El éxito o el fracaso de los cambios en las organizaciones está influenciado por la cultura pre-existente en las mismas. Esto es especialmente cierto cuando el cambio involucra la incorporación de nuevos sistemas de procesamiento automático de datos. En estos casos, el problema puede ser doble, ya que se interrelacionan dos culturas organizacionales diferentes: la de la organización receptora y la de la organización productora del software. Aun en el caso de organizaciones con un sector de informática interno, las dos culturas coexisten y se diferencian en forma sustancial.

Ambos grupos humanos ‘clientes’ y ‘desarrolladores’ tienen una visión diferente sobre cada posible proyecto de software. Para los clientes y usuarios, el producto de software a implementar es una herramienta para mejorar o hacer posible su actividad, mientras que para los desarrolladores es el objeto central de su actividad. Esto puede agravarse si se tiene en cuenta que pueden existir otras culturas involucradas. Tal es el caso de proyectos con múltiples proveedores de componentes de software, proyectos con múltiples clientes, o una combinación de estos.

Las diferencias culturales pueden enfatizarse por razones de antagonismo, competencia, intereses, dispersión geográfica, falta de comunicación, problemas de liderazgo, entre otras.

Hay dos factores esenciales que contribuyen a la coherencia de una organización: uno es el conocimiento depositado en las personas o cultura organizacional y el otro es la tecnología y los procedimientos normativos que rigen a la organización. El primer factor tiene importancia en organizaciones con baja rotación de personal, el segundo es necesario cuando dicha rotación es alta.

Los cambios obligados

La inserción de un sistema de software en una organización provoca siempre un cambio en la estructura receptora. Cuando este cambio es menor, se dice que el sistema se adapta a la cultura organizacional, mientras que para cambios mayores, el sistema altera la cultura de la organización además del proceso del negocio. Se pueden hacer dos reflexiones relevantes: una es que el grado de alteración de la cultura organizacional condiciona el éxito del proyecto y la segunda es que ni la preservación de la cultura ni la alteración de la misma es per se benéfica o perjudicial.

Cuando se inicia un proyecto de desarrollo de software, se debe tener especial consideración en el impacto que se producirá sobre la cultura de la organización y el proceso del negocio.

Los conjuntos desarrolladores de software deben procurar comprender la cultura de la organización cliente, siendo conscientes de la propia, y deben prestar atención a las necesidades del negocio que el sistema de software debe satisfacer. Del contraste entre la situación actual del negocio y las nuevas demandas estratégicas y tácticas a implementar mediante el software, surge el impacto sobre los procesos del negocio y sobre la cultura organizacional. La Ingeniería de Requisitos, entendida como el proceso sistemático de definición de los requisitos, debe estudiar la organización cliente a fin de identificar las características de su cultura, evaluar la naturaleza de los cambios que se producirán en la misma y establecer una metodología de desarrollo que asuma estos aspectos del cliente en combinación con la cultura organizacional del equipo desarrollador.

Estas actividades concentradas en la Ingeniería Requisitos son factibles ya que ésta debe promover el logro de un fuerte compromiso de los grupos humanos intervinientes en el desarrollo. La Ingeniería de Requisitos es la encargada de establecer esos lazos a partir de adquirir conocimiento sobre la cultura del cliente y armonizarla con la propia. Para ello, la disciplina se vale de estrategias provenientes de diversas ciencias: sociales, psicológicas y tecnológicas, atendiendo todos los aspectos relativos a la interfaz técnico-social de un desarrollo de software.

El producto final suele ser un documento de especificación de requisitos que ancla los acuerdos entre los grupos involucrados. Este vuelca el entendimiento logrado de la cultura de la organización cliente y debe estar redactado, usando el vocabulario o jerga de la organización cliente. El proceso de la Ingeniería de Requisitos puede calificarse de exitoso si el documento generado resulta ser legible para las partes. Esto augura que la implantación de software también lo será.

Autora Graciela D. S. Hadad profesora Titular de la carrera de Especialización en Ingeniería del Software, Universidad Católica (UCA) ()

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