Escrito por Rita Tonelli

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Escrito por Rita Tonelli

Un pequeño gusanito caminaba un día en dirección al sol. Muy cerca del camino se encontraba un Chapulín: -¿Hacia dónde te diriges? -le preguntó.

Sin dejar de caminar, la oruga contestó: -Tuve un sueño anoche; soñé que desde la punta de la gran montaña yo miraba todo el valle. Me gustó lo que vi en mi sueño y he decidido realizarlo.

Sorprendido, el chapulín dijo, mientras su amigo se alejaba: -Debes estar loco!, ¿Cómo podrías llegar hasta aquel lugar? ¡Tú, una simple oruga! Una piedra será para ti una montaña, un pequeño charco, un mar y cualquier tronco una barrera infranqueable. Pero el gusanito ya estaba lejos y no lo escuchó.

Sus diminutos pies no dejaron de moverse. La oruga continuó su camino, habiendo avanzado ya unos cuantos centímetros. Del mismo modo, la araña, el topo, la rana y la flor aconsejaron a nuestro amigo desistir de su sueño.

-¡No lo lograrás jamás! -le dijeron. Pero en su interior había un impulso que lo obligaba a seguir.

Ya agotado, sin fuerzas y a punto de morir, decidió parar a descansar y construir con su último esfuerzo un lugar donde pernoctar: -Estaré mejor -fue lo último que dijo, y murió.

Todos los animales del valle, por días, fueron a mirar sus restos. Ahí estaba el animal más loco del pueblo. Había construido como su tumba un monumento a la insensatez. Ahí estaba un duro refugio, digno de uno que murió “por querer realizar un sueño irrealizable”.

Una mañana en la que el sol brillaba de una manera especial, todos los animales se congregaron en torno a aquello que se había convertido en una advertencia para los atrevidos.

De pronto quedaron atónitos. Aquella concha dura comenzó a quebrarse y con asombro vieron unos ojos y una antena que no podía ser la de la oruga que creían muerta. Poco a poco, como para darles tiempo de reponerse del impacto, fueron saliendo las hermosas alas, arco iris de aquel impresionante ser que tenían frente a ellos: Una Mariposa.

No hubo nada que decir, todos sabían lo que haría: se iría volando hasta la gran montaña y realizaría un sueño; el sueño por el que había vivido, por el que había muerto y por el que había vuelto a vivir.

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Si lo puedes soñar, lo puedes realizar. Walt Disney

Según Napoleón Hill, autor de “Piense y hágase rico”, hay cuatro pasos concretos para la consecución de nuestros objetivos, el primero de los cuales, te propongo conversarlo hoy. Tenés que tener en cuenta que este programa no se aplica sólo a cosas materiales, sino a todo lo que deseas fervientemente: tener una pareja, una meta solidaria, fortalecer tus vínculos personales, etc. Si tenés claro esto, coincidirás conmigo en que este método de Hill, sirve para todas las personas sin excepción.

Podrán creer que soy un soñador, pero no soy el único. John Lennon.

Si querés que este post impacte en vos con un resultado, necesitás acompañarme en el siguiente ejercicio:

Imaginate a vos mismo, el año próximo, un domingo a la tarde:

¿Dónde te encontrás?
¿Con quién estás?
¿Qué estás haciendo?
¿Cómo te sentís?
¿Cómo es tu vida en ese momento?
¿Qué estás haciendo importante?
¿Cuáles fueron tus aprendizajes más relevantes?
¿Qué comportamientos cambiaste?
¿Cómo son tus pensamientos?
¿Cómo es tu trabajo?
¿Qué haces en tu tiempo libre?
¿Cuáles son las cosas que lograste?

Si dejás de soñar se detiene la vida.

Dios no nos hubiera dado la posibilidad de soñar si no nos hubiera dado, además, la posibilidad de hacer realidad nuestros sueños.

Cuando sepas tu sueño (eso que te hace vibrar, eso que inflama tu esperanza, eso que te hace levantar cada mañana y con sólo visualizarlo, saca de vos una sonrisa), trabajá, poné la vida en él, y si te das cuenta de que te agotás, hacé un alto en el camino, observá qué te falta cambiar y producí tu cambio. Entonces, con otra amplitud de posibilidades, con una mirada diferente, seguí adelante y logralo.

Todo lo que claramente imaginemos, ardientemente deseemos y entusiastamente emprendamos, inevitablemente, sucederá.

Necesitás: Un sueño visualizado con detalles, hasta los más mínimos, un plan para llegar a realizarlo, un contacto permanente con gente que piense como vos, que te apoye y estimule, y una mente fuerte y bloqueada a las influencias y comentarios negativos, hasta de familiares, amigos y conocidos (¡Qué saben ellos, de tu capacidad mental de construir! Preguntate y observá, antes de escucharlos: ¿Cómo viven ellos? ¿Han tenido algún sueño y lo han concretado? ¿Son felices y exitosos? Entonces, ¿qué autoridad moral tienen para que vos los escuches?).

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Tus sueños te dan una razón para despertar cada mañana, y para vivir una vida que la mayoría de la gente apenas ilusiona.

Por el placer de compartir.

Te animo a comentar el resultado de tu ejercicio, tu experiencia y sobre todo, cómo te sentís luego de haberlo realizado.

Recordá descargar tu regalo en mi blog, a la derecha y arriba, luego de ver el video de presentación.

¿Qué más te gustaría compartir de tu sentir?

Vía: http://www.ritatonellicoach.com.ar

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