por Nidia Solano

El emprendedurismo se asocia con la creación e innovación.

Por lo general, se piensa en pequeñas o medianas empresas que identificaron una necesidad del mercado, la cual conlleva una oportunidad de negocios para satisfacer esa insuficiencia, pero el concepto es mucho más rico y amplio.

El Centro de Emprendedurismo de la Universidad de Colorado lo define como el proceso de identificar, desarrollar y dar vida a una visión, la cual puede ser una idea novedosa, una oportunidad o simplemente una mejor manera de hacer las cosas; teniendo como resultado final la creación de una empresa.

Cabe complementar esa definición con el adjetivo de exitosa. Para alcanzar un buen éxito, los dueños de la visión deben implementar los objetivos que definieron en el tiempo requerido para salir adelante con su proyecto

En ese contexto, es necesario reflexionar si el éxito de la empresa depende de la idea, de la persona o bien de la ventana de tiempo en el cual coinciden los recursos, es decir la oportunidad.

Empero, ¿qué hace que un emprendedor alcance sus metas?

Distintas investigaciones destacan que el factor de éxito son los individuos con las siguientes características:

• Iniciativa y decisión de llevar adelante un proyecto o una idea.

• La fuerza mental para convertir sueños en realidades

• Habilidad para descubrir necesidades del mercado y en algunos casos inducirlas, ya que tienen el ímpetu para el cambio, el cual, se liga a la innovación y el progreso económico.

• Capacidad de identificar las oportunidades empresariales que requieren productos que desean los clientes o que podrían desear.

• Capacidad de idear innovaciones deseables y oportunas, llevarlas al mercado de forma atractiva y que generen valor agregado al usuario final.

Un emprendedor reconoce las necesidades que se generan en el cambio y aprovechar las oportunidades que nacen de este.

Lecciones exitosas.

La Unión Europea es un ejemplo de una región que presenta importantes casos de éxito en transformar emprendedores a empresarios. El éxito se asocia al fomento del espíritu emprendedor y se considera como una consecuencia del desarrollo económico y social.

Ese logro tiene cimientos en las iniciativas serias y concretas de fomento y financiamiento aplicadas en favor de las micros, pequeñas y medianas empresas.

Asimismo, la adecuada lectura que se realice del ciclo económico contribuye a la implementación de un proyecto exitoso, de ahí la necesidad del acompañamiento, el seguimiento y la educación a los micro y pequeños productores.

Por ejemplo, reconocer la oportunidad que genera la existencia de tasas de interés reales negativas, conocer los procesos para el acceso al crédito o bien tener noción del costo de capital son factores que pueden facilitar la implementación de un proyecto.

Por otra parte, un reciente artículo publicado en Doing Business , donde se exponen los resultados de un proyecto del Banco Mundial, en el que se analiza empíricamente las condiciones sociales e intelectuales que se asocian con los emprendedores y a los factores que influyen con su triunfo en Brasil, brinda importantes enseñanzas.

Aunque existen diferencias culturales entre los encuestados y la población de empresarios de ese país, es posible que encontremos más coincidencias que divergencias y la existencia de un patrón general que podría estar reproduciéndose en otros países, incluido el nuestro.

La amalgama de una idea brillante con un ejecutor dispuesto a buscar los recursos materiales y no materiales para combinarlos y así generar nuevos (o mejorados) productos y servicios, tendrá una mayor posibilidad de concretarse como un proyecto exitoso.

Si el emprendedurismo está contemplado como una pieza del engranaje que mueve el desarrollo económico de un país, se debería apostar a la creación de empresas mediante una mayor cantidad de emprendedores.

El apoyo a la educación, a la mejora de la cultura emprendedora, al fomento de las micro, pequeñas y medianas empresas, a la aplicación de leyes como la Ley del Sistema de Banca para el Desarrollo , son parte de los factores necesarios para crecimiento del país.

El Sistema de Banca para el Desarrollo costarricense, a través de los diferentes programas que operan en este momento, fomenta la inclusión al sistema financiero de las micros, pequeñas empresas y, por ende, se convierte en una herramienta fundamental para impulsar el desarrollo económico del país.

Entre los programas que se han convertido en piezas angulares para impulsar el emprendedurismo, destaca el que se creó para apoyar a las microfinanzas y que en la actualidad es administrada por un banco del Estado.

Una vez más este tipo de programas nos demuestra que el espíritu emprendedor y la capacidad organizativa son independiente de la condición económica del individuo.

Auto Nidia Solano

http://www.elfinancierocr.com/ef_archivo/2011/mayo/01/negocios2698874.html

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