Hace treinta años, las empresas familiares pasaban prácticamente desapercibidas. Las escuelas de negocios se centraban exclusivamente en el desarrollo de directivos para las empresas donde la propiedad y la gestión estaban separadas. Hace veinte años, la investigación y la literatura sobre las empresas familiares era escasa.

Hace diez años, el mundo académico de las empresas podrían haber respondido la pregunta inicial: “no” o “no mucho”. La gran mayoría de los estudios sobre empresas familiares de hace una década se centró en la percepción de sus problemas más comunes: los conflictos entre hermanos, las sucesiones fallidas y los estilos de gestión poco profesionales, por nombrar algunos de ellos.

Hoy en día no hay duda de que la empresa familiar, crea valor. Las empresas familiares disfrutan de distintas ventajas competitivas, contribuyen significativamente a la economía mundial -especialmente los mercados emergentes – y están en las listas de los mejores lugares para trabajar.

Pero esa evidencia no responde a la pregunta inicial: ¿Los valores de la empresa familiar crean valor? Hay una gran cantidad de evidencia de que los valores impregnan las operaciones de las empresas familiares, desde sus estrategias y política de contratación, hasta sus procesos de sucesión. Los valores de la empresa familiar pueden definir los mercados elegidos y el grado de asunción de riesgos; los valores compartidos subyacen a la cohesión de la familia empresaria, y son el sustrato fundamental de su Constitución o Protocolo Familiar.

Trabajos de investigación sobre el tema muestran que la cultura de las empresas familiares, es en promedio mucho más fuerte que en la empresas no familiares. Mientras en general las  empresas no familiares son generalmente menos personales y están más impulsadas sólo por los resultados, los valores en las empresas familiares y también sus culturas, tienden a ser más humanas y emocionales, haciendo hincapié en el interés colectivo sobre el individual, en el pasado y el futuro sobre el presente.

Estas culturas impulsadas por los valores familiares generalmente transforman a las empresas en lugares atractivos para trabajar, no sólo para los familiares sino también para los empleados y directivos no familiares.

Pero estas culturas también puede generar problemas, como la promoción de prácticas poco profesionales para evitar los conflictos familiares. No obstante, si confirmamos que contar con fuertes valores es un elemento clave que ayuda a mejorar el rendimiento de la empresa, entonces podemos concluir que los valores de la empresa familiar crean valor no sólo para la familia empresaria, sino también para todos aquellos que se relacionan con ella, incluyendo la comunidad en general.

Fuente: tuempresafamiliar.com

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