La vida es tan simple y fácil que a veces
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La vida es tan simple y fácil que a veces olvidamos su verdadera realidad… ser personas, tratarnos como amigos, guardar una amistad….conceptos reales y fáciles de olvidar por las personas….. y el olvido de estos conceptos y realidades es lo que nos hace dejar de ser buena gente.
¿De qué sirven tantas toneladas de conocimientos, tanto almacenaje de temas estudiados, acumulación de saber… si uno no sabe amarse a sí mismo y consecuentemente al resto de la humanidad? ¿De qué sirve todo eso si se carece de nobleza, de honradez, de honestidad, de virtudes, de mesurada generosidad, de confianza y seguridad en uno mismo, de cierta y moderada inocencia…?
¿De qué diantre sirve todo ese cúmulo de temas aprendidos, de palabras, frases y argumentos memorizados si no se sabe amar ni se es amado…?
Yo os diré de qué sirve toda esa vana palabrería, esa pretenciosa intelectualidad, ese engreído saber y pedante elocuencia… de nada, pues sin amor uno se encierra en un hermético caparazón que lo esteriliza de la vida circundante, convirtiéndose todo ese frívolo saber y trivial andamiaje de conocimientos en una cárcel; todo lo sabido no hace más que tejer una tupida e impermeable madeja alrededor de la persona rebozada de banal cultura, produciéndole una inhóspita y estéril soledad destructora e infructífera.
Todo ese saber no hará más que convertir a la persona poseída por conocimientos en un androide, en un monstruo insensible y abusivo, por el hecho mismo de ser incapaz de dar y recibir amor. Las palabras no hacen más que encarcelar la verdad, aquello que somos en realidad.
A este mundo hemos venido a ser felices y para ello hay que aprender a amar y a ser amados, esto es, a saber dar y saber recibir, no a saber de conocimientos que nos impidan querer a los demás y a edificar tanques que prohíban la penetración del amor y la amistad en nuestras vidas.
A las personas no se las debe valorar por lo que saben, por los diplomas o títulos adquiridos o por los estudios realizados, sino por su simpatía, su bondad, su sensibilidad, su honestidad y su capacidad y calidad de amor
Sólo el amor nos acerca a nuestra alma, sólo él nos guía al autoconocimiento, y es éste el objetivo de todo ser humano… puesto que al final de toda vida todo termina en “polvus erit et in polvus converterit”.
El hombre “vanita, vanitas et omnia vanitas”, eso es él para mí, parafraseando el Eclesiastés. He allí la causa que motiva tanta ansia de saber y posesión incrédula de conocimientos, que en cualquier momento pueden desaparecer si todos los libros se quemaran o desaparecieran, es la inestabilidad de todo lo material, su carácter efímero.
Lo único realmente importante, crucial, fundamental e imprescindible es conocer nuestra alma, vivir la vida con ella, despertar a ella, sinónimo de despertar a lo que verdaderamente somos, siento ésta la única vía al autoconocimiento, que viene a ser lo mismo que amarse, y sólo si uno se ama será capaz de amar todo aquello que lo envuelve y rodea.
Los conocimientos que podamos adquirir deben formar parte del camino que desemboque al despertar de nuestra alma, deben formar parte del proceso del cual resulte el autoconocimiento, éste, repito e insisto, auténtico y único objetivo del por qué del ser humano en este planeta azul, el verdadero sentido de nuestras vidas y la respuesta a todas las preguntas. problema, la respuesta a toda pregunta… todo ello anida en nuestro interior, el misterio lo alberga el alma; descubre la tuya y despejarás el misterio, lo resolverás y conocerás el secreto de la vida. Elizabeth Morera
La solución de toda incógnita, el remedio a todo