Según la Real Academia Española, se define la crítica como lo que “se expresa públicamente sobre un espectáculo, un libro, una obra artística, etc. /Como examen y juicio.”

Esto nos hace ver que la crítica perse no es tan malévola como muchos quieren pintarla, si tiene como objetivo el darle buen uso a su etimología en cuanto a dar un criterio utilizando una verdad intelectual, que esté orientada a dar una óptica técnica sobre el asunto en cuestión.

Incluso, Churchill decía: “las críticas no serán agradables, pero son necesarias“.

Parece un tanto enredado, pero si la crítica no persigue mostrar una verdad con criterio, sino sencillamente hacer leña del árbol caído, termina perdiendo su definición y se convierte en algo dañino y perjudicial para el señalado –o criticado-.

En muchas ocasiones, todo este enredo se vuelve hasta pasional y de allí surgen dilemas y enfrentamientos que no creo que lleven a mucho y que terminan convirtiendo un comentario –que pudo nacer inocentemente- en todo un vendaval o hasta en una pelea callejera.

En nuestro entorno siempre hay pesimistas de oficio. Gente que tiene como único objetivo en la vida, el poner trabas y críticas destructivas. Se requiere de mucha fortaleza mental para poder aguantar comentarios de todo tipo que tengan como objetivo el desanimarnos, lo que concluirá en nuestro desistimiento.

Esto se puede aminorar solo si estamos seguros de nuestro proyecto -lo que tampoco garantiza su éxito, pero al menos si el deseo de trabajar en pro de lograrlo- y del plan factible que estamos diseñando o ejecutando.

¿Cuántos lideres de grandes corporaciones no fueron subestimados por propios y extraños? ¿Cuántas veces usted mismo no ha dicho o pensado que alguien no será capaz de hacer algo y luego lo sorprende con resultados por encima del promedio? Estoy seguro que muchas veces.

Ahora bien, dentro de ese mar de deseos por emprender un proyecto puede que el mayor reto sea el de poder identificar cual es una crítica constructiva y cual es una crítica diseñada como plan maquiavélico para ponernos la vida al revés con el objetivo de llevarnos a un camino distinto.

Esto lo digo porque pienso que en medio de la vorágine, puede que nos de por tener complejo de Dios y confiemos fielmente en nuestro olfato -el cual puede encontrarse resfriado- y  terminamos tomando decisiones erradas que nos harán escuchar en el corto plazo una de las expresiones más horrible que a mi parecer existen: “Te lo dije”.

En este sentido, no está de más escuchar atentamente y tratar de entender si los comentarios que recibimos sobre nuestros proyectos pudiesen tener cabida en nuestro plan, sin que esto signifique borrar y volver a escribir cada vez que alguien nos comenten algo distinto.

Recuerde que hay mucho manager de grada que no conoce los bastidores, así como gente que no conecta apropiadamente la lengua con el cerebro.

Fuente http://www.emprendovenezuela.net/2012/10/la-critica-y-el-emprendedor-colaborador.html

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