En nuestras vidas quisiéramos lograr muchos cambios, cambios que sean positivos para nuestra existencia y nos ayuden a ser mejores. Pero muy a menudo solemos quedarnos anredad@s en el “alambrado” y terminamos por conformarnos con lo que ya tenemos, como si no soñáramos con algo diferente, como si nuestra fantasía no se pudiera hacer realidad.

Así como las capacidades humanas son infinitas para superar los obstáculos, también son inconmensurables a la hora de decaer ante ellos. Es asombrosa la capacidad que tenemos para “tratar”: “tratar” de renovarnos, “tratar” de estudiar, “tratar” de bajar de peso, “tratar” de abandonar algún vicio, “tratar” de no depender emocionalmente de alguien…¡somos un@s perfect@s profesionales en el arte de “tratar” y salir derrotad@s! ¡Qué maravilla: nos hemos convertido en perdedor@s de tiempo completo! ¿Ello te parece algo de admirar?

Si dices “tratar” en un sentido limpio, no hay ningún problema: no tenemos por qué ser versad@s en todo y la ignorancia es un placer que raras veces valoramos. Pero si hay un enorme problema cuando decimos “tratar” en las cosas que son importantes para nuestro corazón, porque básicamente lo que hacemos con ello es “tratar” de vivir pero de una forma poco propositiva, sin ánimo, sin energía, sin tesón… Casi que cuando hablamos de “tratar”, no hablamos de un posible triunfo sino de una inminente derrota que recubriremos bajo un falso esfuerzo para no sentirnos tan culpables en un futuro.

Mi madre solía decirme con obstinada insistencia: “o haces las cosas bien, o mejor no las hagas”. Y es cierto, si no vas a hacer las cosas de tu vida, aquellas que te hacen feliz, bien hechas, mejor sigue ahí sentad@, operando bajo la ley del mínimo esfuerzo que al fin y al cabo, no te saca de tu zona de comodidad y te permite seguir viviendo con un sentimiento de conformidad hacia todas las miserias que alguna vez has deseado cambiar.

¡Ya deja de “tratar”! ¡Ya deja de inventar excusas! Suenas absurd@ cada vez que dices: “no hice esto, pero fue porque esto otro se interpuso”, si tú quieres mentir, pues bien, enciérrate en tus mentiras pero no creas que con ello te justificas, porque cuando de verdad deseamos lograr algo, así todo se interponga, así hayan mil obstáculos, así sintamos quedarnos sin fuerzas, ¿adivina? ¡Lo logramos!

No te escondas tras ese “tratar” que suena a desinterés, ineptitud y pereza. ¡Levántate y sal a luchar! No te quedes esperando a que llegue el paquete de la felicidad a tu puerta porque nunca llegará mientras sigas con los brazos cruzados operando bajo la ley del mínimo esfuerzo. ¡Tú mereces más que “tratar”! ¡Tú mereces lograrlo!

Fuente http://negociosyemprendimiento.com/deja-de-tratar

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