Por Pablo Martín Fernández 

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Un espacio para aprender que no es necesario ser una empresa grande para ser una Gran Empresa
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Por Pablo Martín Fernández 

Marcos Galperín fundó y dirige MercadoLibre, la puntocom más importante de nuestro país, que da trabajo a más de 50.000 personas y cotiza en la Bolsa más importante del sector. Emprendedor de alto impacto, ahora está obsesionado con crear en América latina un ecosistema como Silicon Valley. Secretos de un millonario tecno

 

Hace 12 años, cuando Internet comenzó a ser visto como un negocio, fundó una empresa de tecnología que ahora tiene presencia en 13 países y oficinas hasta en el mítico Silicon Valley. Le da trabajo a más de 50.000 personas a través de su plataforma online y su producto permitió, en el tercer trimestre de 2011, transacciones por más de 1,3 miles de millones de dólares. Mientras el sol se pone a sus espaldas, donde en vez de los edificios bajos de Palo Alto se recorta una vista del tranquilo barrio de Saavedra, apaga la pantalla de su iPad y conversa a solas con LNR. Es una de las contadas entrevistas que en todos estos años ha dado, Marcos Galperín, de 40 años, fundador y CEO de MercadoLibre: el argentino más exitoso de la Red.

A diferencia de otros colegas de la primera ola Web, Galperín decidió seguir atado al proyecto que creó cuando terminaba de cursar en la Universidad de Stanford. Y esa decisión, que teniendo en cuenta los millones ganados puede parecer la más acertada de su carrera, hizo que su día a día supere el ritmo de fines de los noventa. Si por él fuera,se recluiría en su casa de Montevideo, viajaría para trabajar a Buenos Aires y participaría de charlas para promover el espíritu emprendedor de América latina en universidades o de la mano de la fundación Endeavor. Pero con el paso del tiempo aprendió que, para lograr parte de lo que quiere -sus metas van mucho más allá de MercadoLibre -, en parte tiene que levantar su perfil.

“A mí me gusta hacer una vida de bajo perfil, me encanta ir a comer al patio de comidas del shopping que queda frente a MercadoLibre con los demás chicos y ser totalmente desconocido, porque me sirve para mantener mi privacidad. Salir a hablar tiene sus pros y sus contras, y es muy difícil de manejar (se ríe). En eso Silicon Valley es impresionante. Se da una naturalidad que es lógica. Estuve comiendo en Palo Alto con el fundador de Netflix [el sitio más exitoso para ver películas online, de forma legal], los dos sentados en un restaurante, sin problemas ni interrupciones. Tengo amigos que vieron cómo Steve Jobs entraba al Apple Store como uno más. Su figura llamaba la atención, pero no pasaba de eso”.

-¿Y por qué no vivís en Palo Alto?

-Me encanta Silicon Valley. Tiene una combinación de la gente clave de la industria con la falta de formalidades de la costa este de Estados Unidos. Tenés un almuerzo de jeans y zapatillas, y después el tipo se sube a su auto y se va. En cambio, ese mismo almuerzo en Nueva York es con traje y no sé cuántas secretarias como filtro. California es muy emprendedor en este sentido también. Yo sé que tengo que estar muy conectado con América latina: casi todos nuestros programadores están en la Argentina, entre Buenos Aires y San Luis. Ese es nuestro corazón. En términos prácticos, no podría vivir en Silicon Valley. Tuve la posibilidad de quedarme en su momento y no lo hice. Fuera de eso, voy unas 4 veces por año [además de haber abierto oficinas allí, forma parte del directorio de la Universidad de Stanford.

Antes que nada, Galperín destaca que muchas cosas cambiaron desde que en agosto de 1999 fundó MercadoLibre en el estacionamiento del mismo edificio donde da esta entrevista. Una es que ahora cuando se dice emprendedor existe una noción sobre qué se está hablando. “Es el tipo que sale a la mañana a vender cosas en el semáforo, porque sale a ganarse la vida buscándole la vuelta, y es supernoble, como el que va a laburar a un banco. Lo interesante son los emprendedores de alto impacto, los que generan trabajo para terceros. El emprendedor es alguien muy perseverante y con alta tolerancia al fracaso, porque las posibilidades de fracasar son altísimas. Yo hago una analogía: salen 10 amigos a un bar y entra una rubia espectacular, sola. Uno dice: la voy a encarar, aunque las chances de rebote sean del 99,9% y luego tus 9 amigos te carguen toda la noche. El que va y la encara igual ese es el emprendedor. Lo intenta aunque tenga las posibilidades en contra”.

Tras esa definición, que demuestra su interés por hablar con ejemplos claros, Galperín señala a Jeff Bezos, CEO y fundador de Amazon , como el emprendedor que más admira (“Se enfoca en el cliente y toma riesgos”). Aunque conoce a mucha gente de su equipo, todavía no se ha cruzado con este pope, también padre de Kindle, el lector de e-books.

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Desde que comenzó todo, el hombre detrás de la comunidad de compra y venta online más grande de Latino América no ha parado. Hoy tiene una familia, vive con su mujer y sus 3 hijos del otro lado del río, pero reconoce que pasa gran parte del año arriba de un avión: “Hace diez años que vivo en Uruguay y viajo muchísimo por todo el mundo. MercadoLibre es mi trabajo las 24 horas, los 7 días de la semana desde hace 12 años. No me desconecto nunca.” Y ese nunca sólo se atenúa la última semana del año, cuando trata de no estar online. “Además, dedico mucho tiempo a entender lo que está pasando. La industria de la tecnología te permite leer mucho sobre cómo trabajan con tu modelo de negocios o parte de él en otra parte del mundo. No solamente en Estados Unidos, sino también en Europa y Asia. Luego, también me gusta estar en el noveno piso de nuestro edificio hablando sobre producto con los ingenieros. Cada año viajo a todos los países en los que tenemos oficinas”, enumera una lista de quehaceres mucho más extensa.

En Uruguay trabaja en la sede que la empresa tiene en Montevideo y en un escritorio propio en su casa. Para él es muy importante pasar tiempo solo. “Es bueno estar tranquilo, poder mirar una conferencia en Nueva York, Silicon Valley o donde sea sin interrupciones. Cuando estoy en Buenos Aires no puedo hacerlo, entonces voy guardando cosas para ponerme al día cuando salgo de la ciudad”.

-En ese contexto, ¿cómo manejás el tiempo con tu familia?

-Es difícil. Para mí la familia es muy importante. Es la base para hacer bien esto, porque si no te quema o terminás siendo una especie de ente que no es lo que quiero para mi vida. Dedico mucho tiempo a mi familia. Vivir en Uruguay [su casa está en las afueras de la capital] me ayuda mucho en ese sentido, porque es todo cerca, sin tráfico, y la calidad de tiempo que les entrego es muy alta. Cuando comemos a la noche trato de dar calidad, porque podría estar con mi iPhone o mi iPad a full, pero esa no es la idea.

-¿Por qué te fuiste a Uruguay?

-Fue por temas personales en 2002 y me quedé porque es una democracia que a mí me encanta. Me gusta mucho el hecho de que tienen religión y Estado muy separados, eso lo valoro mucho. Hay una educación buenísima y es un país con vuelos diarios a todo el mundo, cerca de Buenos Aires, lo que es muy importante. Mi mujer siempre quiere que volvamos, así que seguramente lo haremos en algún momento.

Galperín se mantiene al día a través de blogs y lee todo a través de la herramienta Google Reader. “Meto todo ahí y con tiempo lo voy filtrando. A eso le sumo Twitter “, resume su receta. Además, lee a los analistas que siguen a MercadoLibre, otras empresas del sector que cotizan en Bolsa, Facebook y Groupon.

Cuando hablamos de música, más allá de los clásicos del rock y el pop, sólo entrega un nombre: U2. Pero con la lectura, las puertas se abren más: dice que lee mucho y que ahora lo hace exclusivamente en el Kindle. Allí terminó la biografía oficial de Steve Jobs. “Leo mucho menos de lo que quiero, quizá el 10%. Lamentablemente, me bajo mucho y termino leyendo lo que está más relacionado con nuestro trabajo”.

EL NOMBRE DE LA COMPRAVENTA

MercadoLibre es una marca reconocida en toda América latina y Galperín, un emprendedor exitoso, tanto teniendo en cuenta los valores financieros como los simbólicos: al pensar en comprar y vender en Internet, su nombre está presente. Más allá de los laureles que le tocan por el negocio que creó, resulta interesante indagar en los errores para que otros empresarios pueden aprender de él. “Siempre digo que invertimos demasiado en publicidad masiva. Fue infinitamente menos que nuestra competencia al comienzo, pero mucho más de lo que deberíamos haber hecho. Mis amigos me decían: ¿Cómo te está yendo con DeRemate ?, y yo les contestaba: Soy de MercadoLibre . Claro , DeRemate estaba en Fútbol de primera y con Tinelli. Cuando lanzamos nuestro sitio, Internet llegaba al 3% de la población y sólo el 10% hacía transacciones, con lo que apuntábamos al 0,3% de la población desde un canal supermasivo. Con TV abierta le tirás con tu producto al 100% de la población. ¡Es demasiado!

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-¿El momento más complicado fue tras la explosión de la burbuja en 2001?

-Sí, esa época en la que estuvimos casi a punto de cerrar fue muy dura. Hubo momentos en que la pasamos mal, mal. Hubo gente que me ha visto llorar porque íbamos a cerrar la empresa. Pudimos resolverlo y a partir de que fuimos rentables, que nos llevó 6 años, fue distinto porque nos podía ir mejor o peor, pero era sustentable. Nosotros medíamos cuánto efectivo gastábamos por mes (burnrate, en la jerga) para ver cuánto tiempo de vida nos quedaba. Era terrible ese momento.

-¿Cómo te imaginás a MercadoLibre en 10 años?

-Estamos trabajando mucho para mejorar la manera de pagar online. Cuando lanzamos MercadoLibre no existía una forma de pagar en línea, por eso creamos MercadoPago, que en principio se usaba sólo en nuestro sitio y ahora lo abrimos para que todos puedan usarlo. Es uno de los motivos por los que los cupones han crecido tan rápido. Vamos a seguir trabajando en esa línea. Fuera de eso, el nuestro es uno de los pocos sitios donde uno compra y paga después, y eso crea una fricción que nos gustaría evitar. Eso tiene un motivo: empezamos siendo una plataforma de subasta de usados y ahora somos un sitio para pymes. Hoy, el 80% de lo que se vende en MercadoLibre es nuevo y tenemos 50.000 personas que viven de lo que venden en el site.

HACIA UN SILICON VALLEY ARGENTINO

Apoyado en su posición de líder del negocio digital, Marcos Galperín parece acercarse cada vez más a la imagen del faro de una generación que hace del trabajo con unos y ceros no sólo un empleo, sino una manera de ver el mundo. Modestia aparte, cree que el éxito de MercadoLibre puede ser el combustible que necesita la Argentina y, en parte, la región, para pelear en el competitivo mercado digital mundial.

La salida a Bolsa en 2007 ( MercadoLibre cotiza en Nasdaq bajo las siglas MeLi) fue un hito. “Somos la única empresa tecnológica local que cotiza en Nasdaq. El valor que se transacciona en MercadoLibre es 3 veces todo el Merval porteño junto. Yo creo que eso puso a la Argentina en el planisferio, los mayores y mejores inversores del mundo están ahí y eso es importante”.

Entre los objetivos personales de este pionero del negocio online siempre estuvo crear una suerte de mapa digital, obviamente inspirado en la reconocida experiencia del valle de silicio. “Cuando analizo Silicon Valley me queda claro que una empresa como HP tuvo un rol central. Gente que se fue de ahí armó otras cosas. Se puede armar una suerte de organigrama que toca casi todo Silicon Valley tomando a HP como origen. Creo que eso está pasando con MercadoLibre en la Argentina y América latina: hay mucha gente que se fue de MercadoLibre y creó otras empresas, inversores a los que les fue bien en MercadoLibre y ahora invierten en otros lados. En Endeavor [la organización que impulsa a los emprendedores de mercados emergentes en la que trabaja] veo que esto va saliendo. Sin duda, se necesita un caso testigo para que el chico que está en la Universidad y le aparece la oportunidad de ir a trabajar a un banco o a una consultora diga: Vamos a probar esto porque el día de mañana quiero que me pase lo que a MercadoLibre. Creo que es muy importante que esto suceda en una sociedad, porque el ecosistema de emprendedores es muy positivo y meritocrático: te va bien cuando hay un cambio, y a partir de un cambio hay una oportunidad de construir con una idea nueva. Los emprendedores motivan el cambio y a partir de eso se genera un progreso social mucho más democrático, sobre todo a partir de Internet, porque al tipo que tiene acomodo político no necesariamente le va bien. Es la mejor idea la que funciona, por eso es muy importante el cambio tecnológico y tenés que estar innovando todo el tiempo”.

-En los últimos años la tecnología entró en la agenda oficial con algunos ejemplos puntuales como el pase de Ciencia y Tecnología de secretaría a ministerio. ¿Qué opinión tenés al respecto?

-Hay cosas muy positivas: la ley de Software que promueve el desarrollo local es muy positiva. Acá estamos muy lejos de lograr un Silicon Valley, pero veo que aparecen componentes que antes no estaban. Eso está muy bueno.

-¿Qué te parece que falta desde el Gobierno?

-Creo que un ecosistema como Silicon Valley lo tienen que armar los privados. El Gobierno tiene que apoyar, pero si un emprendedor viene y te dice falta que el Gobierno bla bla bla, ese no es un emprendedor, olvidate. Y está en los privados salvo cosas muy puntuales: cuando te empieza a ir bien, aparecen los problemas, sobre todo sindicales. Creo que no tienen ningún sentido, en nuestro sector, ciertas reglas que se aplican a otras industrias.

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-En general, las actividades tienen sindicatos, ¿por qué creés que las empresas de tecnología no?

-Creo que no son compatibles. No sé cómo se va a solucionar, pero no son compatibles. Si le ponés palos en la rueda a esta industria se va a ir a otro lado. Tenemos algo valiosísimo que estamos construyendo porque es muy fácil migrarlo, son ideas que están en los cerebros. Esto no es una empresa minera, son cerebros a los que no les interesan ataduras de ningún tipo. Para retener a la gente acá tenemos que tratarla muy bien, porque la gente quiere trabajar divertida, motivada, y quiere pasarla bien. Así que creo que ese es un tema por considerar porque va a destruir mucho de lo que estamos construyendo.

-¿En tus viajes viste alguna idea interesante para traer a la Argentina y construir el ecosistema del que hablás?

-Brasil tiene una industria muy interesante de comercio electrónico, pero la verdad es que en cuanto a ecosistema emprendedor, la Argentina es líder. Líder en muchas cosas. Es un orgullo y es algo que tenemos que cuidar y seguir alentando para que sea así.

DIEZ AÑOS DE CAMBIOS

Galperín parece obsesionado con los procesos del negocio que fundó: “Cuando estoy con gente del medio y me dicen que MercadoLibre es grande, estoy superorgulloso, pero cuando me subo al taxi y el conductor me dice que su mujer tuvo problemas luego de publicar… Voy a sentirme tranquilo cuando el taxista y el mozo estén fascinandos por la experiencia. La mayor cantidad de las compras no tienen problemas, pero nos queda un espacio para progresar”.

-¿Te ves involucrado en la próxima década de la empresa?

-Me fascina esto. No hay nada que se me pueda ocurrir (y eso que me han ofrecido cosas) que me divierta más que esto en el ámbito privado. Es por una combinación de factores: desde el crecimiento que tenemos hasta lo interesante que es poder hacerlo desde la Argentina y el resto de América latina. Yo puedo ir a Silicon Valley e interactuar con los número uno a nivel mundial, mucha gente que respeto y admiro muchísimo, que son brillantes, y para mí eso es un privilegio, sobre todo desde esta parte del mundo, pero es muy desgastante. También veo gente que estuvo mucho tiempo en esto y está en el carrusel por estar en el carrusel: yo no quiero eso, así que la respuesta es no sé. No sé si estaré los próximos 10 años trabajando en MercadoLibre, aunque si sigo en el mundo privado me cuesta mucho imaginarme en otra cosa.

-Aclarás que te referís al ámbito privado, ¿te imaginás en el mercado público?

-Trabajo mucho con Endeavor y siempre me gustó la parte educativa. Si en algún momento dejo de hacer esto, tomaré una pausa porque es muy desgastante. Nunca podés estar tranquilo. Recuerdo cuando salimos a bolsa muchos amigos me decían: Bueno, ya estás, y yo les contestaba: No, al contrario. Es como cuando en el fútbol salís del intercountries y pasás a primera: está bárbaro, pero cuando pateaste un penal a la tribuna salís en la tapa de todos los diarios. Por eso, todavía queda mucho por hacer.

Autor Pablo Martin Fernandez – http://www.lanacion.com.ar/1452963-el-argentino-mas-exitoso-de-la-web

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