Un vicio muy común en las corporaciones colombianas, sobre todo de las pymes, es planear y no ejecutar. Algo así como la gestión de la vaca, que llena el estómago, se echa y se dedica a rumiar. “De nada sirve planear y organizar”, afirma Jaime Suárez Tovar, experto en la elaboración de mapas conceptuales para las empresas y consultor del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
No son pocas las compañías que construyen excelentes planes de trabajo y se fijan metas que entusiasman a los directivos. Es más: cada seis meses o cada año contratan otro consultor que propone lo mismo, quizás con algunas variantes. Pero el negocio no despega y al hacer el balance, el gerente dice “estamos como hace cinco años”.
Lo cierto es que no hay necesidad de hacer estudios de fondo para saber qué pasó. Simplemente la gestión es la misma de la vaca: rumiar y esperar que el dueño o el agregado la levante para llevarla al corral.
Los expertos, entre ellos Ram Charan, gurú en el tema de la ejecución, señalan que las buenas intenciones mueren miserablemente en la ausencia de gestión. Las metas se incumplen, se asignan responsabilidades al azar, los perfiles del equipo de trabajo son inapropiados, se decide por el “yo creo” y no por estudios de factibilidad, la información no se comparte con el conjunto de empleados y generalmente todo se reduce al deseo.
Pero las intenciones y los deseos no son suficientes en el complejo mundo de los negocios globalizados. Y más aún en una época de turbulencia económica como la que vivimos actualmente, donde el más mínimo error hace la diferencia entre sobrevivir y fracasar.
Una empresa, cualquiera que sea su actividad y tamaño, debería empezar todo proceso por la definición del perfil de su capital humano. Las pymes- dice Suárez Tovar, son débiles en escoger los equipos de trabajo. En la mayoría de los casos hay ausencia de la selección por competencias y los cargos, por delicados y decisivos que sean, se surten por recomendaciones de familiares y amigos.
Es más: “Tener títulos de sobra y haber viajado mucho, tampoco es garantía de que el elegido sea el indicado”, subraya Suárez. Ello es importante y es necesario que los empleados se capaciten y se actualicen permanentemente, pero lo primero que hay que hacer es definir el foco del negocio y establecer el perfil de cada uno de los miembros del equipo.
Para una buena gestión también es necesario tener claro los principios y los valores de la organización, afirma el presidente del Instituto Latinoamericano de Liderazgo, Jorge Yarce Maya. Estos, que son un atributo de las empresas, se pueden comparar como los mapas de navegación que utilizan los pilotos para no desviarse de su destino.
Si una empresa tiene clara su filosofía, si los equipos de trabajo se conforman teniendo en cuenta los perfiles y si ejecutar es el fundamento de la gestión, el éxito estará asegurado en un alto porcentaje.
Las empresas deben tener claro que su columna vertebral es capital humano y por tanto no se deben equivocar en su selección. “Si se equivocan –dice Charam- pueden ayudar a canalizar ese talento, pero si no da la opción es prescindir de sus servicios”.
Fuente http://latinpymes.com/site/2011/01/planear-para-rumiar/
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