En las empresas familiares nos preocupamos por mejorar la gestión y el desempeño de nuestras compañías, cómo ser más competitivos en el mercado, e incluso cómo proteger y hacer crecer nuestro patrimonio, pero ¿Cuándo nos preocupamos por mejorar nuestro desempeño familiar? Como especialista en empresas familiares, he tenido la oportunidad de asesorar a más de un centenar de compañías en el desarrollo de su Protocolo Familiar, pero sólo hasta esta hace poco, y con motivo del Family Business Summit que se realizó el pasado 25 de marzo en Bogotá y el 26 en Medellín, me puse en la tarea de estudiar los diagnósticos y documentos resultantes de estos casos en los ámbitos familiar, patrimonial y empresarial. Los resultados fueron sorprendentes.

¿Cuáles fueron los problemas más comunes encontrados en estos diagnósticos?
Dentro de los principales problemas identificados en el ámbito familiar, en el ciento por ciento de los casos se encontró una falta de un órgano de gobierno y una estrategia familiar explícita, es decir, ninguna de las familias estudiadas era consciente de la necesidad de fijar un rumbo estratégico que guiara a los miembros de las actuales y futuras generaciones, ni de tener un espacio formal y activo donde se analizaran temas relevantes, se tomaran decisiones, se llevaran a la práctica y se les hiciera seguimiento. Es necesario que pensemos en nuestra familia como una organización que requiere ser cuidada y gestionada de la mejor manera para que crezca con la menor cantidad de problemas posibles. En el 92 por ciento de los casos se requería de algún tipo de ayuda psicológica para resolver conflictos familiares a los cuales no se les había prestado atención, pero que poco a poco estaban acabando con la unidad, armonía y confianza de la familia. Tengamos en cuenta que si no hay confianza en una familia, no habrá vocación para permanecer juntos como empresa, y bajo esas condiciones ningún protocolo familiar servirá de algo.

¿Qué otros inconvenientes encontró. Alguno externo a la familia?
Es triste decirlo pero una de las cifras que más me sorprendió ver es que el 80 por ciento de las familias han tenido algún tipo de dificultad de seguridad, como por ejemplo amenazas, boleteos, extorsiones y secuestros. Es lamentable que las familias de nuestra región tengan que sufrir estos atropellos, pero peor aún es encontrar familias que saben del riesgo que corren al tener un patrimonio visible ante la sociedad y no buscan protegerse, sino simplemente omitir un problema que no los ha tocado, pero que como vemos en la estadística, es bastante común en las empresas familiares. Claro que vale la pena aclarar que en los últimos años este tipo de incidentes ha venido disminuyendo, pero de todas formar “es mejor prevenir que lamentar”.

Con base en su estudio, ¿qué recomendaciones les daría a las familias empresarias?
Existen múltiples sugerencias según la situación, por ejemplo el 78 por ciento de los casos estudiados carecía de proyectos de vida para los miembros de su familia y el 70 por ciento de los fundadores ejerce bajo parámetros de proteccionismo, machismo y paternalismo sobre sus hijos. Qué bueno sería trabajar el proyecto de vida de los hijos; muchas personas afrontan innumerables problemas para escoger una carrera universitaria o encarrilar su vida laboral porque sus padres los encasillan en labores de la empresa familiar, pero no siempre toman en cuenta sus deseos y talentos, y los afectados no tienen el carácter para expresar lo que piensan y sienten. En casos como estos, la ayuda de un psicólogo no sólo puede ahorrar tiempo y dinero, también puede evitar sentimientos de frustración en las personas que más amamos.

¿Qué sugerencia le daría para escoger ese líder familiar o para adelantar un proceso de formación?
Los protocolos de familia crean los órganos de gobierno familiar, y uno de sus principales objetivos es la búsqueda de un líder familiar que logre aglutinar a la familia, por su autoridad frente a los demás. Estos líderes van surgiendo poco a poco de las reuniones familiares y de las actividades familiares que el Consejo de Familia emprenda; actividades culturales, sociales, filantrópicas. Dentro de esas actividades, se debe identificar poco a poco a la persona que por méritos y competencias idóneas se le facilite la actividad familiar y que cuente con la aceptación resto de la familia. Debemos recordar que una familia empresaria que tiene un líder familiar, que establece sistemas de comunicación transparentes, que se preocupa por capacitarse, que tiene una amplia participación de sus miembros y estructuras claras, tiene mayores oportunidades de contar con un mejor desempeño familiar, que se ve reflejado en la unidad y armonía de sus miembros. Espero que las cifras reveladas en esta entrevista los motiven a leer un poco más sobre cómo mejorar en los temas familiares, y en especial a implementarlos.

Autor Gonzalo Gómez- Betancourt

Fuente http://www.larepublica.com.co/archivos/EMPRESAS/2010-05-14/consultorio-empresarial_100267.php

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