por Daniel Taborda

“No hay que esperar que tu cuñado o tu yerno te estén tocando la puerta de la empresa para decidir qué hacer”, propone el director de David Rosental e Hijos S.A, Guillermo Rosental como una de las claves para lograr el éxito en la empresa familiar. A ellos mal no les fue: hoy van por la cuarta generación y la compañía sigue en plena expansión.

Las empresas familiares tienen determinadas virtudes que no se encuentran en las demás. “Si se logra explotar esas fortalezas, se logrará no sólo una mayor ventaja competitiva dentro del mercado sino la continuidad de la firma”, sostuvo Rosental, durante la IV Jornada Nacional de Gestión Empresaria, que se desarrolló ayer en el centro de convenciones del City Center.

Dentro de estas fortalezas se encuentra el compromiso que implica la entrega de un ideal por parte de sus miembros, el sacrificio personal, la exigencia de lo mejor y el pensamiento a largo plazo. Pero si se produce una desviación, esta virtud devendrá en abstención y, con ella, llegará la negación de la entrega en los familiares, se reivindicará los sacrificios anteriores, lo cual genera muchos conflictos internos.

La segunda gran fortaleza que marcó Rosental es la unidad que tienen dentro de una familia y que al trasladarse a un emprendimiento, se alimentará de un interés común, se reconocerá la autoridad, el ambiente será de confianza mutua y habrá una comunicación fluida entre los miembros. “En el caso de que no se dé y que esa cualidad se erosione, los intereses entrarán en conflicto, habrá división en las fracciones, lo cual generará recelo y un clima de murmuración constante”, puntualizó.

A partir del conocimiento de estas cualidades y sus potenciales conflictos, es que las empresas familiares podrán superarse y lograr la continuidad. Es así que Rosental, quien encabeza una empresa que ya va por su cuarta generación, plantea que la clave está en adelantarse y “hablar de los problemas antes de que estos existan”.

En este esquema, el empresario propone la generación de un protocolo familiar donde se prevea cómo actuar frente a la entrada o no de los miembros políticos. “No hay que esperar a que tu cuñado o tu yerno te esté tocando la puerta de la empresa para decidir qué hacer con el, porque ahí es cuando se vuelve algo personal que erosiona las relaciones”.

Al mismo tiempo, en este protocolo se puede definir de antemano cuáles serán las características que deben tener los altos mandos de la compañía. “Algunas empresas exitosas, pusieron de antemano la condición de que quien quiera entrar a trabajar deberá tener estudios universitarios afines y haber trabajado en otra firma un mínimo de tiempo”, ejemplifica Rosental.

La relación con los no familiares también es una cuestión a tener en cuenta en estas empresas donde se puede generar frustración entre los empleados que, por no ser parientes, no ven una posibilidad de hacer carrera allí dentro.

La asignación de dividendos es otro momento donde se pone en juego la importancia del protocolo. “Cuando se va a dividir las acciones de la empresa entre los hijos, se sugiere que se haga teniendo en cuenta el compromiso de cada uno con la vida empresaria, así hay que planificar y otorgar a cada uno teniendo en cuenta también sus necesidades individuales”, explicó Rosental.

Autor Daniel Taborda

http://www.puntobiz.com.ar/noticia/articulo/62939/Como_hizo_la_familia_Rosental_para_llegar_a_la_cuarta_generacion_en_la_empresa.html 

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