por Juan Corona

Los estudios empíricos sobre demografía empresarial, han puesto de relieve una serie de elementos de gran relevancia en el actual entorno de crisis económica. En primer lugar, el análisis de los datos disponibles en distintos países pone de relieve la existencia de un flujo continuo y elevado de creación de nuevas empresas que se suman a las ya existentes en los distintos mercados. Por otro lado, también se detecta un volumen importante de salidas de empresas de los mismos, lo que implica que las tasas de incremento de empresas existentes en los mercados tienden a ser muy reducidas.

Frente a esta realidad, es preciso plantearse cuáles son las causas que conducen a esa elevada mortalidad, y en consecuencia, a unas tasas de crecimiento empresarial neto bastante reducidas. A este respecto, es posible identificar la existencia simultánea de factores exógenos y endógenos que explican las tendencias apuntadas de demografía empresarial. Dentro de los factores exógenos pueden citarse las barreras regulatorias, la política de competencia, las barreras fiscales, las dificultades de financiación, y una amplia serie de elementos sobradamente conocidos y estudiados.

Sin embargo, y aceptando  la enorme importancia de dichos factores, consideramos que el problema puede enfocarse desde otro prisma, poniendo de relieve la importancia de las características internas y de la filosofía propia de la empresa a la hora de enfrentarse con éxito frente al reto de la supervivencia, especialmente en los primeros años de su actividad. Un caso digno de destacar es el de las empresas familiares, ya que por sus especiales características pueden jugar un papel muy importante en la reorientación de las principales tendencias de la demografía empresarial.

 Las empresas familiares suelen diseñar, en especial en sus primeros años de vida, políticas de repartos de beneficios muy restrictivas (cuando no inexistentes), lo que conduce normalmente a una importante capitalización de la empresa, orientando claramente los beneficios hacia políticas de reinversión y crecimiento, garantizando el fortalecimiento de la empresa y minimizando su dependencia de los mercados financieros y de capitales.

Por otro parte, en los períodos iniciales de la existencia de estas empresas, su dimensión relativamente reducida y su estructura bastante sencilla, permite la existencia de canales de comunicación eficientes caracterizados por su rapidez, claridad y transparencia. Por este motivo, resulta más fácil la adopción de decisiones rapidas y operativas que, en momentos de crisis, pueden ser esenciales para la supervivencia de la empresa.

Por último, el planteamiento estratégico a largo plazo, resulta un caracteritica especialmente positiva, ya que las empresas familiares, por definición, suelen orientarser a la creación y consolidación de proyectos de larga duración, por encima de la busqueda de beneficios especulativos o resultados a corto plazo, lo que permite plantear estrategias sólidas y duraderas. Precisamente es ésta una de las grandes ventajas comparativas que presentan los negocios familiares, y que resulta especialmente importante en nuestros días, ya que por sus propias características, las empresas que se mueven en el entorno “de la nueva economía” se caracterizan  por su inestabilidad y por altas tasas de salida del mercado.

Frente a un marco económico cambiante y un mercado cada vez más globalizado, el éxito en la misión empresarial va a depender, más que nunca, de la capacidad de adaptación a las nuevas necesidades que impone el mercado. Sólo las empresas más flexibles, capaces de innovar y de adaptar continuamente sus estructuras serán capaces de triunfar. A este respecto, las características propias de las empresas familiares, y fundamentalmente su fortaleza, su agilidad, y su capacidad de planificar a largo plazo, las convierte en claros candidatos a la supervivencia en los competitivos mercados de hoy en día.

Recapitulando, puede decirse que los mercados actuales se caracterizan por cifras anuales muy significativas de creación de empresas, que conviven con una elevada tasa de mortalidad anual de las mismas. Dicha tasa se concentra e las empresas de más creciente creación, lo que sugiere que, más allá de las clásicas barreras de entrada, existen importantes barreras a la consolidación empresarial. Por el mismo motivo, el riesgo de desaparición de una empresa disminuye a medida que aumenta la antigüedad de la misma, por lo que desde el punto de vista de la política económica parece necesario priorizar todas aquellas medidas que contribuyan a superar el período crítico de los primeros años de existencia.

Para conseguirlo es imprescindible formular políticas que impulsen el nacimiento y consolidación de empresas (reducir regulaciones, reducir barreras fiscales, facilitar el acceso a la financiación, incentivar el I+D+i, etc.). Pero al mismo tiempo, y teniendo en cuenta que las características propias de las empresas familiares, suponen una ayuda importante para superar los años críticos de supervivencia, conviene también diseñar un marco económico y legal orientado a favorecer la cultura de empresa familiar, a facilitar su creación, y a ayudar a su supervivencia.

Autor Juan Corona –  http://familybusinesswiki.ning.com/profiles/blogs/iniciativa-empresarial-y-empresa-familiar

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