Hace un par de semanas estaba reunido con un director comercial en su oficina, el cual conozco hace años, que me había llamado para comenzar un proceso de coaching ejecutivo con un gerente comercial, el cual mostraba un bajo rendimiento los últimos meses y al tratarse de un miembro importante dentro de la empresa querían recuperarle.

Así que cuando comenzamos a hablar de los objetvos para el proceso, éste director me hizo hincapié en resultados muy concretos de venta para la persona que iba a recibir coaching ejecutivo, inciso que me lo recalcó varias veces, además de cifras y metas para su equipo.

Una vez que terminó su exposición, le pregunté que opinaba acerca de tratar temas personales. Me respondió que no le interesaba abordar ésos temas porque se trataba de un proceso vinculado al trabajo y los problemas personales debe dejarlos fuera de la oficina, de modo que cuando entre a ésta se centre puro y exclusivamente en las ventas.

Acto seguido le propuse que reflexionara sobre la siguiente metáfora “si quieres que un árbol te de 1.000 manzanas deberás tener una buena siembra, además de tener todas las raíces sanas y fuertes, porque si éstas están contaminadas, dañadas y muy poco cuidadas, la producción seguramente no alcanzarán el millar deseado sino que se quedarán en no más de 100″.

Cuando terminé la metáfora, le vi con cara de haber comprendido a donde quería llevarle; le pregunté en que pensaba y me contestó “creo que será necesario abordar sus temas personales, profesionales, ejecutivos y de liderazgo”, acto seguido le dí la enhorabuena por haberse dado cuenta de lo vital que es llegar al núcleo, que una persona es un todo!.

Con esto quiero remarcar que cuando buscamos cambiar una situación, lograr nuevos objetivos, cambiar paradigmas, ir más allá, provocar una transformación, será necesario llegar al centro, a la escencia, al núcleo de la persona, porque está claro que cuando comenzamos un proceso de coaching ejecutivo, se empieza por el tema laboral pero si existen obstáculos que no permiten alcanzar los objetivos, seguramente habrá algo de fondo que limite llegar más allá, y eso está oculto en la fase personal.

También le hice comprender a éste fantástico Director Comercial, que sí este gerente aprende a gestionar emociones, problemas, superar temas personales, podrá rendir a un 100% y eso se traduce, a una eficiente gestión del equipo, más ventas, más compromiso y mejor clima de trabajo.

Porque sino logra resolver su faceta personal, la empresa tendrá en su plantilla a alguien desmotivado, con problemas de liderazgo, generará mal ambiente de trabajo, rendirá muy por debajo de su potencial y todo esto se traducirá en resultados no deseados para la empresa, porque la clave es tener personas que se sientan valoradas, importantes, en condiciones que se sientan a gusto; así podrá entregar el potencial máximo al servicio de la empresa.

Por eso cada día estoy más convencido que si en la mayoría de las empresas se empezara a ver primero la persona, y luego al empleado, lograríamos mayor compromiso, más responsabilidad, mejores resultados y espectaculares ambientes de trabajo, en caso contrario se cosecha lo que vivimos hoy en día, falta de motivación, de creatividad, de compromiso..

Autor Germán Antelo Solozábal

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