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En el mundo de los negocios, las empresas familiares tienen un lugar privilegiado. Pongamos como ejemplo un país de primer mundo como lo es Australia. En aquel país de amplio desarrollo del total de las empresas el 70% son familiares. De 5.4 millones de personas que forman la fuerza laboral de Australia, 2.8 trabajan en una empresa familiar. Sin embargo, el elemento que las hace ser tan especiales es su índole familiar ya que aporta problemáticas adicionales.

Tomemos de nuevo a Australia como ejemplo: El 60% de las empresas familiares en Australia no ha elegido sucesor. Y sólo el 4% de las empresas familiares australianas sobreviven a la cuarta generación. Dichas empresas siempre han sido un fuerte motor de riqueza para la economía de cualquier país.

Por eso, en el presente artículo explicaremos once mitos que debemos analizar para no engañarnos cuando estudiamos o ingresamos a empresas de índole familiar.

1. “Ahora que estamos trabajando juntos, nos llevaremos mejor”.

Pensamos que el negocio familiar puede darnos la oportunidad de unir a la familia en una pasión compartida. Nos puede servir como una nueva vía de acceso para la comunicación familiar, una nueva razón para confiar en nuestros parientes. Sin embargo, no siempre las cosas no son de color de rosa, el negocio puede llegar a ser un lugar donde las pasiones se contagien de conflictos y enojos. Un lugar donde la comunicación encuentre su estancamiento y la confianza entre los familiares se desvanezca.

2. “La empresa familiar es una oportunidad para emplear a toda la familia.”

No hay que ser ingenuos, las empresas familiares no hacen milagros. Una relación familiar que desde antes ha sido compleja, difícil y creadora de problemas no puede mejorar por participar en el negocio familiar. De hecho, la empresa familiar puede convertir una buena relación en una mala y una mala relación en una pésima.

3. “Se pueden mantener separados los asuntos de la empresa en la empresa y los asuntos de la familia en la familia.”

En una empresa familiar existen varias personas que intervienen y complican la toma de decisiones. Están los miembros no familiares del negocio, miembros familiares del negocio y los familiares que opinan del negocio sin tener ingerencia directa en él. Con tantos intereses revueltos, es imposible separar a la familia del negocio.

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4. “No me importa lo que otros miembros de la familia piensen”.

Esto es así porque muchas veces las necesidades del negocio no se identifican con lo que cada uno de los miembros de la familia quieren para sí mismos. Además, es muy difícil que cada uno de los miembros de la familia reciba una compensación justa y equitativa. Siempre están sujetos a comparaciones e inconformidades.

5. “La empresa familiar siempre es un lugar con un ambiente cálido amigable y seguro.”

En un negocio familiar lo primero que hay que hacer es enfrentar nuestra vida familiar ya que esta se proyectará en el negocio. Si uno es feliz en la familia entonces podrá ser feliz en el negocio. Si uno no es reconocido en la familia, difícilmente se le reconocerá en el negocio. Si sientes arrepentimiento por trabajar en el negocio, entonces cometiste el error de trabajar ahí.

6. “No debes de decir te quiero mucho en el trabajo.”

Si la relación familiar fuera del negocio es mala, hay que tener cuidado, pues dentro del negocio será nefasta. Los padres deben ser conscientes que no siempre son los mentores indicados para sus hijos en su formación profesional. Si los padres no pueden hacer notar los errores que cometen los hijos dentro del negocio, si no les pueden reconocer sus aciertos, si no les pueden decir te quiero, entonces no es conveniente que los contraten.

7. “No te quedes con nada, yo acepto la crítica.”

Unirse al negocio familiar es como casarse: no resuelve nada. Los negocios familiares están llenos de sentimientos encontrados, llenos de falso sentimentalismo generador de rencores, de leyes implícitas que deterioran la convivencia personal y profesional, por ejemplo:

a) “Di lo que quieras siempre y cuando sea lo que quiero oír.

b) “Di lo que quieras pero piensa lo que dices.”

c) “Cuando te separes de tu esposa te separarás del negocio.”

d) “Nadie cobra antes que el jefe.”

8. “No me importa lo que le pase a la empresa sólo quiero que mis hijos sean felices.”

Se deben considerar tanto las capacidades de los miembros de la familia y las prioridades del negocio. No todos los miembros de la familia tienen las mismas capacidades. Es importante que en el negocio familiar se tenga la suficiente sangre fría para elegir qué miembros de la familia han de colaborar en la empresa. Por ejemplo, el padre debe de tomar en cuenta para contratar a sus hijos:

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a) Si tienen la capacidad para el puesto

b) Si los hijos quieren participar en el negocio.

c) ¿Se contrataría si no fuera pariente?

d) Si fuera despedido, ¿la relación permanecería intacta?

9. “Me retiraré en unos meses.”

Para cuestiones de la sucesión hay que hacer ver a los hijos que el negocio no es ni un premio ni tampoco una mina de oro. Pensar que el negocio es una recompensa genera un ambiente hostil de absurda competencia. Los hijos se impacientan porque quieren resultados fáciles y ganancias abundantes, para ellos la paciencia es una característica indispensable. Las ganancias son primero para los padres, luego ya habrá ganancias para los hijos. Cuando algún miembro de la familia ambiciona quedarse con el negocio, es el momento perfecto para mandar su currículo a otra empresa y dejar atrás al negocio familiar.

10. “Tengo que trabajar aquí, no tengo otra alternativa.”

Quien piense en trabajar en una empresa familiar debe de desechar las siguientes razones:

a) Porque quiero reiniciar mi relación con mis familiares.

b) Es que mis padres me necesitan.

c) Mis padres me han dado tanto que les debo, al menos, trabajar con ellos.

Quien piense en trabajar en una empresa familiar debe de buscar algunas razones como las siguientes:

a) ¡Me encanta el negocio!

b) ¡Quiero ser parte de él!

11. “¿Lo quieres por escrito? Entonces no me quieres.”

Llegar a un acuerdo con algún familiar y no ponerlo por escrito es acordar en que en un futuro habrá desacuerdos. En los negocios familiares hay que poner de relieve constantemente que no se debe hablar de problemas familiares.

Finalmente, quien cree que al participar de un negocio familiar obtendrá un trato especial, convivencia armoniosa, acuerdos por escrito y menor presión, está un error. Sería mejor mandar el currículo a otra empresa.

Autor: http://www.ipade.mx/

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Comentarios (0)

  1. guada dice:

    me fui útil el articulo

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