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“¿No clama la sabiduría, Y da su voz la inteligencia? En las alturas junto al camino, A las encrucijadas de las veredas se para; En el lugar de las puertas, a la entrada de la ciudad, A la entrada de las puertas da voces: Oh hombres, a vosotros clamo; Dirijo mi voz a los hijos de los hombres. Entended, oh simples, discreción; Y vosotros, necios, entrad en cordura. Oíd porque hablaré cosas excelentes…” (Proverbios 8:1-6)
Sabiduría: Buen juicio con el que alguien gobierna sus actos y negocios. (Enciclopedia Salvat)
La gran mayoría de los lectores ha conocido organizaciones momentáneamente exitosas que luego perdieron el rumbo y dejaron de ser. Debo reconocer que también tuve contacto con mucha gente talentosa que dejó pasar una y otra oportunidad sin dejar ningún fruto. Nada es casualidad.
Es muy probable que en este momento de la historia que nos ha toca vivir, exista más talento del que la humanidad haya conocido en todos los tiempos. No obstante, tengo en mente algunas preguntas difíciles de responder: ¿Cuánto genio y talento se desperdicia al no estar acompañado de carácter? El corte de la cadena de frío, por ejemplo, echa a perder algunos alimentos y una logística inadecuada puede destruir mucho valor. ¿Qué cosas echan a perder el talento?
La ausencia de un liderazgo de excelencia y el mal ejercicio de la autoridad provoca pérdidas incalculables de talento, grandes desperdicios de ingenio y reducen a la nada una inmensa capacidad de inteligencia instalada en las organizaciones. Infinidad de problemas que crecieron hasta tomar la categoría de terminales, fueron detectados y resueltos en la mente de talentosos anónimos. Cada una de estas situaciones representaba una oportunidad única para sacar a la luz ese talento. La falta de convicción, es decir la ausencia de carácter como vehículo de ese talento lo impidió arruinándolo todo. Es muy probable que ese sea su situación ahora mismo, mientras está muy ocupado manteniendo un bajo perfil, para que nadie se de cuenta de su existencia y no lo despidan. Salga del anonimato por favor. Le hago a Ud. esta pregunta: ¿Le ha ocurrido estar tan ocupado, cuando el teléfono sonaba que le fue imposible atender a tiempo, quedándose con la sensación de perderse algo muy importante? Es probable que esté desatendiendo su llamado a la excelencia.
Siempre he sentido muy profundamente la necesidad de motivar a mis colegas y compañeros de equipo, porque estoy convencido que cada uno de nosotros ha nacido con un propósito definido, un lugar que ocupar, una capacidad para crear, alguna cosa que conquistar, un sueño que cumplir. Creo firmemente en este llamado a salir de la mediocridad y asumí la misión de ayudar a organizaciones e individuos a perseguirlo. No pretendo excusar, de ninguna manera, a aquellos que se dejaron intimidar y permanecieron en el anonimato desperdiciando su genio y talento, pero no puedo dejar de expresar la responsabilidad capital que al liderazgo le cabe.
Hay gente que admiramos, en el campo de los negocios de tecnología, que logró escapar de una organización que no supo reconocer su talento y al desarrollar su propia empresa se propuso como meta derrotar a los que no les dieron el lugar que merecían. Luego lograron desarrollar su genio pero su resentimiento motivo una destructiva venganza.
También la historia demuestra que la oscuridad de los tiranos eclipsa los pueblos y la iluminación de los líderes se refleja en los períodos dorados de las naciones.
LA EXCELENCIA LLAMA A LA EXCELENCIA.
El liderazgo de excelencia es generador de una cultura de excelsitud, donde el carácter es un valor central imprescindible.
El carácter es un bien incalculable. El líder debe tenerlo para crear un ambiente y una cultura donde todos y cada uno pueden dar lo mejor de sÍ mismos. La sabiduría del líder queda manifestada por el aprovechamiento que hace de sus recursos. El talento es un recurso que no debe ser menospreciado. El líder debe crear la atmósfera donde todo el equipo pueda destacarse y salir del anonimato y nada es más motivador que el reconocimiento.
La administración del reconocimiento es una de las herramientas que el líder debe manejar con mayor destreza. Me permito dar algunos consejos prácticos para mejorar nuestro manejo de esta herramienta.
Autor Daniel Tigani – www.hacer.com.ar – daniel.tigani@hacer.com.ar
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El artículo “El llamado a la Excelencia” me parece adeuadamenete planteado y acertadamente contextualizado, al tiempo que promueve reflexionar y actuar.
Por ello deseo felicitar al Sr. Daniel Tigani por su claridad conceptual.
Ing. Julio Vicente TRIVIGNO – Consultor de PyMEs.