por Gregorio Perez Delgado

LAS EMPRESAS canarias están muy comprimidas y sujetas por el sistema productivo de nuestra región, y a lo largo de nuestra historia siempre han dependido de una única y principal actividad dominante. La falta de materias primas, la dependencia exterior y la lejanía de los principales mercados ha incidido de manera negativa en nuestro entramado empresarial. El empresario canario se ha visto obligado, no solo a realizar un duro trabajo sino también hacerlo de manera inteligente para poder sobrevivir.

Crear una pequeña y mediana empresa (pyme) puede ser comparable a la construcción de una casa. Tiene que tener una buena cimentación y se deben levantar pilares resistentes para poder soportar todos los movimientos, tanto internos como externos, que se puedan producir. La improvisación, la mala calidad y la falta de control puede provocar el derrumbe y la desaparición de la obra, en este caso, de la organización.

La mejor forma de permanecer, de que no se desmorone nuestro trabajo, es reconociendo todos aquellos elementos que influyen en la trayectoria y en la vida de una pyme. Los problemas típicos, los errores más habituales cometidos por los propietarios desde el inicio de la actividad empresarial, se pueden resumir en los siguientes apartados:

a) Plan de viabilidad: nos ayuda a identificar nuevas actividades o fortalecer las ya iniciadas, y permite evaluar las posibilidades de inversión y conocer los aspectos críticos de la producción y comercialización. En definitiva, es un soporte para valorar si una iniciativa económica tiene posibilidades de sostenerse en el tiempo. Pero nuestros emprendedores no cuentan con esta herramienta, y, según datos de la Cámara de Comercio, sólo el 20% de las nuevas empresas tiene un plan de viabilidad técnico, jurídico y económico que garantice su supervivencia en un plazo de al menos tres años.

b) Errores en la estrategia: es una de las consecuencias de no realizar un plan de viabilidad. Desde un primer momento, muchos empresarios suelen tener deficiencias graves en el establecimiento de las estrategias, no plantean planes alternativos, establecen objetivos y expectativas poco realistas, realizan una planificación inadecuada, con una falta de previsión y sin estudios de preinversión. Y si se manifiesta en algún momento de la vida de la empresa, por ejemplo, un crecimiento que no esté planificado, las consecuencias pueden ser letales.

Una estrategia bien definida supone, según los estudios de Booz & Co., fortalecer la ventaja competitiva y aumentar la eficiencia de las empresas. En definitiva, aumentar la rentabilidad empresarial.

c) Recursos financieros: aquí radica uno de los mayores talones de Aquiles de las pymes. Es fundamental contar con un nivel suficiente de fondos propios aportados por los propietarios que hagan innecesaria la solicitud de préstamos bancarios. En la época de esplendor económico era evidente que los bancos, cajas de ahorros o grupos de capital riesgo eran mucho más proclives a facilitar financiación a cualquier empresa, actividad o persona.

Como dijo recientemente Emilio Ontiveros, “la incapacidad para acceder al crédito y renovar deuda es causa principal de la muerte de empresas en la eurozona”. Esta incapacidad se debe principalmente a las restricciones impuestas por las entidades financieras que han aumentado la solicitud de garantías y avales, e incluso el requerimiento de garantías de carácter personal. Y este hecho ha pasado factura a más del 86% de las pymes en el último año.

Un error que suele cometer un emprendedor que procede de las listas del paro a la hora de capitalizar dicha prestación es intentar utilizar la misma para actividades corrientes o de tesorería. Únicamente se pueden destinar para inversiones en inmovilizado material (máquinas, vehículos, locales), en caso contrario se tiene que devolver la misma.

d) Productividad: según el informe sobre la productividad empresarial en Canarias, elaborado por las Cámaras de Comercio, y el informe presentado por el presidente del Consejo Económico y Social, la baja productividad es el principal problema y lastre de la Comunidad Autónoma. “Es la más baja de Europa y al nivel de la isla de La Reunión o del último pueblo de Italia”. Pero el dato más alarmante es que el 65% de las empresas locales no realizan acciones para mejorar esta situación.

e) Tecnologías de la información y comunicación: el uso de estas herramientas en las pymes, que agregan valor añadido, todavía no está muy extendido ya que es imprescindible la “alfabetización digital”. Pero su utilización proporciona diversas y considerables ventajas: ayuda a reducir costes, a ser más innovadores y competitivos, a conocer mejor a los clientes y estrechar la comunicación con empleados y proveedores. En una economía globalizada, el uso de las herramientas web 2.0, e-facture, e-marketing, e-learning, páginas web va a implicar una oportunidad de poder ser más productivas y aumentar su grado de eficiencia, es decir: seguir en el mercado. Algunos sectores, como el hotelero, presentan una implantación cercana al 100%.

f) Responsabilidad social corporativa: cada vez más pymes han optado por incorporar este concepto a su metodología de trabajo, ejecutando, por ejemplo, proyectos que permitan reducir los niveles de contaminación y cuidar del medio ambiente, así como también ofrecer productos de mejor calidad; se presta especial cuidado a los derechos humanos, a los valores de los trabajadores para elegir una empresa y las políticas de igualdad. Pero el esfuerzo todavía es pequeño. Esta práctica no suele suponer un incremento en coste, ya que se pueden recibir bastantes subvenciones y mejoramos considerablemente la imagen de la empresa.

g) Sistemas de gestión: una gestión inadecuada puede provocar la desaparición de la pyme, y esta puede presentarse a través de una amalgama de situaciones, como pudiera ser: incapacidad para rodearse de personal competente, por falta de experiencia, falta de claridad de cómo llevar sus productos o servicios al consumidor final, excesivas inversiones en activos fijos, ausencia de políticas de mejora continua, falta de capacitación del responsable máximo de la empresa, deficientes sistemas para la toma de decisiones y la solución de problemas, gestión poco profesional, resistencia al cambio, renuncia a consultar a externos a la empresa, mala selección de socios, nepotismo, mala gestión de los riesgos, incumplimiento de obligaciones impositivas y laborales, falta de liderazgo del emprendedor, pobre cultura empresarial, y falta de experiencia en la parte administrativa del negocio.

Si todos estos problemas que hemos enumerados se logran subsanar, aún pueden aparecer innumerables factores exógenos que dan al traste con el éxito de la actividad. Por ejemplo, las imprevisibles consecuencias de las subidas del precio del petróleo.

 Autor GREGORIO PÉREZ DELGADO  – Economista. Grupo 7  Lados

Fuente http://www.eldia.es/2011-03-02/economia/6–que-fracasan-pymes.htm

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