración de Independencia, estaban firmando un pagaré del que todo americano iba a ser heredero. Este pagaré era una promesa de que a todos los hombres -sí, a los hombres negros y también a los hombres blancos- se les garantizarían los derechos inalienables a la vida, a la libertad y a la búsqueda de la felicidad.”
…
“La maravillosa nueva militancia que ha envuelto a la comunidad negra no debe llevarnos a desconfiar de todas las personas blancas, ya que muchos de nuestros hermanos blancos, como su presencia hoy aquí evidencia, han llegado a ser conscientes de que su destino está atado a nuestro destino. Han llegado a darse cuenta de que su libertad está inextricablemente unida a nuestra libertad. No podemos caminar solos.”
King también trabaja sobre lo que podría ser visto como “el problema del sur” . Como líder, supo integrar las necesidades de su comunidad, marcar un rumbo, el alcance, la forma de transitarlo y construir los puentes necesarios, involucrando a muchos más que los directamente “afectados” a la causa: toda la nación.
En el final de su discurso, menciona diferentes Estados de norte a sur y este a oeste, que además tienen relevancia en los procesos de Independencia y
consolidación de la Nación, y no sólo los Estados sureños más fuertemente involucrados por las prácticas segregacionistas (Georgia, Mississippi, Tennessee, Alabama):
“Ésta es nuestra esperanza. Ésta es la fe con la que yo vuelvo al Sur. Con esta fe seremos capaces de cortar de la montaña de deseperación una piedra de esperanza. Con esta fe seremos capaces de transformar las chirriantes disonancias de nuestra nación en una hermosa sinfonía de fraternindad. Con esta fe seremos capaces de trabajar juntos, de rezar juntos, de luchar juntos, de ir a la cárcel juntos, de ponernos de pie juntos por la libertad, sabiendo que un día seremos libres”.
…
“Y si América va a ser una gran nación, esto tiene que llegar a ser verdad. Y así, suene la libertad desde las prodigiosas cumbres de las colinas de New Hampshire. Suene la libertad desde las enormes montañas de Nueva York. Suene la libertad desde los elevados Alleghenies de Pennsylvania”.
“Suene la libertad desde las Rocosas cubiertas de nieve de Colorado. Suene la libertad desde las curvas vertientes de California.”
Organizacionalmente, todo el tiempo vivimos desafíos similares en su esencia al que acá se plantea. “Marketing vs Producción”, “nuevos vs viejos”, “profesionales vs obreros”, “casa central vs sucursales”, etc.
Las diferencias entre los grupos y áreas suelen ser evidentes y fácilmente se vuelven el foco en cualquier conflicto o conversación de pasillo. Establecer y tener presente “lo que nos une” generalmente es una tarea olvidada, principal en orden a cualquier otra.
La próxima vez que le hablen de “ellos vs nosotros”, tenga presente a King.
@2009 Gustavo Nisivoccia
http://participacion.elpais.com.uy/gestalt/2009/09/03/martin-luther-king-y-la-conciencia-de-bote/
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