Se puede pensar en el mañana de variadas formas. Una de ellas es suponer que no estaremos allí y entonces… Para qué preocuparse. Otra manera es creer que será promisorio, mejor, más feliz y que se dará por sí solo, porque sí, porque tiene que ser. Una tercera forma de pensar en el futuro es vaticinar que no habrá futuro, que si todo sigue como va, este mundo y lo que contiene, se hará pedazos irremediablemente.

 Podríamos seguir dando ejemplos, pero preferimos no lucubrar más y pensar en serio, con responsabilidad de protagonismo, razonando con propiedad, con sentido común y sentimiento humanizado.

Nos guste o no, habrá futuro, Nos preocupe o no, estará allí, esperándonos como un puente a cruzar, para la continuidad del camino y si bien es cierto, que pasará lo que tenga que pasar, también es cierto que podemos contribuir para prepararlo, incorporándonos a proyectos positivos y pensando en nosotros, en los demás y en quienes nos sucedan como cosechadores mañana, de la siembra de hoy.

Tengamos en cuenta que siempre habrá quienes miren para otro lado. Quienes se hagan los desentendidos o que sonrían socarronamente y escondan la cabeza, como el avestruz. Bueno… a esos no los imitemos, porque existen otras personas, más buenas, más sabias, más concientes y entonces piense como yo, que Ud. es una de ellas y uniendo esfuerzos, voluntades y acciones, propongámonos hacer el futuro hoy.

Decía el poeta que en la rosa está la espina, pero también el perfume de la flor. Que en el sendero están las piedras, pero también la tierra fértil y la arcilla modelable. Que en el ser humano coexisten la maldad y la bondad, pero que si aprendemos a amar y no se pierde la Fe ni la Esperanza, el futuro es nuestro, proyectado por nosotros, con la ayuda de Dios.

Cada día al despertar, nacemos nuevamente y cada día se espera que cumplamos, de la mejor manera posible, nuestro rol, dentro del Plan nuestro Universal, que no se detiene ni lo hará jamás, aunque cambie de forma y que avanza, a pesar de todo, armoniosamente.

Esta noche, al cerrar los ojos y dormirnos -un día lo haremos para siempre- soñemos con un mañana mejor pensando que debemos y podemos hacer, personal y comunitariamente, para que se convierta en realidad. Para que los niños rían alegremente mientras juegan, podamos vivir en paz, con Seguridad y que los hombres y mujeres canten con felicidad cuando trabajen.

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