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En las empresas de primera generación está probado el alto compromiso que estos tienen con su empresa. Los conceptos de dedicación, remuneración de mercado, plan de carrera, motivación etc. No tiene aquí cabida porque están al máximo, es el ser o no ser del empresario que comienza y desarrolla su aventura empresarial, además vale el dicho de “uno para todos y todos para uno”.

El dilema empieza en las segundas o terceras generaciones y sucesivas. La empresa ha crecido y se ha hecho más compleja. La familia también, de un miembro familiar trabajando en la empresa pasamos a 4, 5, 10 miembros de la familia trabajando en la empresa, ¿Qué hacer entonces? ¿Valen los mismos criterios? ¿Son necesarias las normas? ¿Y la aplicación de criterios empresariales? Rotundamente si, lo contrario será la anarquía y el desconcierto, el conflicto potencial en suma.

Conocemos empresas de hermanos que con diferentes tareas, funciones y responsabilidades, todos cobran lo mismo y ¡Oh, milagro! No pasa nada. Quizás sea la excepción que confirma la regla.

En empresas ya de tercera generación este criterio seria imposible por número, relación complejidad y necesidad de jerarquizar las decisiones y el mando.

Somos plenamente partidarios de profesionalizar al máximo a la empresa familiar y ello significa establecer criterios de profesionalidad en los distintos aspectos de la empresa.

Las remuneraciones son uno de los más sensibles y complejos y en la empresa familiar origen de conflictos cuando no se actúa con normas que resistan el análisis, la equidad y la eficacia.

Trasladar a la empresa criterios o costumbres de la Familia no es la mejor recomendación.

Llega un momento en que la empresa necesita dotarse de normas y un código que prevenga los problemas y su posible solución.

En un estudio reciente hecho por Unilco-Seg. La remuneración y evaluación de los miembros familiares que trabajan en la empresa aparece como uno de los más relevantes y objetivos de preocupación de las Empresas Familiares por esta razón nos permitimos aconsejar la aplicación de las siguientes reglas:

a) Tomemos las decisiones empresariales con criterios de Empresa.

b) La remuneración debe ser de Mercado para cada puesto.

c) Se debe asegurar que el Familiar designado cumple con el perfil profesional necesario para el puesto.

d) Periódicamente cada Familiar que trabaje en la Empresa debe ser evaluado en su desempeño al igual que sus homólogos no Familiares.

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e) Se deben evitar en lo posible las llamadas “Jerarquías Incongruentes” o dependencia de familiares directos.

f) No confundir posición como propietario y como trabajador.

g) Poder dar ejemplo con los Miembros Familiares es un mensaje muy rentable para el resto de la plantilla.

h) Ojo con los privilegios para con los miembros Familiares. Estos se ven y son objeto de crítica.

i) Comunicar con transparencia a toda la empresa que ser familia también significa mayor compromiso y dedicación.

j) No utilizar la Empresa Familiar como agencia de colocación para familiares problemáticos o inadecuados para el puesto a desempeñar.

Tampoco podemos olvidar la situación de los miembros Familiares que son miembros del Consejo de Administración, preguntarnos si el Consejo debe o no ser retribuido tiene importancia, nuestra opinión es que si debe ser retribuido acorde con criterios de:

– Responsabilidad asumida y riesgos.

– Dedicación a la empresa como Consejero.

– Experiencia necesaria para ejercer el cargo.

También es habitual distinguir entre Consejeros Familiares y Consejeros o Asesores externos que obviamente cobrarán acorde precios de mercado.

Respecto a los miembros familiares que trabajan en la empresa y además son Consejeros, es conveniente valorar su completo cuadro de remuneraciones por los diferentes conceptos y que estas sean congruentes con el trabajo a realizar y su valor de mercado.

Implantar los anteriores criterios no siempre será fácil y quizás levante ampollas en algunos de nuestros más queridos familiares, pero ayudaremos a mantener una empresa más sana y más próspera, que es para lo que fueron designados los que tienen la responsabilidad de decidir y dirigir la Empresa Familiar.

Autor Vidal Martín Martín    Director Asociado Unilco-Seg 

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