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El Efecto Pigmalión, según el autor norteamericano Robert Merton, es una expectativa que incita a las personas a actuar en formas que hacen que la expectativa se vuelva cierta, este efecto puede presentarse de manera positiva, en el cual se produce un efecto positivo en un sujeto, de manera que el efecto procede provocando un aumento de autoestima en el sujeto. 

En el siguiente ejemplo se puede observar como este efecto puede impactar en el mundo empresarial. 

“La experiencia de Eduardo presentando a su mediana empresa” 

Había una vez, una mediana empresa a cargo de Eduardo el gerente general, que comenzó a marchar muy bien, todos los trabajadores gustosos iban a trabajar. Pasados los días, meses y años, llegaron días difíciles, en los que la empresa ya no le iba muy bien como antes, pasaron así los días y la situación era más difícil, el gerente general de la empresa se volvía cada vez más preocupado y vulnerable. Un día Eduardo encontró un artículo que le dio su licenciado, cuando estaba en la Universidad, el articulo decía: “Si quieres comer pan en diciembre siembra trigo en mayo”. 

Eduardo reflexiono y dijo – La empresa tiene y debe llegar a un buen futuro tenemos que pensar en las acciones que vamos a realizar para llegar a ese buen futuro; dio unas cuantas vueltas por los pasillos de la empresa y vio que algunos empleados se encontraban desmotivados, aburridos de estar con la misma rutina. 

Eduardo salió un momento afuera de la empresa, para respirar aire puro y se encontró con su mejor amigo de la Universidad. 

Eduardo – Jorge ¿Como estas?, ha pasado mucho tiempo no…
Jorge – Si, te cuento que tengo mi propia empresa, yo también dice Eduardo.
Jorge – y… ¿Cómo te va?
Eduardo – Bueno en realidad no muy bien, lamentablemente ya son dos años que a la empresa no le va muy bien
Jorge – ¿Y cómo es eso?
Eduardo – Si parece que mis trabajadores están un poco desmotivados, aburridos y ya no creen en mí.
Jorge – Mira yo te puedo echar una mano.
Eduardo – ¿Cómo?
Jorge – Yo tengo allá en mi empresa a cinco trabajadores muy buenos, son excelentes, ellos te podrán ayudar con tus problemas, mañana te los envió y veras que son los trabajadores más eficientes y trabajadores del mundo.
Despidiéndose con una gran sonrisa – Adiós Jorge, Adiós Eduardo. 

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Al día siguiente, los trabajadores se presentaron en la empresa y Eduardo les informo la situación en la que se encontraba y los empezó a apoyar, motivar, a decirles y mirándoles a los ojos – Necesito que se encarguen de la empresa confió en ustedes de que lograran sacar a la empresa adelante de estos problemas. 

Los trabajadores se sentían con una actitud positiva, motivados, la empresa estaba en sus manos. Las cinco personas se sintieron comprometidas con la empresa de Eduardo, ellos empezaron a trabajar más y más, mientras que Eduardo los ayudaba, les transmitía confianza para alcanzar los objetivos. 

Poco a poco los trabajadores se sentían muy bien, como si trabajaran en su propia casa, los resultados sobrepasaron las expectativas de Eduardo. La empresa volvía a nacer con los 5 nuevos trabajadores, además de que estos empezaron a abrir canales de comunicación y motivación para los demás empleados propios de la empresa, estos ya se sentían motivados y con nuevos retos por cumplir. 

Al finalizar un día, Eduardo se encuentra con Jorge.
Jorge le dice a Eduardo – y… ¿cómo te fue?
Eduardo – Muy bien esas cinco personas que me enviaste, lograron sacar a la empresa adelante, gracias, ¡muchas gracias! 

Jorge – Sabes te tengo que contar un secreto, pero no te vayas a enojar, esas cinco personas que trabajan hoy en tu empresa, un día trabajaron conmigo, yo te di a los cinco peores empleados que tenía en mi empresa yo te los envié para deshacerme de ellos. 

Eduardo – ¿Pero cómo?
Jorge – Tú creíste lo que te dije, de que ellos eran buenos, los mejores, excelentes trabajadores, pero en realidad ellos son lo contrario, bueno eran lo contrario. 

Jorge – Tú tenías la creencia de que los cinco trabajadores eran perfectos para alcanzar lo que querías y lo conseguiste. 

Sabes las profecías tienden a realizarse cuando existe un fuerte deseo que los impulsa y tu lo hiciste con ellos.

Autor  Victoria Quenallata Mamani – lavictoriadelalma@hotmail.com Universidad San Francisco de Asís.

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