Ocho de cada diez empresas familiares que son heredadas a los hijos de sus fundadores fracasan, mientras que nueve de cada diez desaparecen en una tercera generación, revela un estudio de la consultoría internacional Price Water House Coopers.

Juan Manuel Ferrón, socio líder en Asesoría de Negocios de la firma señala que son tres los elementos que llevan a las empresas familiares al fracaso: la falta de competitividad al no crecer ni saber enfrentar las nuevas tecnologías; la disociación del capital, es decir, el fraccionamiento de la unidad económica; y los problemas entre los accionistas.

A decir del consultor la falta de competitividad proviene de un problema estructural en el control en los órganos de gobierno de la empresa familiar, lo que lleva a que no se le brinde la atención adecuada.

La empresa familiar puede ser muy competitiva siempre y cuando el dueño esté apegado al negocio y en caso de heredarlo a los hijos, los capacite adecuadamente, pues en caso contrario la tendencia es que fenezcan, recalcó Juan Manuel Ferrón.

De no tomarse las previsiones necesarias, en el próximo lustro al menos 30 mil empresas en el país podrían estar en situación de desaparecer.

En conferencia de prensa con la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex), el experto señaló que para “contrarrestar este problema, se debe convencer a algunos funcionarios del nuevo gobierno de que la solución no radica en otorgar más financiamiento a estas empresas o abrirles puertas a opciones de comercialización extranjera, sino generar una cultura verdaderamente empresarial y más profesional en las empresas familiares”.

El cierre de estas empresas genera fuertes repercusiones en la economía como la pérdida de empleos, la disolución del capital, de la inversión y el estancamiento en los pagos de impuestos y en las opciones de crecimiento.

Esto marca un signo de alerta, dado que la mayor parte de las medianas empresas en México son empresas familiares.

El ponente explicó que este modelo de negocios tiene la ventaja de que cuando el dueño está pegado al negocio, existe el interés de que cada proceso se desarrolle en lo positivo, por lo que es un éxito.

Por el contrario si el primer dueño avanza en la edad y decide retirarse del negocio y no incorpora adecuadamente a los hijos se pierde la competitividad en la micro, pequeña o mediana empresa.

Autor Gerardo Rojas González
http://e-consulta.com/portal/index.php?option=com_k2&view=item&id=1270:al-fracaso-8-de-cada-10-empresas-heredadas-de-padres-a-hijos&Itemid=332

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