Este experto en liderazgo, equipos de alto rendimiento y gestión del cambio habla de las nuevas virtudes de los líderes en un mundo de oportunidades donde nada será igual que antes.
Para este especialista en negociación, control de la violencia y agresión, en especial ante la toma de rehenes, “este periodo de cambio e incertidumbre ha provocado una seria caída de la confianza, el compromiso con el trabajo y la motivación de los empleados. Sin duda, los líderes necesitan comprender cuáles son los motivos de la pérdida de confianza en cada situación, y en el caso de cada individuo y grupo”.
Kohlreiser asegura que “para crear confianza y un clima propicio para obtener altos rendimientos, resulta vital mostrarse ante los empleados como una ‘base segura’: es el líder quien ofrece la sensación de protección, y supone una fuente de apoyo que genera empatía y comprensión. El líder actúa como un trampolín que te sujeta cuando caes y te ayuda a impulsarte a niveles aún más altos”.
– ¿Qué oportunidades ofrece el escenario actual de crisis para revolucionar las dimensiones del liderazgo? ¿Cómo aprovechar positivamente la inseguridad, la incertidumbre y el cambio?
– Estamos en un momento propicio para el cambio. Tenemos que entender que ahora muchas personas sólo piensan en su supervivencia, algo que limita su creatividad y la búsqueda de oportunidades. La supervivencia es siempre el objetivo más importante para el cerebro y, como tal, el líder y los empleados buscan la forma de defenderse y no las oportunidades que hay en el exterior. La impotencia es el estado mental y emocional más destructivo que puede sufrir una organización, un equipo o un individuo. Los líderes tienen que ser resistentes, positivos, y centrarse en las oportunidades. Debería ponerse un límite a las quejas, ya que sólo llevan al desánimo. Es momento de aprender, de desarrollar el talento para hallar medios innovadores y creativos de hacer las cosas. Los líderes deberían centrarse en los aspectos positivos y en las oportunidades en estos tiempos de crisis, porque es ahora cuando los empleados pueden ganar resistencia y determinación para buscar formas de progresar.
– ¿Cree que los CEO actuales sirven para liderar las empresas en tiempos de crisis?
– Aquellos que se dejan llevar por el pánico, con mentes cerradas, poca resistencia, mala capacidad de comunicación, distantes y poco inspiradores, no sirven. El mundo nunca volverá a ser igual, así que son necesarios consejeros delegados que entiendan cómo beneficiarse de la globalización, cómo abordar la crisis del capitalismo, la sostenibilidad, el cambio climático, un tipo distinto de capitalismo, la guerra por el talento, cómo dirigir el valor financiero, o cómo guiar a la gente hacia objetivos comunes.
– ¿Qué cambios prevé en el management de la próxima década?
– Los retos a los que se enfrentan los líderes irán más allá de sus actuales aptitudes individuales. Las futuras destrezas de liderazgo exigirán el mayor grado de colaboración posible para superar las limitaciones con eficacia. Un cambio en las habilidades de liderazgo ayudarán a los empleados a adoptar una actitud más activa en referencia a la toma de riesgos y los cambios. Otros desafíos incluyen la creación de equipos eficaces en distintos países y con acceso a comunicación virtual, el uso de la influencia sin recurrir a la autoridad, la búsqueda de la innovación, el coaching, la capacidad de adaptación, la apreciación de la complejidad desde distintos ángulos, el aprendizaje rápido a través del diálogo, y la confianza para actuar incluso en casos de ambigüedad, y allí donde puedan existir dos verdades opuestas como la búsqueda del crecimiento y la reducción de costes. La capacidad de comunicación es más importante que nunca, sobre todo en el caso del liderazgo virtual. Los líderes necesitan ser cada vez más eficaces a la hora de hacerse entender.
– ¿Por qué la persuasión y la influencia son las mejores armas para resolver los conflictos? ¿Puede aplicarse esto a todo tipo de conflictos, incluso en la empresa?
– Yo diría que el término “arma” es desacertado. El objetivo no es manipular a las personas con las que negociamos, sino alcanzar objetivos comunes a través de mutuas concesiones. Es aquí donde la negociación y la persuasión se revelan como herramientas esenciales.
– ¿Debe crear un lider su propio estilo o imitar el de otros? ¿Qué define un buen estilo de liderazgo?
– Cada líder debería desarrollar su propio estilo, basado en la personalidad, los valores, el aprendizaje continuo y los puntos fuertes. Su estilo debería incluir las cualidades de otros líderes a los que admiran. El liderazgo es un talento que se aprende a lo largo de la vida, y es importante entender la influencia de padres, abuelos, profesores, jefes y amigos para erigirse en un líder de éxito. El liderazgo consiste fundamentalmente en usar el poder para inducirse a uno mismo y a otros a alcanzar un objetivo positivo definido. La pregunta es, por consiguiente, cómo ha aprendido el líder a usar el poder y a ejercer influencia. Algunos abusan del poder, y otros lo temen y son demasiado débiles. El viejo estilo de orden y control ha muerto, y lo que se necesita es un modelo que comprometa a las personas, que las una e inspire en la consecución de objetivos comunes. Además, las denominadas “destrezas sociales” nunca habían sido tan importantes a la hora de obtener un buen resultado empresarial.
La convivencia de varias generaciones en una organización puede llevar al conflicto interno de intereses, ¿qué pilares deben sostener el liderazgo para que sea eficaz e impacte en la cuenta de resultados?
Los trabajadores más jóvenes suelen ser más aplicados y eficaces gracias a su experiencia con las tecnologías, y crean mejores comunidades que la generación de sus padres. Los trabajadores de mayor edad disponen de ricas experiencias como guía y son más leales a la organización. También tienden a trabajar un mayor número de horas con ideas y métodos generalmente anticuados. Los empleados más jóvenes asumirán con más probabilidad mayores riesgos que los veteranos que, con frecuencia, han dejado de aprender; y es posible que los trabajadores de mayor edad sientan celos y resentimiento contra los empleados jóvenes a causa de las oportunidades y sueños perdidos. Los trabajadores más jóvenes dan una mayor importancia al equilibrio entre la vida y el trabajo, y demandan más tiempo para la vida personal. Los equipos heterogéneos siempre obtendrán mejores resultados que los homogéneos, por lo que una combinación de edades resulta perfecta cuando existe mutuo respeto, deseo de aprender de los otros, una gestión eficaz de los conflictos, y una búsqueda de objetivos comunes. Los líderes deben influenciar de forma activa ese proceso y preparar o despedir a las personas problemáticas del equipo.
Autor: George Kohlrieser
tomado de Expansion & Empleo.com
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