Existe el sistema ’empresa’ que busca la eficiencia y rentabilidad de la empresa por encima de todo, y el sistema ‘familia’, que busca el equilibrio y armonía de la familia

Todos conocemos que el objetivo de cualquier Empresa Familiar es lograr su continuidad por encima de otros objetivos empresariales. La dificultad para obtener este objetivo, surge de la convivencia en la empresa familiar de dos sistemas. El sistema ’empresa’ que busca la eficiencia y rentabilidad de la empresa por encima de todo, y el sistema ‘familia’, que busca el equilibrio y armonía de la familia. Ambos, empresa y familia, son dos sistemas que conviven en una empresa familiar, como vemos, con sus propios objetivos que en numerosas ocasiones son contrapuestos. Lo importante para cumplir ese objetivo, la continuidad de la empresa familiar, es el acuerdo entre los miembros de la familia sobre la orientación de la empresa familiar, es decir, en la importancia que le damos a la eficiencia o rentabilidad empresarial frente a la búsqueda del equilibrio y armonía familiar. No existe una respuesta correcta, o mejor, todas son correctas. Si queremos que la empresa familiar perdure en el tiempo y continúe más allá de la tercera o cuarta generación, debemos lograr ese acuerdo en los distintos momentos de su evolución.

Esta descripción se plasma en la realidad de la vida de la empresa familiar en la orientación que debemos de dar a la resolución de distintas decisiones que hay que llevar a cabo. Hoy vamos a tratar una de ellas: la Política de Dividendos.

La pregunta que se debe hacer cualquier directivo de una empresa sea familiar o no, es qué desean sus accionistas en relación con la decisión del reparto de los beneficios obtenidos por la empresa, es decir, con la denominada ‘política de dividendos’. Ésta decisión consiste en determinar que cantidad de los beneficios obtenidos dedicamos a dividendos (cantidad repartida a los socios) y qué cantidad dedicamos a reservas (cantidad que la empresa retiene para financiar sus inversiones). Así, si desean dividendos debemos de incrementar su cuantía, y si desean reservas lo contrario. Tendremos a los accionistas contentos y el valor que le dan a su participación aumentará.

¿Qué sucede en una empresa familiar?. En una empresa familiar pueden existir distintas figuras o grupos de interés, cada uno de ellos con objetivos en algunos casos contrapuestos en relación con la decisión que estamos comentando. Para describir estos grupos podemos echar mano del ‘esquema de los tres círculos’ de Davis y Tagiuri (1991), en el que se entremezclan las tres dimensiones que componen una empresa familiar: propiedad, familia y empresa. Así existen siete grupos distintos.

El primero está formado por los miembros de la empresa familiar que ‘sólo son propietarios’, es decir, aquellos miembros de la empresa familiar que no son familia de los propietarios de la empresa ni trabajan en ella, pero sí tienen parte de la propiedad de la empresa.

En segundo lugar, los ‘sólo familiares’, aquellos familiares que no tienen propiedad, ni trabajan en la empresa.

En tercer lugar, los que sólo trabajan en la empresa (directivos no familiares), no tienen participación en la propiedad, ni son miembros de la familia.

El grupo cuarto está formado por los miembros de la empresa familiar que son propietarios y familiares, pero no trabajan en la empresa.

El quinto grupo lo forman aquellos miembros de la empresa familiar que son propietarios, trabajan en la empresa, pero no son familiares.

El sexto son los miembros de la familia que trabajan en la empresa, pero no tienen propiedad en la misma.

El séptimo está formado por aquellos miembros que reúnen los tres requisitos: son propietarios, son miembros de la familia y trabajan en la empresa.

¿Qué desean cada uno de estos grupos en relación con la política de dividendos de la empresa familiar?, Analicemos los deseos de cada uno de ellos.

El grupo primero, ‘sólo propietarios’, tienen escasos o nulos vínculos afectivos de tipo familiar, con la familia propietaria. Su participación en la empresa está justificada sólo por la rentabilidad, si no pueden vender sus acciones (este es el caso de la gran mayoría de las empresas familiares) deseará dividendos, más que reservas.

 El segundo grupo, el de ‘sólo familiares’, desean más el dinero recibido hoy por los familiares con los que tienen vínculos (dividendos), que un mayor valor de la empresa (reservas).

 El tercero es el de los ‘directivos no familiares’. Este grupo desea reservas, cuantos más dividendos se repartan menos fondos tendrán para financiar las inversiones de la empresa familiar y menor crecimiento tendrá la empresa.

 El cuarto grupo, es el de los ‘familiares propietarios que no trabajan en la empresa’, deseará dividendos, ya que preferirá el dinero para su disfrute hoy, más que la esperanza de un mayor valor de la empresa.

El grupo cinco, los ‘propietarios no familiares que trabajan en la empresa’, viven de la empresa y para la empresa cada día, sus problemas se centrarán en la búsqueda de fondos para el crecimiento y por ello, desearán más reservas.

 El sexto y séptimo grupos son respectivamente, los ‘familiares no propietarios que trabajan en la empresa’, y los ‘familiares propietarios que trabajan en la empresa’, ambos están en el mismo caso que el anterior, y por ello, desearán antes reservas que dividendos.

Hemos realizado un recorrido por los objetivos de los distintos grupos de interés que componen una empresa familiar y vemos que en la medida que trabajan en la empresa desearán más reservas para financiar el crecimiento de la empresa que dividendos, y si no trabajan en la empresa familiar desearán más dividendos para poder gozar hoy de los beneficios de la empresa.

¿Cuál es la mejor solución entre dividendos y reservas para lograr la continuidad de la empresa familiar?. La mejor solución es el acuerdo entre los distintos grupos que coexisten en una empresa familiar.

Fuente: http://www.laverdad.es/murcia/v/20101013/opinion/reparto-beneficios-empresa-familiar-20101013.html

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