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El otro día me comentó mi mamá que en ese periódico inglés que es el Financial Times escribieron un artículo acerca de Bob Diamond, el nuevo consejero delegado (o algo así) del Barclays, un cargo bastante gordo y con una paga muy muy grande, algo así como para comprarse 1,64 millones de euros en chuches al año más paga extra si se porta muy bien, como el año pasado que fue de 25 millones de Euros.

Como no me enteraba de nada, le pedí a mi hermano mayor que me hiciese un resumen de lo que contaba el periódico ese sobre el hombre este tan rico:

    “Bob Diamond esta lleno de energía y entusiasmo. Le gusta tomar riesgos. Está decidido: sabe lo que quiere y va a por ello. No tiene miedo, le alegra aceptar un trabajo del que tiene poca experiencia. Habla de una manera sencilla. Es conocido por sus fuertes enfados, es ambicioso y siempre quiere más.

    Yo no lo conozco, pero por lo que he estado leyendo acerca de él, estoy absolutamente seguro de que va a ser un excelente nuevo jefe de Barclays. Esto se debe a que encaja a la perfección con una nueva teoría de liderazgo que dice que los mejores directores ejecutivos son como niños pequeños.

    Este descubrimiento fue hecho por Nicholas Brann, un ex banquero cuyo tercer hijo estaba a punto de cumplir un año. Había estado temiendo este momento, así que para meterse en un mejor estado de ánimo se sentó e hizo una lista de las cosas buenas de los niños pequeños. Cuando terminó, se dio cuenta de algo extraño.

Cada uno de los rasgos positivos que él recordaba de su niños fueron los mismos rasgos que los mejores CEOs con los que había trabajado durante los últimos años. Su lista, que incluye muchas de las características que el nuevo consejero de Barclays tiene y son estos:

    – Los niños pequeños están llenos de energía y entusiasmo. Nunca serás capaz de vencer a un niño que esté convencido al 100% por algo.


     – Los niños pequeños asumen riesgos de manera natural. No les importa deslizarse por una peligrosa barandilla, hacen lo que quieren cueste lo que cueste.

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     – Los niños pequeños son persistentes. Cuando les dices que no unten el DVD con mermelada, se esperan un par de minutos y luego vuelven a intentarlo.


     – Los niños pequeños son curiosos. No se contentan con una respuesta sencilla si no que continuarán con un “¿por qué? ¿por qué? ¿por qué? “


     – Los niños son creativos. No dudan en plasmar su imaginación en pinturas en el sofá o en las paredes.


     – Los niños tienen grandes habilidades interpersonales. Son capaces de derretir el corazón más duro con miles de besos y abrazos.”

Qué pena que la mayoría de la gente cambie con el tiempo, se hacen más grandes, en la tele ponen tertulias, gruñen a todas horas y dejan de jugar a las consolas, bueno, esto último no todos.

A los adultos parece que les importan otras cosas, sobre todo el dinero, están todo el día pendientes de él y se complican demasiado la vida. Les cuesta mucho preguntar, buscan siempre cosas muy complicadas y muchas veces dicen que juegan a un juego muy aburrido que es el de la bolsa.

Yo y mi amiga Campanilla hemos estado unos días jugando a ver qué hacen los mayores con el dinero y esto es lo que hemos anotado en nuestra libreta de dibujar.

   1. Les encanta comprar caro y vender barato. Compran después de que el mercado suba y después les entra el pánico y venden cuando el mercado está bajo. ¿No debería ser al revés?

   2. Participan en juegos importantes sin entender las reglas. Cualquier niño sabe que si no entiendes cómo se juega no puedes ganar el juego. Además compran productos financieros con unas instrucciones y un documento informativo de 471 páginas. Vaya rollo.

   3. Cuando acaban de jugar, todos dicen que han ganado. Yo quiero jugar a ese juego en el que todos ganan.

   4. Creen cualquier cosa que quieren creer. ¿Como puede ser que gente con tantas joyas y tan bien vestida le diesen a mi abuelo Madoff tanto dinero sin saber lo que hacía con él?

   5. Piensan que los desconocidos quieren ayudarles. A mi me enseñaron de pequeño los peligros de hablar con extraños y después veo como los mayores entregan sus ahorros a extraños que dicen que quieren ayudarlos.

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   6. Se quejan constantemente de los impuestos, pero pagan más de lo que deberían. Claro, es que no preguntan, me he fijado que los muy muy listos apenas pagan impuestos ¿por qué muchos hacen un esfuerzo especial para pagar más? No lo entiendo.

   7. Siguen a la manada. Son como mi perro Toto, va siempre detrás de mi pensando que le voy a dar de comer. A los mayores les ocurre lo mismo, dejan su dinero en mercados como China o India porque otros lo hacen.

   8. Muchos esconden e invierten todo su dinero en el mismo sitio no como yo que en el cole escondo mis cromos en muchos sitios para que no me los quiten. Nunca se me ocurriría dejarlos todos juntos.

   9. Se creen muy listos porque leen cosas por Internet y lo ven en la tele, así que hacen como los profesionales del dinero pero sin saber. Es como cuando le quise dar una sorpresa a mi madre y la hice la comida,  jo que bronca me cayó cuando vinieron los bomberos. De verdad que pensé que sabía cocinar, lo había visto muchas veces y en la cocinita de mi hermana se me daba muy bien.

  10. Y por último están los aburridos, los que no hacen nada, los que tienen su dinero debajo de un colchón. Eso es como tener muchas golosinas y ver como con el tiempo se van quedando duras y nadie las quiere

No hay quien entienda a los mayores, se vuelven muy raros, muy avariciosos y a la vez ingenuos, la mayoría en mi cole no durarían ni un día, se quedarían sin la merienda.

Así que la próxima vez que veas a tu jefe en la oficina, no le des un café. Dale mejor un cola cao y un abrazo muy muy fuerte.

Autor Carlos Lopez

Fuente Comunidad de Pensamiento Imaginactivo 

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