David Cantone, especialista en negocios online y vida emprendedora, brinda un panorama de cómo se puede evitar el síndrome de dilatar las cosas
Uno de los peores problemas de los emprendedores, en especial de aquellos que han decidido especializarse en el emprendimiento online, es la facilidad con la que posponen sus proyectos. “Ahora me es imposible seguir con tal proyecto o lanzar tal otro. Simplemente no tengo tiempo para hacerlo tal y como yo querría” Esta es una frase muy recurrente.
El abandono y su causa
¿Qué suele pasar cuando se pospone un proyecto para que haya más tiempo disponible para dedicarle? Por lo general, lo que pasa es que simplemente se abandona. Nunca hay tiempo porque ahora hay otro proyecto en mente.
Ahora hay otro proyecto que ha encendido el fuego interno. ¿El problema? Es muy probable que al igual que pasara con el anterior proyecto éste también se acabe abandonándolo. Falta de tiempo, falta de recursos, falta de colaboradores, falta de salud, falta de resultados y un largo etc. ¿Suenan estas razones? Pues bien, todas las razones que puedan impedir seguir adelante con el proyecto no son más que excusas camufladas en razones bien fundadas y creadas por un mismo ente: el miedo.
¿Pero miedo a qué?
El miedo adopta muchas formas distintas pero todas son lo mismo: miedo. No vale la pena tratar de identificar y clasificar al miedo, con eso tan sólo se dificulta la lucha. Simplemente cuando la mente bombardee con excusas (en apariencia bien fundadas) hay que decir en voz alta: “No David (el propio nombre), esto no es más que miedo, voy a seguir hasta que el miedo se aburra de mi compañía”.
Hay que proseguir con la actividad a pesar de la resistencia que produce el miedo, hay que convivir con éste y llegará un momento en el que se podrá emprender sin temer nada. Conviene desafiar a ese miedo irracional que responde únicamente a males hipotéticos e improbables. Es un miedo ancestral que se basa en la vida arriesgada que tenían los seres humanos hace miles de años. El mundo, al menos el de la mayoría, no tiene esos riesgos que puedan poner en peligro la integridad o la propia vida. Hay que entender que ese miedo es irracional y que no debe de frenar el ímpetu por emprender.
¿Cómo dejar de posponer los proyectos?
El miedo termina siendo una línea divisoria entre el éxito y el fracaso.
Autor David Cantone
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