Especializado en Comunicación, Ricardo Thornton ha focalizado sus investigaciones y sus   acciones de extensión en la problemática de las empresas familiares. Ese fue el tema de su exposición en las XII Jornadas Ganaderas de La Paz, realizadas en el departamento del Este Mendoza, el fin de semana pasado.

El especialista insta a pensar en una legislación que asegure la continuidad intergeneracional de la empresa familiar como modelo educativo-social capaz de contener a la familia a través de las redes laborales.

-¿A qué nos referimos cuando hablamos de empresas familiares?

Suele haber una confusión con este concepto. Por un lado está lo que dicen los libros que es la empresa familiar y por el otro, los familiares amontonados en una empresa. El concepto de empresa familiar tiene una fuerte connotación de perdurabilidad de la familia dentro de la empresa a través de las generaciones y, según el tamaño de la empresa, habrá delegación (o no) de una parte de la gestión. En términos generales, hay es un interés intergeneracional (e intrageneracional) de perdurabilidad de la familia para generar la construcción de lazos afectivos y también los puestos de trabajo. Éste es el concepto básico.

-¿Hay problemas propios de este tipo de empresas?

Innegablemente, las empresas familiares se encuentran con ciertos problemas y también grandes oportunidades( la fortaleza de la familia es una oportunidad cuando está bien aprovechada). Entre las cosas que hay que tener presentes es que la empresa tiene que crecer más rápido que la familia. Caso contrario, se ven perjudicadas las capacidades y las potencialidades de generar empleos para todos los miembros de la familia.

Además, debe haber una muy buena comunicación en la familia, porque permanentemente se vincula lo afectivo con lo empresarial, lo que a veces no es tan sencillo.

Suele ocurrir que prevalece lo afectivo y esto impacta sobre la empresa o por el contrario, la racionalidad empresaria impacta sobre los afectos, con lo cual se producen las tensiones y luego las crisis. En ese marco, también es necesario reconocer que hay cambios generacionales; entender a la gente joven en su marco cultural y ver cómo capitalizamos las nuevas generaciones dentro de la empresa, con sus características, sus virtudes, sus imaginarios y  sus expectativas.

-¿Llega un momento en el que resulta necesario que alguien de afuera pase a gerenciar la empresa familiar?

Esto depende de la magnitud de la empresa, porque si se solicita la presencia de un tercero que gestione hay que pagarle un salario (que lógicamente no debe ser un salario bajo) y para eso, la empresa tiene que tener la capacidad de afrontarlo.

Por otro lado,tomar esta decisión, no implica que la familia no estará más en las decisiones estratégicas, sino que tal vez no esté en las decisiones del día a día. De todos modos, existen casos en los que esto ocurre.

-¿Es conveniente tomar esa decisión, dadas determinadas circunstancias? 

A veces sí. Sobre todo porque el día a día genera, muchas veces, conflictividad entre los familiares. El día a día desgasta. Cuando los familiares no se ponen de acuerdo se generan muchas tensiones innecesarias y esto puede perjudicar el desarrollo de la empresa y de la familia. En esos casos, la decisión de delegar en un tercero el gerenciamiento de la empresa puede ser una salida.

-¿Cómo decir “no”, en una empresa familiar cuando alguien quiere sumarse o cuando es necesario que alguien de un paso al costado porque no aporta a la empresa o genera esas tensiones?

Es el momento más duro pero si es el mejor camino, hay que hacerlo. Si están los argumentos y esos argumentos son respaldados por el sentido común, si tienen una lógica y el consenso de la familia; me parece que es lo mejor que se puede hacer. Lo peor es decir “sí” y después pagar las consecuencias.

Hay muchos casos. Por ejemplo, el del hijo o  sobrino que se recibió de contador, de ingeniero agrónomo o de veterinario, cuando en el campo ya había un profesional de este tipo o el modelo de la empresa no necesita ese perfil.  También está el caso de un hijo que pierde el empleo, está desesperado y necesitado de contención afectiva y la empresa le da un espacio cuando tal vez tendría que  haber tomado otro tipo de decisión. No digo  haberle dado la espalda, pero no involucrarlo en su estructura.

-¿Hay interés en buscar información, asesoramiento y capacitación para llevar adelante de mejor manera la empresa familiar? 

Cuando doy estar charlas, el público se involucra fuertemente porque son cuestiones de vida cotidiana. Sin embargo, creo que hay un desconocimiento muy grande sobre la cultura de la empresa familiar. No es culpa de las personas, porque nunca tuvimos en el país una política de estado relacionada con el fortalecimiento de la empresa familiar y no se trata sólo de créditos.

Fuente http://www.losandes.com.ar/notas/2011/10/15/entrevista-ricardo-thornton-599718.asp 

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