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En la actualidad nuestro país se encuentra inmerso en un importante proceso de cambio en la gestión empresarial, a través del cual preservando todo y lo mucho positivamente alcanzado durante los años de Revolución, sea posible lograr un mejoramiento continuo de dicha actividad. En tal sentido, bien valdría la pena iniciar nuestros comentarios citando la célebre frase de nuestro Maestro José Martí “…lo único que es constante en la vida es el cambio”. Esto es dialéctico.

Del mismo modo, sería oportuno recordar lo expresado por Niccolo Machiavelli en el año 1513 “…Hay que considerar que no hay nada más difícil de llevar a cabo, de más dudoso éxito y más peligroso de manejar, que iniciar un nuevo orden de cosas. El reformista tiene enemigos en todos los que se benefician con el viejo orden, y sólo cuenta con tibios defensores en todas los que se beneficiarían con el nuevo orden, resultante esta tibieza de la falta de credulidad de la humanidad, que no cree verdaderamente en algo nuevo hasta tanto haya tenido experiencia actual de ello.”

Algunos quisieran ver los resultados con rapidez, y hasta con exageración, diría yo, olvidando o desconociendo que los cambios rápidos son generalmente poco duraderos.

A diferencia de esta forma de pensar, los cambios van teniendo lugar de una manera gradual, sabia, pensada y razonada, progresiva, con un carácter participativo y consciente de la población, cuya evolución y resultados se aprecian más lentamente pero que finalmente le darán una gran ventaja, serán más duraderos.

Como todo cambio, generará actitudes y comportamientos en las personas, como consecuencia de lo cual surgirán OPOSITORES, TRADICIONALISTAS, OPORTUNISTAS, ESPECTADORES, NEUTRALES, categorías que no vamos a describir pero que siempre estarán presentes – y es necesario saberlo- no para apoyar a unos y rechazar a otros, sino para poder realizar una mejor gestión del cambio que nos lleve finalmente a lograr los objetivos propuestos.

La gestión más apropiada del cambio requerirá de una Revolución en el pensamiento, y esto solo se logrará con: EDUCACIÓN, CAPACITACIÓN, ENTRENAMIENTO, PARTICIPACIÓN, DEDICACIÓN; en fin, con la creación de una cultura, vista ésta de manera sintética en el conjunto de ideas, actitudes, sentimientos, conocimientos, tradiciones, que conforman la ideología y la actuación de la empresa.

Pero no podemos olvidar que si bien la educación lleva a la conciencia la necesidad para el cambio y proporciona el medio a partir del cual éste puede llevarse a cabo, ésta tiene que ser entendida y aplicada como un proceso sistemático y sistémico divorciado de todo formalismo.

CAMBIO Y COMPETITIVIDAD

La competitividad es hoy una de las características sobresalientes dentro del mercado empresarial del mundo entero, por lo cual los métodos de administración no deben estar divorciados ni obviar los estilos y las técnicas de dirección que nos ayudan a ser más competitivos. Es importante tener suficiente visión para vislumbrar los escenarios posibles, los cuales son altamente cambiantes, de manera tal que nuestra organización pueda adaptarse, ajustarse y responder de una forma rápida a esos cambios, sin olvidar los preceptos asociados al cambio a los cuales ya hemos hecho referencia anteriormente.

El tema de la competitividad continuará siendo en los años venideros la piedra angular para la supervivencia de las empresas. Las organizaciones no competitivas no tienen futuro y no pueden continuar en el mercado más allá de los próximos 2 a 3 años. Esto significa que se está produciendo una selección natural en la cual sólo los más preparados podrán subsistir.

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La competitividad creciente motiva que los cambios sean constantes y se suceden cada vez con más velocidad. El ejecutivo de hoy no puede esperar la estabilidad de hace 20 años, tiene que vivir forzosamente en el cambio. Las decisiones que se toman hoy pueden no servir mañana, y en este contexto la resistencia de las personas al cambio es el gran enemigo de la empresa, que se ve obligada a realizar los que sean necesarios para ajustarse a las nuevas condiciones, ser competitiva y sobrevivir, sin más garantía de que en el futuro surgirán más cambios para resolver las nuevas situaciones de competitividad que se presenten.

El tema de la resistencia a cambiar es la gran fuerza negativa que se opone al progreso y hace peligrar el futuro. En síntesis: Competitividad, Cambios continuos, Resistencia al cambio, son los tres elementos que ponen en peligro la vida de las Empresas, y que todo el personal de dirección debe conocer, dominar y trabajar prestando una atención primordial con la finalidad de gestionarlos oportuna y adecuadamente.

Pero estos temas no son solamente para la dirección, pues son temas de conciencia de grupo que deben ser enfrentados por toda la masa trabajadora. El objetivo, hoy, es mejorar y ser más competitivos; mañana, ser una Empresa de Excelencia, por lo que todos debemos unificar nuestros esfuerzos para ello.

El cambio, en estas condiciones, podrá llegar a ser tan profundo que sobrepasará los límites de una simple cuestión técnica. Tocará no solamente lo que nuestros directivos hacen sino lo que ellos son. No sólo su sentido de la tarea y cómo abordarla, sino su sentido de sí mismos. No sólo su manera de ver el mundo sino su manera de vivir en el mundo.

Por esto, la dirección tiene la obligación de proporcionar elementos, herramientas, información, mediante acciones formativas, para que todo trabajador pueda entender la situación y colaborar para lograr un objetivo común: el futuro. Los directivos tienen que convertirse en líderes educadores, entrenadores, capacitadores de sus colaboradores.

Hoy, muchos líderes y directivos piensan que los negocios se hacen con números (como el “balance general”), o fuerzas (como “las fuerzas del mercado”), o incluso de carne y hueso (“nuestro personal”). Pero eso visto fríamente, de manera aislada y sin la necesaria integración que requiere, pudiera convertirse en una equivocación. En primer lugar, y en general, los negocios se hacen de ideas; ideas, expresadas en palabras y acciones. Como expresara Fidel en ocasión de un discurso pronunciado en el aula Magna de la Universidad Central de Venezuela el día 3 de Febrero de 1999 “Una revolución sólo puede ser hija de la cultura de las ideas”.

EL CAMBIO Y LOS RECURSOS HUMANOS

El mundo empresarial de hoy reconoce que el éxito de una Empresa depende de la forma en que se traten sus recursos humanos, de cómo se trata la resistencia al cambio y de la forma de motivar e integrar al personal en un proyecto que ilusione. La dirección debe crear ilusión, dar confianza y motivar, crear ideas y ponerlas en práctica.

Los protagonistas del cambio son las propias organizaciones y éstas están formadas por personas, así que el secreto radica en el adecuado tratamiento de los recursos humanos.

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En la actualidad siempre serán necesarios nuevos diseños organizacionales, una nueva filosofía, otra forma de dirigir las organizaciones o de configurarlas, que permita y facilite integrar a las personas en una dinámica de cambio como la forma de ser competitivos y subsistir. Las personas no son, ni pueden ser, sujeto pasivo del cambio; son el propio instrumento de cambio y según sus actividades, comportamientos, hábitos, costumbres, creencias, intereses y emociones serán capaces de orientar más o menos la Empresa hacia el éxito.

Los valores cambian con el reconocimiento de la persona. Sólo el individuo es capaz de dominar la tecnología existente y de crear nuevas técnicas y, además, de generar las ideas que podrían revolucionar su Empresa.

La persona es capaz de concebir ideas, aportar mejoras, sugerir cambios actuando en equipo. Así, la idea de grupos de mejora, comités de calidad y círculos de calidad va calando en las organizaciones, que, realizando un giro de 180 respecto al comienzo del siglo, cifran ahora su éxito en los aportes y la colaboración de los trabajadores.

Las personas pueden planificar, organizar, cooperar, influyendo sobre su entorno y sobre su futuro. El primer interesado en que la Empresa continúe adelante es el trabajador, quien ha dejado de ser sujeto pasivo, que espera a “ver qué pasa”, para transformarse en sujeto activo que discute, promueve mejoras, busca el ahorro de tiempo, de costos y la mejora de la calidad como camino de la supervivencia y del desarrollo.

EL CAMBIO Y LOS CLIENTES

Pero en todo este cambio de valores está implícito un cambio cultural, un desarrollo de la mentalidad, un nuevo aprendizaje y entrenamiento para la coordinación, cooperación, trabajos en equipo, cambio de actitudes, motivaciones o percepciones.

El factor humano hoy es la clave, y el cliente es la clave del negocio. Cliente es aquel que repite, es fiel, recomienda a los conocidos por la satisfacción del producto y del trato recibido.

Pero existe otro concepto de cliente: el cliente interno, es decir, aquella persona a quien le entregamos nuestro trabajo y que “compra” de alguna manera los elementos o servicios que le ofrecemos. Pero ¿qué elementos compra, en qué condiciones, en qué estado?, ¿cómo es tratado, cómo son entendidas sus expectativas y necesidades?.

Es injusto que un trabajador o un dirigente cargue con la triste y poco motivadora tarea de arreglar cosas mal hechas por otros; es injusto que dedique su tiempo (su vida) a revisar, buscando y solucionando errores que él no ha cometido que son responsabilidad de su “vendedor interno”. Debe considerarse que cada persona compra / transforma / vende, y así se establece la cadena vendedor – cliente dentro de la Empresa.

Se crea un nuevo concepto de propiedad: “yo comprador no quiero aceptar trabajo mal hecho por otros”, “tengo derecho a ello”. “Mi trabajo es mi propia Empresa y no puedo permitirme el lujo de desperdiciar el tiempo en revisar, controlar o arreglar lo que otro compañero me entrega”. (¡Cada cual no puede permitirse a sí mismo hacer algo que no esté bien!).

Pero para que todas las personas en la Empresa se integren a estas ideas, es necesaria una formación amplia, a todos los niveles, por la que todo trabajador o dirigente conozca e interprete el papel que le corresponde a la perfección, de la forma apropiada para lograr el éxito.

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Nuevas funciones, nuevas actitudes, nuevos valores, son un cambio de cultura en la Empresa que nos llevará hacia los próximos años. Quien no comprenda y quien no ponga en práctica estas ideas no tiene futuro. El éxito radica, repito, en la nueva gestión de los recursos humanos, en la nueva formación que prepare a las personas para el “saber ser” tanto como para el “saber hacer”, único método para implicarlas a todas en la ilusión de este Proyecto Común del cual todos saldremos beneficiados, incluyendo por supuesto, a los clientes, integrados en un nuevo modelo de gestión gracias al que todos ganemos.

Como parte importante de este proceso de cambio en la gestión empresarial está la necesaria introducción e incorporación de los nuevos conceptos de calidad, el diseño y aplicación de la gestión de la calidad a través de las Normas ISO 9000, el empleo de Modelos de autoevaluación para conocer las deficiencias de nuestra gestión con carácter de sistema, vía eficaz para proyectar un plan de mejoramiento continuo de la actividad empresarial. Este será el objetivo fundamental de nuestro próximo trabajo, así como los principales resultados logrados en algunas empresas.

Prof. Dr. Ing. Arturo Luis Romero – sandorarrobaica.co.cu

Ingeniero Civil. Ingeniero Hidráulico. Doctor en Ciencias Técnicas. Profesor Titular. Investigador Titular. Máster en Cálculo Estructural de Obras de Ingeniería. Homologación Europea en Project Management. Diplomado en Dirección de Empresas, Marketing y Negociaciones. Máster en Dirección Integrada de Proyectos. Diplomado en Estrategias de Negocios y Comunicación. Diplomado en Gestión de Riesgos, Gestión de la Calidad y Ambiental. UCT Escambray, La Habana

.Lic. Sandor Luis Miranda – sandorarrobaica.co.cu Licenciado en Contabilidad y Finanzas. Diplomado en Gestión Empresarial. Máster en Gestión Empresarial. Departamento de Ciencia e Innovación Tecnológica. Instituto de Ciencia Animal. La Habana. Cuba.MSc. Ing. Maritza Miranda Bravo – maritza13031arrobahab.jovenclub.cuIngeniera Hidráulica. Máster en Nuevas Tecnologías de la Educación. Joven Club de Computación y Electrónica Güines 3. Güines. La Habana. Cuba.

 

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Comentarios (0)

  1. Gretel dopico dice:

    MAGNIFICO TRABAJO TRATARE DE CONTACTAR CON EL AUTOR

  2. Wilber dice:

    Desde hace varios años vengo estudiando las publicaciones y compartiendo diversos puntos de vista con Arturo, como le gusta que lo llamen al autor de este magnifico trabajo, y resulta increíble su capacidad de síntesis en temas tan complejos. vale la pena seguir sus aportes y análisis.

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