En esta época en la que la coyuntura económica no acompaña al emprendedor, es un buen momento para hacer un repaso por aquellos errores más comunes en los que cae el emprendedor español. Alejandro Suárez Sánchez-Ocaña es empresario e inversor privado en empresas de carácter innovador, además de vicepresidente de AIEI, y autor de varios libros. Con esta experiencia, el inversor propone un repaso por los 10 errores más habituales a la hora de montar una empresa.

Dejando claro que existen muchos errores, y muy diferentes entre sí, la falta de formación en gestión empresarial es una característica clara. “Es cierto que no es la panacea, pero evidentemente, ayuda”, explica en su blog de El Mundo y añade que “si bien es cierto que los ‘Self–made man’ existen, no lo es menos que la formación minimiza el porcentaje de fracasos”.

Este es sólo uno de los diez errores que recoge, entre los que también destaca la falta de motivación del promotor del negocio, ello conjugado con el esfuerzo, son el principal factor de éxito de un emprendedor.

A la hora de la puesta en marcha es esencial no elegir socios problemáticos y propone que “si quieres llegar rápido es mejor ir solo y si quieres llegar lejos, ve bien acompañado”. Este error tiene mucho que ver con no disponer de un buen equipo, al que señala como el gran talón de Aquiles.

A ello se une el hecho de empezar con poca liquidez, muy relacionado con la escasa financiación de las entidades bancarias. Así, en las previsiones iniciales se minimizan gastos que luego son necesarios para el correcto desarrollo del proceso. Hay que tener en cuenta los costes fijos, sobre todo en un momento en el que existe un parón del consumo.

Creer que, si el producto es bueno, se vende solo. Este es un error muy común que lleva al emprendedor a no creer en el marketing y la comunicación, “de hecho, hoy en día, nada se vende sin una buena estrategia de comunicación”.

Si el mundo es cada vez más global, ¿por qué no serlo nosotros?, el error sería apostar solo por un mercado. El experto destaca que “si la solución no está en el mercado local, Internet nos permite abrir una ventana al mundo”.

En cuanto al producto, no hay que confundir una buena idea con una oportunidad. Hay muy buenas ideas, pero es importante analizar el contexto para saber si esa idea puede ser “ahora” y “para mí”.

El último error que señala es no admitir y corregir los errores a tiempo, parece que es algo “que llevamos en nuestro código genético”, explica , así, muchos emprendedores se obcecan en pensar que todos los consumidores son como él y que deben compartir sus criterios.

Fuente http://www.tormo.com/noticias/33171/Lo_que_un_emprendedor_no_debe_hacer

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