A menudo a un responsable, a un “jefe” se le piden demasiadas cosas, porque se les suponen demasiadas capacidades, y se da por supuesto que saben de todo; y esto porqué.
A día de hoy, son tantas las tareas y responsabilidades que debemos asumir en el trabajo, que no nos paramos a pensar si tenemos todas las capacidades que nuestro desempeño requiere; y una que me parece muy importante es nuestra capacidad a la hora de saber Comunicar, y saber Comunicarnos.
Escribir bien, hablar bien, y saber hacerlo para con uno mismo en nuestros diálogos internos y para con los demás, exige un aprendizaje nada fácil y una práctica que a menudo no se desarrolla; por desconocimiento.
A menudo me pregunto si valoramos cosas tan sencillas a la hora de hacer una comunicación escrita [mail, un brouchure, una carta, comunicación interna] como es determinar el objetivo, contenido y destinario de la misma.
La síntesis, la forma y el destinatario han de ser primordiales a la hora de lograr una comunicación efectiva; de no serlo así, soy de la idea de que es mejor no hacerla.
A menudo, el título, la descripción condensada del contenido de la comunicación facilitarán notablemente el éxito de mi comunicación; no creo debamos confundir hoy la cantidad con la calidad, [quién no ha recibido alguna vez un mail, una instrucción o directriz y se ha liado y confundido aún más].
A día de hoy nos llega tanta información, de carácter personal, profesional, publicitario, a través de las redes sociales y entornos 2.0 que q menudo nos vemos sobrepasados y saturados, de ahí que “enganchar” a nuestros destinatarios con una breve frase, un concepto una idea introductoria sea esencial; sino lo hacemos así, todo el esfuerzo, tiempo, dedicación y expectativas puestas en nuestro ejercicio de comunicación serán en vano.
Y dos cosas que me parecen importantes señalar:
Lo cortés no está reñido con lo funcional, esto es; se puede ser amable en las comunicaciones, tanto escritas como orales, no hace falta [es más, creo que no debe “ladrar” a nuestro interlocutor] pues a menudo con las formas, tiramos por tierra el esfuerzo de transmitir el mensaje.
Las comunicaciones escritas; el “papel” el “mail” no tienen entonación, carecen de sentido del humor y de intencionalidad, hemos de pensar que quien lo lee; no ha de tener nuestro mismo sentido del “humor”, no ha de compartir nuestro gusto por las bromas, así pues, concreción, síntesis y se puede, sencillez en el uso del lenguaje.
Desde aquí me gustaría lanzarte una pregunta; ¿Cómo es tu estilo de comunicación? ¿Te has parado a pensar alguna vez cómo comunicas, y cómo te comunicas con los demás? ¿Puedes mejorar en esta faceta? ¿Y una mejor comunicación; cómo podría ayudar a tu desempeño profesional y al de tu empresa?
Autor Esteban J. Larreta
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gracias por la informacion, he tenido mucha dificultad en el empleo por falta de una buena comunicacion…. creo ser muy enredada para transmitir los mensajes. los terjiversan y se crea chisme hecho q me enfurece. dada a esta dificultad que tengo me da miedo hablar soy jefe de 30 personas