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La rigidez puede describirse como el sostenimiento de la actitud: “Mi camino o la autopista”. También, puede disfrazarse bajo frases tales como: “así son las cosas…”; “esas son las reglas…” o “eso nunca funcionará”. ¿Este tipo de frases salió alguna vez de su boca? Cuidado! Estas declaraciones son indicios de cierta “parálisis mental”…

La rigidez puede ser encubierta en una variedad de maneras que parecen atractivas, al menos superficialmente. Usted puede valorar el hecho de ser un perfeccionista, una persona que se “hace cargo” y enorgullecerse de sus logros. Pero una actitud inflexible, rígida, puede interponerse para alcanzar logros aún mayores y una esfera más grande de influencia.

Quizás se enorgullezca de ser cauto; no le gusta saltar antes de estudiar todo cuidadosamente. Está bien, excepto cuando su cautela se convierte en una aversión hacia tomar cualquier tipo de riesgo… Quizás crea conocer la mejor manera de ir del punto A al B, de hacer una pizza, o de resolver los problemas de residuos en su comunidad. Todos lo quieren en sus reuniones, excepto cuando comienza con sus “la mejor manera de…” que suele coincidir con la única que sabe, para hacer algo en particular. Además, no está deseoso de aprender una nueva.

Una de las cosas que podemos decir con certeza, es que todo cambia. Es tarea de cada uno de nosotros, lograr el equilibrio de saber defender lo que ya sabemos sin transformarlo en rigidez, la cual nos impide aprender cosas nuevas.

Recuerdo cuando, a mediados de los ’80, IBM y Apple eran más que rivales, podía decirse casi enemigos. Luego, hacia el final de los ’90, empezaron a ver el valor de la colaboración. Al menos, al punto de poder trabajar en proyectos conjuntos… Hoy, más y más compañías comprenden el valor de eliminar secciones que compiten entre sí y crear equipos que colaboren. A medida que dichas compañías pasan de una estructura jerárquica, a una basada en equipos, se escucha el mismo lamento una y otra vez: “Algunas personas parecen no querer cambiar. Están demasiado centradas en sus estilos de “comando y control”, lo llevan en sus venas…”

Si usted sospecha poseer una capa de rigidez en su personalidad, que le impide ser flexible cuando esa flexibilidad sería un recurso, he aquí algunas sugerencias: Sobre todo, concéntrese en escuchar aquello que los demás tienen para decir. No escuche pasivamente, es decir, únicamente las palabras. Aprenda lo que se denomina como “escucha activa”, donde usted hace mucho más que prestar atención. Las personas que escuchan activamente, suspenden sus juicios sobre aquello que están oyendo. Además, escuchar de manera activa significa comprender tan claramente, que puede repetir -con sus propias palabras- lo que la otra persona dijo.

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Escuchar sin juzgar funciona. Usted NO LO HACE cuando pequeños pensamientos del tipo “es una locura…” o “no sabe de lo que está hablando…” afloran en su cabeza mientras escucha. Si pudiese lograr la habilidad de escuchar primero y, recién entonces, decidir cómo se siente sobre lo que escuchó, mucha más información y nuevas perspectivas ingresarían en su cerebro. Haga de cuenta que el rígido guardián de la puerta se tomó un descanso…

Otra manera de combatir su rigidez, es admitir el error cuando comete uno. ¡Esto es tan fácil de decir y tan difícil de hacer! Empiece admitiéndolo ante usted mismo. “…Diablos!, me equivoqué!” Ese es el primer paso. Algunas personas muy rígidas ni siquiera pueden hacerlo. El próximo paso, es decírselo a alguien afectado por ese error. “…Lo lamento, pero me parece que me equivoqué”.

Y algo más: Muchas veces, el proceso es tan importante como la meta. La manera en que usted llega a un resultado (en un proyecto de trabajo, en una reunión comunitaria, o en su familia) afecta a todos los involucrados. Y el proceso, tiene un impacto directo en el éxito de la próxima tarea. Recuerde que su habilidad para ser flexible, dejar de lado rígidas creencias y permitir los desacuerdos son, todas ellas, expresiones de su madurez.

Fuente Club de la Efectividad

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Comentarios (0)

  1. KATIANY MARTÍNEZ JUÁREZ dice:

    Es verdad lo que menciona en su artículo. Esto suele pasar en los diferentes trabajos supongo yo. Por ejemplo, en las oficinas de gobierno llamese municipal, estatal o federal se da mucho. El no reconocer cuando nos equivocamos, siempre suelen buscar excusas, para no admitir nuestro error.
    Yo me pregunto y pregunto a usted…..

    Cómo hacer cambiar a los directivos que están a cargo de las diferentes dependencias de gobierno; sobre todo las q tienen que trabajar en equipo?

    Hace falta cultura en cada una de las personas que trabajamos en éste sector.

    Eso considero, creen conocer de normatividad, sin actualizarce y dicen: Yo conozco de normatividad y no me equivoco. Lo que digo es verdad…..

    En fin, esto sucede porque no hay humildad en cada uno.

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