Tal como el proceso de gestación que se requiere para dar a luz a un ser humano, del mismo modo uno puede comprender el tiempo y los pasos que se deben seguir para que una empresa pueda nacer en las mejores condiciones posibles.

Inicialmente hay que querer tenerla. Cuando uno se pone “en campaña” para armar una idea y vestirla de emprendimiento, comienza un proceso que podría ser menor o mayor a nueve meses, pero de todas maneras debe cumplir con nueve momentos antes del nacimiento definitivo. Y lo primero de todo es decidirse a ser empreario.

Lo que viene es entender para qué queremos esa empresa, cuáles son las motivaciones personales que me llevan a optar por este camino y, ya en el tercer paso, comenzar a prepararme para reforzar mis habilidades y superar mis debilidades, ya sean en conocimiento, gestión, redes de contacto o aspectos legales, entre otros.

Así como una madre le cuenta al mundo de su embarazo tras pasar los tres primeros meses, nuestro cuarto paso es comentar nuestra idea, de forma reservada, en quienes confiamos. Si no confiamos en nadie y si no sabemos generar la reserva en otros, estamos muy distantes de poder insertar nuestra idea de empresa en la realidad.

Un quinto paso es revisarnos, ver cuánto hemos cambiado en este lapso y qué necesidades debo satisfacer a la brevedad para que esta idea tome forma y ya comience a mostrar parte de su potencial. Paso siguiente será trazar un modelo comercial que asegure la supervivencia durante los primeros años de vida.

El paso siete es el del tiempo. Comprender que nada se hace de la noche a la mañana, pero tampoco estaremos dispuestos a esperar una eternidad para dar el paso definitivo.

El octavo paso será el de las proyecciones para nuestra idea. Soñar no cuesta nada y hay que hacerlo para trazar una ruta a seguir un poco más allá de la lógica. Probablemente mi idea no tiene gran potencial exportador, pero al menos hay que tener claro qué condiciones deben cumplirse para que esto ocurra.

A continuación viene la pausa, la reflexión, la meditación sobre todo lo realizado y un repaso por todo lo planificado y ejecutado. Lo que viene es dar a luz la empresa y convertirnos en empresarios, por lo que quizá este sea la última posibilidad de estar a solas con nuestra idea.

Y ya en el último de los diez pasos para empreder, debemos actuar con decisión y coraje, asumiendo nuestra condición de empresarios y siendo selectivo al momento de mostrar el resultado de nuestro trabajo al mundo. Así como debe pasar un tiempo para que un bebé hable y camine, también hay tiempo para que la nueva empresa venda y se desarrolle.

Ahora hay que celebrar la nueva etapa que comienza. Ya vendrán nuevos pasos para superar los primeros años, aprender, crecer e incluso morir.

Autor Leonardo Meyer Z., director diariopyme.com

Fuente http://www.diariopyme.com/2010/03/etapa-de-gestacion/

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